Capítulo 1

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Como un dia cualquiera entro por la puerta de mi bar favorito, La Estrella, el nombre no es de lo más increíble que has podido escuchar, pero estamos en Australia al lado de la costa y fue el mejor nombre que se le ocurrió al dueño. Es un bar pequeño, debajo del hotel Sunday, las paredes son de madera y están repletas de cuadros de la familia de Pet, el dueño. Son una familia numerosa, la mayoría de ellos se dedican a la pesca, y los demás se dedican a vender el pescado. Pet, es un magnífico chef al que le falta imaginación, como puedes notar en el nombre del bar. Aprovecha el pescado para crear recetas deliciosas, en cambio sus hermanos, van al mercado y ahí venden la pesca. Es un sitio muy acogedor, con una chimenea, que aunque sea falsa, da sensación de calor. Desde que llegué a Melbourne fue el primer sitio al que entré y aunque lo primero que hice fue preguntar por el muy ocurrente (notese el sarcasmo) nombre de afuera, tengo que admitir que el ambiente era realmente llamativo y me quedé. Desde aquel día me paso las horas, en las que no estoy durmiendo, después de mi trabajo aquí y la verdad que no solo el ambiente era atractivo, si no que TJ, el barman, también fue increíblemente simpático conmigo, desde el primer dia. La verdad es que este sitio es precioso, y aunque no me apetecía mucho quedarme, me he encariñado con este lugar. La playa es preciosa, y lo que más me gusta es mirar el atardecer, y obviamente, sacar alguna que otra foto. Hay una gran hilera de hamacas en la esquina de la playa, suelen estar llenas de turistas, pero a mi no me importa, porque siempre observo el atardecer sentada en una roca, es uno de los mayores placeres que tengo después de un dia de trabajo. Es alta, pero no tiene peligro, cuando me siento ahí, solo oigo el relajante sonido de la marea en calma, y puedo contemplar el magnífico atardecer. Me gusta apostar conmigo misma de qué color será, normalmente suele ser anaranjado, pero mi favorito es cuando se vuelve rosa y morado, y a lo lejos se puede ver la luna.

Me mudé aquí hace un año y desde entonces vivo en un apartamento pequeñito, pero muy moderno. Lo que más me gusta del apartamento es el salón, me esmere mucho para que quedase muy bonito, ya que es el lugar donde leo. Es bastante simple pero a mi me gusta, con un sofá blanco, una mesilla... Y un jarrón, con varios tipos de plantas, para mejorar el feng shui. El apartamento está a tan solo unos metros de la playa, lo cual seria increible si no tuviera que trabajar de lunes a viernes de ocho de la mañana a cinco de la tarde en una pequeña librería a 5 minutos de mi casa. No me quejo de mi trabajo, porque la verdad es que me encanta el ambiente de la librería, es muy acogedor, sin embargo trabajo muchísimas horas por un sueldo más bien denigrante, a penas me da para mi apartamentucho y lo necesario para mi dia a dia. Obviamente no me queda demasiado para pasarmelo bien por ahí o irme de fiesta, pero como acabo agotada me pasó el fin de semana durmiendo. Me encantaría trabajar menos horas y poder disfrutar más de un lugar tan paradisiaco como Australia, hacer cosas como surf o andar por la orilla de la playa, pero casi nunca puedo. De vez en cuando saco tiempo para practicar algo de surf, pero pocas actividades más me puedo permitir, eso sí, nunca nunca me perderé el atardecer.

Pensando en todo esto mientras me bebo el cocktail que me acaba de preparar TJ, noto que alguien me está llamando la atención y es Rachel la sobrina de Pet con la que yo he hecho muy buenas migas últimamente, y hoy le toca sustituir a TJ. Es un poco baja, de pelo rizado y moreno. Está estudiando bellas artes y para poder pagar sus estudios ayuda a su tío en el bar. Su sueño es trabajar creando portadas, diseños... Es muy agradable y me encanta pasar tiempo con ella.

-- ¡Hey, Ev! ¿te animas a ir mañana ha hacer surf? -- Me grita desde la otra punta del local sobresaltando a algún que otro cliente, cuando se da cuenta agacha la cabeza y corre hacia mi.

--Siii, me parece una idea increíble, pero a la tarde ¿ quedamos sobre las 17.00 aquí? Creo que me pasaré hasta las cuatro durmiendo, como mínimo.

--Perfecto, y lleva bocadillo, para que podamos ver el atardecer encima de las tablas, que se que te encanta. -- Me propone guiñandome un ojo. La verdad la idea me parece perfecta, yo prefiero verlo sentada en la roca, pero la idea de verlo en nuestras tablas de surf me gusta también.

