𝕃𝕚𝕥𝕥𝕝𝕖 𝕤𝕡𝕚𝕕𝕖𝕣•IronDad• 🍂

Capítulo 5: Todo bajo control.

El pánico me invadió. Atiné a tomar su barbilla con mi mano mientras lo veía perder la conciencia. Un grito salió de mis labios ante la desesperación.

- Jarvis, ¡Llama a la doctora Cho, enseguida! ¡La quiero aquí ya!- el grito me hizo arder la garganta pero no podía interesarme menos.

- Ella se encuentra a un par de calles, señor.- mi IA respondió de inmediato. Mis manos comenzaban a temblar. No podía perderlo.

- Examina su cuerpo, Jarvis. Dime que lesiones tiene.- mi voz salió rota, mis lágrimas me dificultaban la vista y mi respiración era pesada. El temblor en mi cuerpo no ayudaba mucho.

- De inmediato, jefe. Cuenta con 2 costillas rotas, al igual que su pierna izquierda. Un disparo en el brazo izquierdo y uno en el muslo derecho. Se muestran cicatrices de recientes insiciones en pecho, estómago y pierna, además de lesiones de menor grado. Una fuerte contusión reciente en la cabeza. Sus ligamentos de la espalda estan rotos, causando una hinchazón. Presenta una seria deshidratación y desnutrición, de casi tres semanas que pudo soportar por su cambio genético. Además, está teniendo una hemorragia intensa en su costado izquierdo, debido a un cristal que, de no ser retirado pronto, causará un colapso en sus pulmones. Mis gráficos muestran 3 litros de sangre por debajo del nivel normal y el oxígeno en sangre es casi nulo, señor.- Mi respiración paró de golpe. ¿Como había aguantado todo eso?

El pánico comenzó a hacerse más grande, casi consumiendome, me esforzaba por respirar pero no podía hacer llegar aire a mis pulmones. El temblor de mi cuerpo era demasiado y mi vista se nublaba. Hasta que escuché el pitido del ascensor y un montón de pisadas, seguido del ruido de unas ruedillas y un montón de voces.

- Stark, ey. Mirame, tienes que respirar ¿Si?- Cho me miraba preocupada, su mirada intentaba ser cálida pero no me transmitía nada de calma.

- ¡Cho! ¡Pet, debes salvarlo! ¡Tuvo un infarto recién, no supe que hacer así que solo lo dejé aquí recostado! ¡Ayuda, porfavor!- las lágrimas caían como cataratas por mis mejillas. Miré hacia abajo y él no estaba, grité.

- Tranquilo, Tony. Mis colegas están atendiéndolo, estas en shock. Necesito que respires, te sientes en el sillón e intentes calmarte. No puedes tener otro ataque de pánico tan seguido ¿Bien?- me tomó del brazo ayudandome a levantarme y sentarme en el sillón. Respirar me costaba menos, así que comencé a relajarme un poco. Aunque no dejaba de llorar, la culpa era demasiada.

- ¿Estará bien?- mi voz salió tan rota que pensé que quizás no me había entendido. Me miró y sonrió.

- Te seré sincera ¿Si? Él esta muy mal. Su situación es crítica. Haremos todo lo que podamos para salvarlo. Es un verdadero luchador, el solo echo de haber llegado hasta aquí es un gran logro. Creo que sabía que estarías como loco y quiso demostrarte que podía sin ti.- una sonrisa adornó sus labios y automáticamente yo también sonreí. Mi niño...

- Debes dormir, toma dos de estas pastillas y descansa. Apenas el salga te avisaré ¿Bien?- me miró comprensiva, pero al ver que no reaccionaba volvió a hablar.- Es una orden, Stark.

Me levanté, tomé dos pastillas para dormir y subí a mi habitación. Me haría bien descansar, no dormía más de una horas o dos desde que me enteré que Pet desapareció. Estaba exhausto. Me recosté en mi cama con sabanas de seda bordos y me acomode.

- Jarvis, despiertame cuando salga Pet.- mi IA respondió un corto "Si, jefe" y yo me dejé bagar un poco antes de dormir. El pensamiento de que Peter aún estaba en peligro me hacía doler el estómago. Parece haber vivido un infierno. Por otro lado, aún no teníamos rastros de May Parker. Mierda, May.

- Jarvis, ¿Alguna novedad con May Parker?- me permití suspirar luego de esa pregunta.

- No señor, el coronel no a comunicado nueva información. Por otro lado, jefe, debo recordarle que debe comunicar a Rhodey los recientes sucesos.- bufé y ordené a Jarvis que le envié un reporte lo más detallado posible. Luego me deje caer en los deseados brazos de Morfeo.

Tony: Torre Stark. 05:58 a.m

- Señor, el joven Parker a salido de quirófano y la doctora Cho solicita su presencia en el piso de medicina.- la voz de Jarvis me despertó, de inmediato me puse de pie para salir descalzo por la puerta de mi habitación, corriendo en dirección al ascensor que me guiaría al ala médica. Al llegar me encontré a Cho hablando con 3 o 4 de sus colegas.

Me acerqué sin pensarlo, sin importarme interrumpir su conversación.- Cho ¿Como está?- los otros hombres se alejaron, dándonos privacidad.

- Débil, sufrió una gran perdida de sangre en el quirófano por la extirpación del vidrio y, como supuse, sus pulmones colapsaron, pero logré recuperarlo. Necesita descanso y control las 24 horas del día. Ese chico es un suertudo. Aunque me gustaría decir que está estable, no es seguro. Debemos dejar pasar 48 horas antes de clasificarlo como "fuera de peligro". Debemos ver como responde su curación a las lesiones. Vendré a verlo durante toda la semana para hacerle seguimiento.- suspiré, me relaje notablemente y mis hombros se liberaron de una notable tensión.

Sonreí sinceramente y me acerqué para abrazar a Cho, me sentía tan agradecido que no sabía como responder. Ella correspondió al poco tiempo, supongo que por la sorpresa. Una lágrima traicionera bajo por mi mejilla cayendo a la bata de la doctora. Al separarnos ella me regalo una sonrisa familiar y se fué, no sin antes aconsejarme dormir un poco más, comer algo y tomar una ducha caliente.

Le hice caso y subí a mi habitación para higienizarme. Me di el pequeño lujo de preparar la tina con agua caliente y sal de baño. Me despojé de mis ropas y me metí con cuidado, soltando un suspiro de satisfacción al hacer contacto con el cálido líquido. Cerré los ojos y me acomodé para disfrutar de un momento de paz, después de dos semanas infernales. Me quedé dormido...

Desperté y el agua ya estaba fría. Moví mi cuello un poco, incómodo por la forma en que estaba recostado. Me enjaboné y enjuague antes de salir de la tina, para después enrollarme en una suave y abrigada bata negra. Sin más tomé una toalla de mano y me sequé el pelo sin mucho detalle. Salí del baño luego de arreglarlo un poco y me dirigí a la cama a recostarme.

Moví mi mano de manera que una pantalla azul apareció frente a mi, mostrando la hora 7:29 a.m.
Solté un suspiro, hice desaparecer la pantalla, ordené a Jarvis que me despertara a las 10:30 y volví a acomodarme para descansar. A los pocos minutos caí rendido.