Por un reencuentro

Forjando el camino

Con sus ojos completamente abiertos observo como el rubio cenizo se mantenía en pie a duras penas enfrenté de él. Cerro sus ojos, respiró profundo, relajo sus musculos y disipó aquella hostilidad que empezaba a emerger sin sentido alguno. La espada desapareció y con ello, abrio nuevamente sus ojos.  Ahora calmado y sin ningun rastro de querer seguir luchando se acerco al rubio cenizo quien no rechazo su tacto.

Bakugou cayó al suelo siendo sostenido por el peliverde. Escucho un leve "Lo siento" salir de la boca del peliverde.

—Me impresionas Zokrus, no deseas seguir luchando? Acaso has aceptado la verdad?— preguntó la gran bestia maravillado ante semejante escena.

—Midoriya!— gritó firme, viendo directamente a los ojos de aquel dragón —No soy Zokrus, soy del bosque de Taramedius, lider de la gente del bosque, Midoriya Izuku!—

No le agradaba aquella bestia, sentia una vibra distinta a los dragones que solia ver junto a Bakugou. Ellos no consideraban a Bakugou un lider? Bien, entonces no les demostraría miedo o respeto. Los trataría tal y como ellos le trataron. Estaba en aquella isla solo por y para Bakugou. Solon por él.

—Kacchan... vamos, debo sanar tus heridas—

A paso lento ambos se alejaron del dragón hacia un arroyo cercano. Ante tal escena, aquella bestia los siguió. Observo en silenció y sin prestar atención a las miradas del peliverde que le gritaban que no hiciera nada contra el rubio cenizo. Miró atentamente como el peliverde limpiaba y vendaba el cuerpo del otro.

Habia cambiado mucho, recordó los malos tiempos y la fatídica perdida del heredero pero... recordaba los buenos tiempos. Cuando aquel jóven llegaba a la isla. Él los creo y su partida deprimió a muchos, sí, fue decisión de ellos quedarse y mostrar hostilidad a aquel que les permitió vivir pero... no podían perdonar las acciones de Zokrus.

—Morirá— aseguró la bestia viendo al peliverde —Por qué sigues a su lado?—

—No quiero que muera— afirmó con calma pero con preocupación en su rostro —Necesito respuestas y... —

La bestia sabia que no solo era para obtener respuestas, era algo más que lo hacia luchar por el rubio cenizo. Algo más grande, pero qué? Qué era aquello que le impulsaba a dejar de lado cualquier cosa solo para ir a su lado? Tal vez sabia la respuesta pero era difícil de creerla.

Aquello no podia ser el motivo de sus actos.

—Qué haras bastardo?— preguntó la bestia olfateando el cuerpo de su antes rey —A este paso no durara hasta el alba—

Izuku empezaba a preocuparse, Bakugou se habia quedado sin tiempo. Y aquel enfrentamiento con ese dragon solo habian causado que su estado empeorara. Debía de encontrar algo o alguien que le ayudara.

—Solo díme— pidió observando aquel cuerpo maltratado y lleno de heridas —Díme si hay algun dragón que pueda ayudar a que sus heridas sanen—

La bestia cerro sus ojos, el último dragon con esos dotes habia dejado de vivir hace 13 años. Actualmente no contaban con ningún dragon sanador o que fuera de la clase de clérigo.

—No lo hay— anunció sin más, era mejor que afrontará la realidad. Entre más rapido lo comprendiera mejor —Hace algunos años esa clase de dragón dejo de vivir, no a nacido alguno con tales dotes por el momento—

—...en-entiendo—

—Sabiendo eso, díme mocoso... qué haras ahora?—

—...—

Qué debía de hacer? Viendo que no habian más caminos que tomar la respuesta era obvia, no?

—Buscaré— respondió sin duda, sin miedo, confiado en sus palabras —Hare todo lo que este a mi alcance para salvarlo—