--Dios Rach, como me conoces-- le devuelvo el guiño mientras ella entra a cambiarse, para ponerse el uniforme.

-- Encima le he añadido unos detalles a mi tabla de surf, que seguro que te encantaran-- La verdad que Rachel es una auténtica artista, creo que podría conseguir un buen trabajo y hasta hacerse famosa en el futuro, y no lo digo porque se haya hecho mi mejor amiga.

-- Eres toda una artista! Seguro que me encantan, estoy deseando verlos

-- Bueno y también se me ha ocurrido que podría decorar tu tabla, ¡Tu cumpleaños se acerca! -- Dice entusiasmada y yo no puedo hacer otra cosa que fingir ese mismo entusiasmo.

La verdad es que le dije que mi cumpleaños era por estas fechas porque pensaba que para entonces ya me habría marchado, pero es que me ha gustado tanto este lugar que no me habia dado cuenta de que en unos días hago un año desde que me mude. Sinceramente no me gustan los cumpleaños solo le dije una fecha al azar porque fue muy insistente con eso, para ella son algo especial, pero para mi son una simple tortura, que me recuerda a mis padres y a la realidad que estoy viviendo, aunque la olvida gracias a Rachel y TJ.

--Si claro, estaría bien que me regalaras una de tus obras maestras y mas si te puedo ver hacerla. - La idea de que me tunee la tabla me parece perfecta, así cuando tenga que irme podré conservar un recuerdo de ella, y eso en el caso de que me pueda llevar la tabla.

--¡Chicas! ¿Puedo unirme a vuestro plan? --Pregunta TJ

Obviamente con TJ también nos llevamos muy bien es un chico increible y como ya he dicho desde el primer momento me lleve muy bien con él. Es muy alto, y cuando estoy junto a él me siento baja, aunque mido 1,70cm, pero aún así, no me intimida. Es rubio con los ojos azules, sí, el típico chico guapo, tiene la mandíbula muy marcada, lo que le diferencia del típico chico de ensueño es que no tiene unos abdominales marcados. No tiene tiempo para ir al gimnasio, y tampoco lo necesita, estudia magisterio, quiere ser profesor de biología. Suele estar muy ocupado, entre los estudios y el trabajo tiene el día completo. Pero siempre saca tiempo para quedar, aunque sea solamente una hora. Vive a una manzana de aquí, no tiene coche, asique le toca venir a pie. Cuando me mudé era su novia la que le llevaba a todas partes, pero como todas las historias, todo llega a su fin. Le encanta leer, suelo comentar libros con él, aunque en pocos coincidimos, yo soy más de leer clásicos, él en cambio prefiere leer novelas actuales.

--Por supuesto q si TJ, ¿pero es que libráis los dos mañana? -- pregunto confundida, al fin y al cabo ellos son los únicos empleados de Pet.

--Si, es que mañana el tio Pet a quedado para ir de pesca con mi padre y va a cerrar el bar. -- La verdad es que no me extraña, sin Pet el bar pierde su toque, la gente viene aquí preguntando por sus magníficos platos y sin eso los clientes saldrían muy decepcionados.

--Si bueno chicas yo me tengo que ir que he quedado, hasta mañana.-- Dice TJ que trabaja en el bar mientras compagina sus estudios en la universidad y obviamente a quedado con su compañero de piso y sus amigos.

--Claro TJ, hasta mañana. Yo voy a cambiarme al uniforme, si entra algún cliente avisa de que enseguida salgo Ev. -- Me informa Rachel mientras entra al vestuario.

Y yo rápidamente me despido de TJ y asiento a Rachel.

Mientras espero a que Rachel se cambie, preparada para hacer compañía a mi amiga mientras trabaja el mayor tiempo posible, veo que un turista entra por la puerta. Son las diez de la noche y menos mal que Pet no está cerca para verlo porque le enfadaría muchísimo ver a otro turista entrando al bar como si fuera su propia casa. Cuando me voy a acercar para pedirle que salga y se seque o se ponga mínimo una camiseta, como bien indica que debería de haber hecho el cartel de la entrada, me doy cuenta de que yo conozco a ese chico. En todo lo que llevaba huyendo, nunca me había encontrado con nadie de mi antigua vida y ahora ahí estaba, la persona que probablemente menos me esperaba encontrar aquí, o por lo menos la que menos me quería encontrar. Bajo el mismo techo que yo, a tan solo unos pasos, está una de las personas que mas odio, Tol.

SapphireWhere stories live. Discover now