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Esa misma noche, cuando había entrado uno de los enfermeros a hacerle la revisión nocturna a JiMin, JungKook le había pedido al chico que si le podría mostrar la tablilla en la que apuntaba todos el progreso del menor y JiMin lo miró confundido.

— ¿Para qué quieres ver eso? No vas a entender nada. — murmuró JiMin mientras lo observaba mirar la tablilla y JungKook soltó una carcajada.

— ¿Por qué no entendería nada? Soy escritor, debo saber sobre muchas cosas para poder escribir. — respondió el mayor sin separar sus ojos de la tablilla.

— Bien entonces, ¿entendiste algo? — preguntó JiMin cuando JungKook la devolvió al enfermero.

— Nop. — respondió JungKook y el menor rió fuerte, provocando una sonrisa boba en la boca de JungKook. Amaba escucharlo reír. — Deja de reír y préstame atención, necesito decirte algo.

La risa de JiMin murió inmediatamente al escuchar las palabras del mayor y lo miró directo a los ojos.

— No es nada malo, bonito. — comentó apresurado JungKook al ver el cambio en JiMin y lo vio relajarse un poco con sus palabras. — Es solo que creo que esta noche dormiré en casa, ¿te molestaría si te dejo solo esta noche?

— Oh... — suspiró JiMin bajando la mirada y sintió su estómago oprimirse. No quería que JungKook se fuera, pero no lo admitiría en voz alta y menos a JungKook. — Está bien, no tienes que pedirme permiso. Además debes estar muriendo por darte una ducha. Ya apestas.

JungKook no rió por el chiste, solo lo observó cómo jugaba con sus dedos nervioso sobre la sábana que le cubría las piernas.

No quería dejarlo solo, pero era necesario.

— Volveré mañana, ¿sí? — murmuró JungKook y con un dedo en su barbilla alzó la cara de JiMin, provocando que se miraran a los ojos.

JiMin lo observó unos instantes y luego asintió. Quería rogarle que se quedara a su lado esa noche, justo esa noche, pero se contuvo.

JungKook le dio una pequeña sonrisa y se acercó para darle un suave beso sobre los labios.

JiMin suspiró fuerte al sentir aquellos labios sobre los suyos y se aferró con las manos a la camisa del mayor.

Lo vería en la mañana, así que no sería tan malo.

JungKook se despidió con una caricia en la mejilla y JiMin lo vio salir por la puerta, sintiendo un vacío en el estómago.

(🍒)

La mañana siguiente JiMin despertó por la cantidad de brillo que iluminaba la habitación. Como las paredes eran blancas, los rayos de sol reflejaban en la habitación un brillo aturdidor.

Después de frotarse los ojos y adaptarse a la luz, JiMin miró la habitación y sintió un hueco en el pecho al verla tan vacía y monótona como los días anteriores.

Estirando su mano, apretó el botón al lado de la cama que avisaba a los enfermeros que ya había despertado y el mismo chico de siempre entró con una sonrisa en los labios, empezando a hacer los chequeos en las máquinas alrededor de JiMin.

Cuando ya estaba por terminar, JiMin se atrevió a hablar.

— ¿Me podrías decir qué hora es? — preguntó sobresaltando al enfermero pues estaba concentrado haciendo apuntes en la tablilla.

— Son las diez de la mañana. — respondió el joven enfermero después de revisar el reloj que cargaba en el bolsillo de su gabacha. — Dentro de un rato te traeré el desayuno.

JiMin lo miró salir por la puerta y luego miró directo al techo.

Sabía que en los hospitales te hacían tomar el desayuno súper temprano y sonrió un poco al darse cuenta de que tanto mimo era probablemente por algún pedido especial de JungKook.

Se la pasó alrededor de una hora en esa posición hasta que el sonido de la manilla de la puerta lo sacó del trance en el que estaba y miró en dirección a ella, esperando ver al enfermero entrar con su comida.

Pero por la puerta no entró el enfermero.

JiMin sintió sus ojos aguarse al ver JungKook entrar por la puerta con una docena de globos en una mano y un ramo de flores en la otra. Detrás de JungKook venía Hwasa con un pastel en las manos y con ella venía su marido, quien traía en brazos a un niño que tenía el cabello tan oscuro como el de Hwasa. Al final de la fila de personas, JiMin se sorprendió al ver al joven enfermero entrar con una sonrisa adornando su rostro.

Con la vista nublada por las lágrimas, JiMin vio a JungKook acercarse a él y asomando su cara por en medio de todos los globos, plantó un sonoro beso sobre los labios del menor.

— ¿Que estamos celebrando? — preguntó JiMin mirando directo a JungKook, quien tenía un gigantesca sonrisa en los labios.

— ¿Recuerdas ayer cuando te burlaste de que no entendía nada en la tablilla? — JungKook contestó mirando con complicidad al joven enfermero. — Pues era cierto que no había entendido nada, porque estaba muy concentrado buscando cuando salías del hospital. Tuve que hablar con los enfermeros porque ahí no decía nada.

— Por eso no me trajiste el desayuno. — dijo JiMin ahora mirando al enfermero y el chico asintió con una sonrisa.

— Incumplí con reglas del hospital pero tu pareja es muy insistente. — dijo el chico sonriendo y JiMin se sonrojó hasta las orejas por lo que dijo. Antes de que pudiera decir algo, Hwasa alzó la voz, llamando la atención de todos.

— Bueno, ¿quién quiere pastel? — preguntó la peli negra y todos rieron al escuchar el fuerte 'YO' que soltó el enfermero.

NamJoon empezó a cortar el pastel y a repartirlo y JungKook aprovechó para al fin darle las flores que aun cargaba en la mano.

— Para; bonito. — dijo JungKook y JiMin se sonrojó por el apodo del mayor mientras estiraba sus manos para tomar las flores. Nunca había sido muy fan de las flores, pero el gesto había provocado que todo su interior se derritiera.

— No debiste. — dijo JiMin como respuesta murmurada.

— Debes empezar a aceptar que hago las cosas porque quiero hacerlas, no porque me sienta en obligación de hacerlas. — respondió JungKook y tomó las mejillas del menor, acercando sus labios a los de él.

Una carcajada los devolvió a la realidad, haciéndolos terminar el beso y ambos vieron al joven enfermero riendo y conversando con Hwasa y NamJoon. Ambos respiraron aliviados al ver que ninguno les estaba prestando mucha atención; habían olvidado que habían más personas en la habitación. Personas entre las que había un niño.

— ¿Me ayudarías a adornar la habitación con los globos...? — dijo JungKook separándose de JiMin y mirando al joven enfermero. Dejó la pregunta abierta para que el chico respondiera con su nombre.

— TaeHyung, mi nombre es TaeHyung, y por supuesto que sí.

(🍒)

El amor es una magia,
Una simple fantasía, es como un sueñoooo
Y al fin lo encontreeeeeeeeeee

Capítulo dedicado a: TeNavajeoLaNalga ♡ ya tienes tu primer capítulo dedicado bebé ♡ amo verte seguido, espero la hayas disfrutado y continúes aquí.

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