Cap. 16

165 27 4
                                    

Siendo aún un poco tarde Caleb me trajo a casa sin quejarse.

–Siento no poder ir a tu cumpleaños, no encontré a nadie que me sustituya en el trabajo –Se disculpó dándome un beso en la cabeza.

Me daba pena no poderme quedar a dormir con él y saber que mañana no lo vería.

–No te preocupes, el trabajo es importante –Le quité importancia sin poder evitar sonreír con lo tierno que era–. Lavaré la camiseta y te la devolveré cuando nos veamos.

Una vez mi hombro estaba mejor Caleb me dejó una camiseta de mangas largas de rallas blancas y negras para poder ponerme ya el peto que me había regalado y poder tirar la ropa que había tenido que llevar.

–Sabes que, quédatela, te queda tan bien con el peto que tómalo como parte del regalo –Respondió colocando un poco mi pelo.

Aún no sabía como iba a explicar en mi casa mi cambio de peinado.

–Gracias, de verdad –Agradecí sin poder evitar ponerme algo colorado al sentir sus dedos en mi pelo.

–Descansa –Me deseó dejando que me quitara el cinturón.

–Puedo darte un beso? –Pregunté con un poco de vergüenza inclinándome hacía él.

Pero ni siquiera respondió, me lo dio directamente dejando que nuestros labios disfrutaran del calor del otro.

–No tienes por que pedir permiso, aunque sea tu amigo me gusta besarte –Susurró una vez nuestros labios se separaron terminando el beso.

–A mi también me gusta –Admití robándole otro beso fugaz y agarrando ya la bolsa con el resto de mis regalos y las cremas que me había dejado.

Sin decir mucho más me bajé del coche y, como siempre, hasta que no entré en el portal Caleb no arrancó.

La noche al final había sido bonita.

Muy bonita.

–Donde has estado!? –Preguntó mi madre histérica esperándome en la puerta de casa con los brazos cruzados.

Tal vez había sido demasiado bonita.

–Dios mío pero que te ha pasado en el pelo!? Y esa ropa? Jade! –Saltó una vez vio que cerraba la puerta dejando que me fijara que tanto mi padre, como Gala y mi hermano estaban igual de despiertos que ella.

Mierda.

–Es un regalo, me la ha regalado el chico que te dije que te presentaría. A que es bonito? –Traté de cambiar de tema ignorando la primera parte de sus preguntas.

–Jade... que te ha pasado? –Preguntó mi padre metiéndose en la conversación pasando su brazo por el hombro de mi madre intentando que no se desquiciara–. Todos estamos muy preocupados... has dejado de comer bien, estás todo el día con los ojos hinchados de llorar, no nos hablas ni nos dices nada, solo te encierras en tu habitación diciendo que tienes mucho trabajo... y hoy vas y desaparecer saliendo de casa con ropa que no sabemos de donde has sacado y vuelves a las 2 de la madrugada así!

Ver su preocupación solo me hizo sentirme peor.

Claro que los había preocupado... había tenido tantos problemas que seguramente pensaron que volvía otra vez a tenerlos.

–La verdad es que no corté con Efrén... –Murmuré cediendo al final a su insistencia sabiendo que tampoco tenía forma de mentir y escapar de esto–. Lo intenté... pero Efrén me persiguió e insistió en otra oportunidad... que iba a cambiar, que no iba a volver a repetirse... cedí.

Prefería mentir en eso que decir en voz alta todo lo que había tenido que escuchar Caleb.

–Tenía un poco de miedo de como me miraríais después de toda la mierda que me hizo –Respondí dejando que mi madre agarraba mi brazo para que entrara en casa.

Pero no lo hizo con cabreo o de mala gana, lo hizo con cariño. Como cuando volvía a casa llorando del colegio.

–Vamos a hablar de eso en el salón –Comentó agarrando mi bolsa y dejándola frente a la puerta de mi habitación antes de hacerme seguir caminando para ir hasta el sofá.

Y todos nos sentamos para escuchar lo que tuviera que decir sobre lo que había pasado con Efrén.

–Al volver empezó a decirme que es lo que tenía que ponerme para ver a sus amigos y que no hicieran bromas sobre mi... empezó a insinuar cosas dejando caer siempre que yo tenía la culpa... medio a decirme que debía ponerme en cada momento... y al final cedí e hice lo que él me decía que tenía que hacer para encajar con sus amigos, me ponía ropa de "chico" para ellos y ropa de "chica" para él... iba a clase con lo que él decía y hacia lo que el decía a ver si tenía razón... –Medio expliqué la situación saltándome solo la parte en la que me violaba, chantajeaba y tenía miedo hasta de mi sombra– y no la tenía, estas 2 semanas han sido horribles... y hoy quiso ir a celebrar mi cumpleaños con sus amigos. No se ni como le dejé tocarme el pelo.

–Está bien, estabas en una situación complicada y aún tenías sentimientos por Efrén que te hicieron ceder... pero no puedes valorarte tan poco Jade –Me calmó Gala sin juzgar mis decisiones en ningún sentido.

Ella siempre ers tan comprensible.

–Cariño, has pasado por muchas cosas, sabes que vales más que ese bicho que no te valora –Apoyó mi madre dándome un beso en la cabeza.

–Si... ahora lo se –Les di la razón intentando sonreír como si lo que acababa de decir no me afectara.

Pero claro que aún me afectaba, recordaba demasiado bien a los amigos de Efrén y sus burlas... por no hablar de Efrén en si mismo.

–Y ahora como están las cosas con él? –Preguntó mi hermano acercándome directamente una caja de pañuelos.

–Hemos vuelto a cortar –Respondí aceptando su oferta cogiendo un pañuelo para secarme las lágrimas antes de que me mojaran la cara de nuevo–. Ahora de verdad. No quiero volver a verlo nunca más... nunca jamás... mi amigo me fue a recoger al restaurante y he estado con él todo este tiempo, me animó bastante y me hizo olvidar incluso que os había dejado sin saber siquiera a donde iba. Lo siento.

–Está bien, pero a la próxima no vuelvas a hacer esto –Contestó mi padre dándome un beso en la frente–. Somos tu familia y estamos para apoyarte, no martirizarte.

Si... eso era verdad.

Se sintió bien contarles parte de lo que había pasado... aunque tuviera que tapar la parte del chantaje... de verdad me alivió.

Al meternos todos en cama después de hablar no pude evitar llorar un poco según me ponía el pijama.

Pero no se, no eran lágrimas de dolor ni sufrimiento, solo era como si quisiera vaciar lo que quedaba de dolor y ansiedad dejado en mi cuerpo por Efrén.

Me acosté en cama cayendo dormido al poco tiempo, ni siquiera me costó conciliar el sueño.

Beautiful (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora