Capítulo 7

7 3 0
                                    

Cuando llego a casa voy al baño con ganas de darme una ducha pero recuerdo que tengo una bañera. No me voy a quejar, la casa es preciosa, salvo por este detalle.

Lleno la bañera, y mientras bajo a la cocina a prepararme un desayuno express. He decidido que quiero ir al pueblo, no me vendría mal una visita. Me preparo unas tostadas con miel y mantequilla, mis favoritas, mis padres solían prepararlas a diario. Cuando me pongo a buscar donde estaban los vasos encuentro un exprimidor, y se me ocurre la brillante idea de prepararme un zumo de naranja. Cuando ya lo he preparado digo

-- ¡Ostras la bañera! -- y subo corriendo al piso de arriba

Por los pelos, estaba casi al borde, aunque el suelo está un poco mojado. Quito el tapón para que se vaya un poco el agua

-- Ya podría llenarse la bañera tan rápido como se va el agua -- suspiro para mis adentros

No tardo demasiado en bañarme, no quiero que se me enfríen las tostadas. Cuando salgo me seco con una toalla y me pongo ropa limpia, otra de las ventajas de tener el pelo corto, no hay que secarlo ni preocuparse de que te moja la ropa. Aunque esto no era un problema en Melbourne, ya que casi siempre hacía calor.

Bajo corriendo y ahí están esperándome mis tostadas. Cojo el mapa del pueblo y de la gastronomía local para ir echando un vistazo.

La mayoría de los restaurantes que tienen la mejor calificación están en la zona urbana, en cambio hay uno que está en el pueblo, a 5 minutos andando. Es famoso por su Raclette, no recuerdo la última vez que comí una, asique me muero por probarla.Salgo de casa con el mapa en la mano, lo último que quiero ahora es perderme por el pueblo.

El pueblo es un lugar precioso, y muy diferente al resto. Hay zonas, como la mía, en la que las casas están muy separadas entre sí, pero hay otras en cambio, que están pegadas y son todas super coloridas, me recuerdan a los pueblos pesqueros de mi ciudad (la de verdad, en la que nací). Digamos que en el centro de la zona rural, donde está el hospital, y los 3 bares que hay, las casas están todas juntas. Pero a medida que te separas de ahí, las casas se van separando, es curioso.

Después de 5 minutos llego al restaurante, "La raffinerie". Es un local no muy grande, con 6 mesas. Está al lado de dos casas preciosas.

Nada más entrar me atiende un chico:

--Hola señorita, que va a pedir?

-- Una raclette, por favor -- le respondo

-- Perfecto, mesa para 1?

-- Si, gracias

El local está casi vacío, me sorprende, ya que tenía muy buena calificación. Me lleva a una mesa al lado de la ventana y me dice:

-- Y con que quiere acompañar la raclette?

-- Que teneis?

-- Pues tenemos, todo tipo de embutidos, patatas, jamón... Ah también tenemos carne si quiere para completar la comida

-- Pues lo tomaré con pepinillos, aceitunas, jamón y...... Vale también lo tomaré con lomo.

El camarero lo apunta en su libreta y desaparece tras cruzar una puerta.

Después de 15 minutos me traen la comida.

-- Que aproveche -- me dice el camarero

-- Muchas gracias -- digo mientras le sonrió

La presentación es muy bonita, es un bol grande con el queso fundido y 2 palillos en las esquinas. También me trae un plato con el jamón curado, los pepinillos, las aceitunas.... Y más tarde me trae otro plato con 2 trozos de lomo y un bol con pan.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 09, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

SapphireWhere stories live. Discover now