La chica del violín (Temporadas 1 y 2)

T2. Cap 3: Rosas

Seguimos con la historia...

Narra Adrien:

Una vez salimos del aeropuerto las invité a ir por algo de tomar. Marinette no estaba muy convencida, ya que estaba algo cansada por el viaje, pero aceptó estar un rato; por el contrario, Lila aceptó de inmediato, así que nos dirigimos a un pequeño bar cerca de casa.

Debo aceptar, que a pesar de querer que todo estuviera bien, el ambiente resultó sumamente extraño. Por alguna razón sentía que la atmósfera entre ellas era bastante pesado, hablaron poco y parecían no tener muchas cosas en común, pero más que nada fue por la actitud cortante de Marinette. Jamás la había notado así y eso me preocupó.

Aunque insistí en que todo estuviera bien, las cosas no cambiaban mucho, probablemente era porque apenas se acababan de conocer, así que.. lo pasé por alto.

Al final del día nos despedimos de Lila, ella prefirió tomar un taxi para no desviar nuestro camino. Una vez subimos al auto, decidí hablar con Marinette.

Adrien: hey.. –dije suavemente para llamar su atención

Ella solo me miró.

Adrien: ¿todo bien? –pregunté mientras pasaba un mechón de cabello tras su oreja

Marinette: si.. –alargó desviando la mirada- no es nada..

Adrien: ¿segura? –insistí

Marinette: si.. –respondió mirándome con una tierna sonrisa- todo bien, solo... estoy cansada

Adrien: ok.. –dije acomodándome en mi lugar- pensé te había pasado algo..

Me puse el cinturón de seguridad y encendí el auto, con dirección a mi casa.

Marinette: ¿algo como qué? –ahora preguntó ella

Adrien: no sé.. -alargué- quizá algo del trabajo

Marinette: no.. todo está bien con mi trabajo –miró al frente

Adrien: me alegro... –sonreí- por cierto, ¿qué te pareció Lila? –pregunté

Ella levantó el rostro y "relajó" los hombros, bajándolos, al mismo tiempo que miraba al frente sin hacer ninguna expresión. Movió la quijada y frunció los labios antes de suspirar con pesadez.

Marinette: pues.. nada en especial.. –dijo indiferente

Era extraño notarla así, parecía tensa.

Adrien: ¿te cayó bien? –pregunté mirándola de reojo

Marinette: si.. –alargó aun con mayor indiferencia- es tu amiga, ¿no?

Esa última oración sonó todo lo contrario a lo que me decía con palabras. Seguía sin siquiera mirarme y eso me estaba tensando.

Adrien: ok.. –dije no muy convencido- si, es mi amiga.. –afirmé seriamente

Mantuve la vista al frente, me estaba comenzando a alterar.

Ante mi comentario ella solo me miró de reojo y no dijo ni una palabra. La escuché suspirar con resignación, se cruzó de brazos y luego volvió a mirar al frente, levantando la mira.

Marinette: llévame a casa de mis padres, por favor –dijo de pronto

Adrien: ¿qué? –dije volteándola a ver enseguida- ¿con tus padres? –repetí confundido

Marinette: si, con mis padres –volvió a repetir mirando hacia fuera por la ventana

Adrien: pero.. pensé que.. –ella me interrumpió