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Harry se estaba volviendo loco. El apartamento de Blaise había estado vacío. Caminó por el apartamento, listo para gritar.

Harry no tenía idea de dónde buscar.

—Hey, Harry— Charlie llamó desde el dormitorio.

Harry pasó las manos por su cabeza, listo para arrancar los mechones de frustración. Habían pasado dos horas desde que Draco había sido capturado. No habría forma de saber lo que estaba pasando con el chico. Harry había visto algo de horrible mierda cuando salía en misiones con los Navy SEALs, cosas que desearía poder olvidar.

Pero esas imágenes comenzaron a aparecer mientras pensaba en lo que Blaise podría estar haciéndole a su amante. Tenía que recuperar a Draco. La culpabilidad lo carcomía, porque le había prometido a Draco que lo protegería, que lo mantendría seguro.

Y había fallado en cumplir su promesa.

—Ven aquí, Harry—

Harry giró sobre sus talones, en dirección hacia el dormitorio. Charlie estaba de pie junto a un pequeño escritorio, agitando unos papeles. —Creo que debería ver esto—

Agarró el papel de la mano de Charlie, Harry los examino. Lo que vio lo heló hasta los huesos. Era un contrato de alquiler de un apartamento… de un apartamento en el mismo edificio que Draco.

Sólo que el de Draco era el 2C y el contrato era para 3C. Examinó el documento a fondo mientras todas las piezas comenzaban a caer en su lugar y el corazón se le atascaba en la garganta.

Blaise había alquilado un apartamento justo encima de Draco.

Fue así como salió tan rápido cuando pateó la ventana de Draco. Blaise había subido la escalera de incendios y corrió a su propia ventana.

Así también era como sabía cuándo Draco estaba en casa, o el por qué el coche de vigilancia nunca había visto a Blaise ir o venir. El bastardo se había mudado justo encima del amante de Harry.

Miró a Charlie, sintiendo sus entrañas retorcerse en fuertes nudos. —Tenemos que irnos—

—Voy por delante de ti. Llamé a Neville tan pronto como leí ese contrato de arrendamiento. Ya se dirige hacia allá—

Harry hizo una bola con los papeles en su mano y se dirigió a la puerta. Blaise había llevado a Draco de regreso al único lugar que su bebé debió haber sentido el más seguro. Él ya había violado el santuario de Draco irrumpiendo, y ahora iba a ensuciar el lugar por dañar a Draco en su propia casa, o en el piso de arriba. En cualquiera de los dos lugares, Harry supo dónde deberían de estar ahora.

Se apresuró a bajar las escaleras del vestíbulo y salió corriendo del edificio. Harry saltó dentro de su coche. Charlie estaba justo detrás de él, deslizándose dentro justo cuando Harry despegaba de la acera. Charlie llamó a Neville mientras Harry se dirigía al apartamento de Draco. Él hubiera querido tener a Ron aquí también, pero el hombre estaba atrapado en algún puto autobús haciendo su camino de regreso.

La mente de Harry comenzó a hundirse en una neblina roja de completo odio mientras agarraba el volante con más fuerza, su mandíbula tensándose.

—Contrólate, Harry. No puedes entrar en esto sin la cabeza clara—

—Mírame—

Charlie se giró, su voz se volvió severa. —Si pierdes tu cabeza fría, vas a morir. La ira es tu enemigo, Harry, lo sabes. Tienes que eliminar tus sentimientos si deseas salvar a Draco.

Harry rugió su ira en el interior del coche, golpeando su puño contra el panel de instrumentos mientras conducía, liberando toda su rabia y dolor para que pudiera entrar en esto con la cabeza clara. Él estaba furioso, quería la cabeza de Blaise sobre una
jodida bandeja.

El problema de Draco (fanfic harco)Where stories live. Discover now