Día 1: Pasivo Dominante

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–¿Hank? -Pregunté adentrándome en el desordenado laboratorio del castaño.

Conforme el tiempo transcurría en la mansión, el laboratorio había sufrido diversas ampliaciones. Cada vez era más difícil encontrar a Hank entre tantas máquinas y papeles que el chico dejaba por toda la habitación.

–Por aquí, Charles. -La cabeza de un chico con las mejillas coloreadas salió por debajo del Pájaro Negro, su cabello alborotado hizo sonreír a su amigo que se acercaba a donde había estado trabajando toda la mañana y parte de la tarde. –Casi está listo el Jet, solo falta que Ororo vuelva de Wakanda con la pieza faltante para el centro de control. Me preocupa que no haya regresado aún.

–No lo hagas, mi amigo. Sabes de la relación que tiene con T'Chala; es algo complicada.

Hank se paró a un lado del profesor limpiándose las manos con un trapo bastante sucio que no hizo mucho por ayudarlo con el aceite de sus dedos.

–Solo vengo a preguntar si has visto a Erik por aquí. -Dijo el ojiazul restándole importancia mientras tomaba un destornillador entre sus manos, mirándolo detenidamente como si fuera a contarle el mayor de los secretos.

–¿A Erik? -Preguntó el alto algo extrañado, apoyando una mano en el carrito de herramientas.

–No lo he visto desde ayer en la noche.

–¿Acaso ustedes dos no duermen en la misma habitación desde que volvió de Genosha?

–¡Emm...si! ¡Pero eso no significa que estemos siempre juntos! -Habló un poco avergonzado y con prisas, dejando de nuevo la herramienta en su lugar. Su rostro cambió a una de preocupación. –Solo espero que no se haya marchado sin decir nada de nuevo...

–No lo haría, lo sabes. -Trató de consolar a su amigo con una sonrisa sincera. –Seguramente estará en su oficina nueva. ¿Ya buscaste ahí?

Genial ¿Cómo no había pensado en el lugar mas obvio de toda la mansión?

Con muchas ganas de encontrar a su tiburón, caminó rápidamente a lo largo de los pasillos saludando a los estudiantes que consideraba hijos propios.

Hace pocos días que su pareja le había pedido alguna habitación de aquella mansión para mutantes en la que pudiera organizar sus clases como profesor. Charles le había dado la llave de un cuarto con dos grandes ventanales que proyectaban una cálida luz del sol durante las tardes.

No conforme a la monotonía de la habitación, el ojiazul decidió colocar algunas macetas y pinturas para darle más vida al lugar. Algo que Erik agradeció con pequeños besos por todo su rostro.

Erik se encontraba en su nueva oficina revisando algunos trabajos cuando Charles abrió la puerta repentinamente.

–¡Ahí estas! -Gritó Charles aliviado, entrando en la habitación cerrando la puerta tras él. –¿Dónde diablos estabas? Llevo buscándote todo el día.

–¿A mí? -Preguntó el mayor extrañado, aunque un poco distraído también.

No podía evitar ver a Xavier; admirarlo.

Su cabello castaño peinado hacia un lado suavemente, aquellos océanos brillantes que tenía por ojos resaltaban con aquella camisa blanca, ajustada y remangada por debajo de los codos, que hacía que su figura se notase estilizada y que sus pantalones caqui se cerniesen sobre sus piernas.

Solo podía notar como los labios rojizos se movían provoc... Esperen ¿Qué rayos estaba diciendo Charles?

–¡Erik! ¿Me estas escuchando? -Dijo el castaño con un bonito ceño fruncido mientras se inclinaba sobre el escritorio de madera lleno de papeles, a solo centímetros del rostro de Lehnsherr.

–Si, cariño. Te escucho. -Sonrió y acaricio suavemente la mejilla de su pareja. -Solo necesitaba terminar el proyecto en el que estamos trabajando Frost y yo. Perdón, no quería despertarte esta mañana.

–Claro, no te preocupes... -Contestó Charles mientras se alejaba de su muestra de cariño rodeando el antiguo mueble de madera sentándose sobre su regazo bajo la atenta mirada del ojigrís. –Solo hazla recordar con quien estas...

Dijo esto último en un suave susurro cerca del oído del mayor, con sus piernas a los lados de sus caderas. Erik no se resistió en lo absoluto.

Erik le hubiera intentado tomar de la cadera para poder acercar a ese provocador, si no hubiera sentido un tirón dentro de su cuerpo; impidiéndole cualquier movimiento más allá de su cabeza.

–¡Charles! -Dijo observándolo sorprendido, pero sobre todo disfrutando de la situación.

–Cállate, Erik. -Respondió el menor tomando sus labios entre los suyos en un suave beso.

Charles lentamente hacia sufrir a los pantalones de Magneto cuando frotaba su culo sobre su miembro, deteniéndose cada cierto tiempo recibiendo gruñidos del mayor como recompensa. Podía sentir en cada momento como se endurecía conforme los roces incrementaban la velocidad.

De un momento a otro, Charles se separó para desfajar la camisa de botones de Erik y quitarla rápidamente de su camino, al igual que su propia ropa inferior dejándose solamente con su arrugada camisa blanca.

–Déjame moverme... -Pidió Lehnsherr embelesado mientras lo miraba despojarse de su ropa. –Charles...

Ignorando sus palabras el menor volvió a subir a su regazo y lo besó desmesuradamente.

Solo podía concentrarse en los suaves labios del otro, acompañándolo en aquel baile que los unía, deseando que el hombre que tenía aprisionado no lo abandonara de nuevo. Sus delgadas manos recorrían todo el pecho de Erik hasta llegar detrás de su cuello acariciándolo, tratando de olvidar las veces que soñó tenerlo de nuevo a su lado; ahora lo tenía aquí.

–Eres mío, Erik. -Lo miraba profundamente. Una mirada que hizo perder el aliento al gran mutante.

–Siempre lo he sido, schatz...

Charles lo sabia pero escucharlo de vez en cuando le daba esperanzas aun futuro con Erik.

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Hola amigos, está será mi aportación al #CherikWeek2020 Espero que les guste y recuerden que todos los días subiré uno nuevo aquí mismo, algunos serán más largos que otros, pero todos están escritos con cariño. ♥️

Cherik Week 2020Where stories live. Discover now