Prólogo

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—Corre Ji Min.

—No Kookie, no te voy a dejar aquí...

—Tranquilo, yo los distraeré y luego nos vemos donde quedamos.

—Tengo miedo Kookie.

—No bebé, no tengas miedo por favor. Todo estará bien.

—Promételo.

—Lo prometo mi amor. Ahora corre, corre lo más rápido que puedas...

—Te amo.

—Y yo te amo a ti bebé.

Se despidieron con un casto beso y corrieron en direcciones diferentes. Ji Min corrió lo más rápido que el traje y sus piernas le permitieron. No dejó de correr hasta que perdió de vista las luces de las antorchas. Tenía muchísimo miedo, la noche estaba oscura y solo unas pocas estrellas iluminaban el firmamento.

Ji Min llegó al gran sauce que se encontraba en la lardera del rio y se escondió lo mejor que pudo entre sus largas ramas. El frio calaba en sus huesos y el vaho salía de su boca, pero él lo único que podía sentir era el miedo; el miedo de que le hayan hecho algo a Jung Kook.

Esperó y esperó, incluso divisó cuando el sol comenzaba a salir por el horizonte, pero su amado Jungkookie no aparecía. Ji Min tenía un muy mal presentimiento, si habían llegado a capturarlo... No, no, no quería ni pensar en esa posibilidad. Él prefería morir, antes que vivir una vida sin su amor, sin su bello y preciado Jungkookie.

Sintió ruido a lo lejos y su corazón comenzó a golpetear fuerte en su pecho.

—¡Tú busca por allá, yo revisaré cerca de la ladera del rio!

—¡Esta bien, no pudo haber ido muy lejos!

Ji Min vio como tres soldados se acercaban a donde él se encontraba, se escondió lo mejor posible entre las ramas y se hizo más pequeño aún, si es que eso era posible; cuando divisó a los soldados cerca de donde se encontraba, se quedó helado, intentando no mover ni un musculo y haciendo el mínimo ruido posible con su respiración.

—¿Lo ves por ahí?

—No... ¡Maldición! Si no llegamos con él, el rey nos matará.

—Tranquilo, ya lo encontraremos. No pudo haber ido muy lejos.

—¿Crees que ya cazaron al que osó raptar al príncipe?

—Kim dijo que el teniente Wang ya lo había capturado, que solo nos quedaba encontrar al príncipe Ji Min.

—Sigamos buscando entonces, si no queremos morir decapitados.

Ji Min contuvo la respiración lo más que pudo, hasta que el andar de los caballos ya no resonó en sus oídos y solo escuchó como el agua seguía el cauce del rio. Se bajó como pudo de aquel árbol y miró a su alrededor. Dirigió su vista hacia el bosque y solo vio como los árboles se mecían con el viento.

No pudo contenerse más y sus lágrimas comenzaron a correr por sus delicadas mejillas. Habían capturado a su Jungkookie y el solo podía pensar, que no tenía sentido seguir viviendo si el destino del amor de su vida sería la muerte, la cual sería arrebata por las manos de su propio padre.

 Habían capturado a su Jungkookie y el solo podía pensar, que no tenía sentido seguir viviendo si el destino del amor de su vida sería la muerte, la cual sería arrebata por las manos de su propio padre

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Bueno, aquí vengo con otra historia... estoy super motivada, porque me gusta caleta la trama, la encuentro original.
Espero que a ustedes les guste, tanto como a mi!
Les mando muchos besos y espero que mis historias les ayuden en algo a sobrevivir a esta eterna cuarentena...
Si gustan, pueden dejarme comentarios para contarme como estan, para comentar la historia o para hablar de lo que sea! Prometo responder 💜
Ahora si, no me alargo más... les mando muchos muchos abracitos!

Con amor, Amy 🐾

Three LivesOnde histórias criam vida. Descubra agora