Capítulo IV.

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***

El fin de semana terminó y con ello llegó el lunes; el día más odiado por la mayoría de la población. Todos parecía zombis sin raciocinio, iban de un lado a otro dejándose llevar.

En cambio, Kirishima irradiaba vitalidad y luz con su amplia sonrisa y es que estaba muy contento porque había conocido a Bakugou.

El muchacho iba de camino al instituto, pensando en sus cosas.

"Ayer no hablé con Bakugou pero hoy lo haré, tengo que preguntarle si está bien. En el recreo le llamaré."

Anduvo durante unos cuantos minutos más hasta que, en la puerta del instituto se encontró con su amigo Tamaki, quien se encontraba hablando con Mirio; quien se suponía que debía estar en la universidad.

"Qué raro. Igualmente me acercaré a saludarles."

—¡Tamaki! ¡Mirio!

Sus dos amigos se giraron y se aproximaron a él.

—¡Buenos días, Kirishima!—Le saludó Togata.

—Ho-hola, Kirishima.—Le saludó Tamaki.

—¡Buenos días a los dos! ¿Qué haces aquí, Mirio?

—Oh, yo pasaba por aquí para saludar a Tamaki. Lo cierto es que ya me iba, ¡nos vemos en otra ocasión!—Se despidió el rubio nervioso.

Eijirou vio, extrañado, cómo su amigo se alejaba. Lo notaba nervioso.

—Tamaki, ¿sabes si le pasa algo a Mirio?

—Eh...No es nada, no te preocupes.—Dijo sonriendo nerviosamente.

"Definitivamente pasa algo. Más tarde hablaremos a solas."

—Vamos a clase, hoy tenemos que llegar temprano o, de lo contrario, Nemuri se enfadará.—Dijo Kirishima.

—Sí, vamos. Tal vez Nejire ya esté allí.

Ambos amigos acudieron a su aula, en la que se encontraron con sus compañeros y su amiga; con la que charlaron hasta que la profesora apareció.

***

En otro instituto de la ciudad, concretamente en uno llamado Yueii; en esta institución estaba Bakugou con sus amigos. Dando clases de lengua y literatura, las cuales impartía el profesor Cementoss.

Éste explicaba los tipos de versos, poniendo como ejemplos extractos de poemas que escribía en la pizarra. Katsuki apuntaba por pura inercia, ni siquiera estaba poniendo demasiada atención pues su mente no hacía sino que recordar a cierto pelirrojo que había conocido el sábado y con el cual había pasado una noche bastante buena.

"Tengo que volver a hablar con ese idiota, ya quiero follármelo de nuevo."—Pensó mordiéndose levemente el labio inferior.

—Ahora, con lo que os he explicado, escribid cuatro pequeños poemas que contengan cualquiera de los tipos que hoy hemos visto. Cuando acabéis, entregadme el folio con vuestro nombre y apellido.

La mayoría se dispuso a ello, aunque algunos se hacía de rogar, como Kaminari; que estaba escribiendo en un trozo de papel a toda prisa. Como si fuera algo de vida o muerte.

Cuando acabó de escribir, hizo bola el trozo y se lo lanzó a Katsuki. La bola le golpeó en el hombro derecho.

—¿Qué mierda...?—Dijo cuando notó el impacto.

Bakugou miró, visiblemente cabreado, al causante.

—¡Idiota! ¡Te voy a...!—Le gritó acercándose a Denki para agarrarle de la camisa.

Sexo sin compromiso [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora