CAPITULO LII

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Juliana

El funeral fue como todos los demás. Triste, doloroso y envuelto en desesperación. Rebeca estaba en una esquina hablando con el padre y el Chino recibía las condolencias y agradecía la presencia de las personas. El lugar estaba abarrotado. La mayor parte de nuestra clase llegó.

Miré hacia atrás y vi a Bernardo de pie con Hailey, que tenía lágrimas corriendo por su rostro.

Hailey abrazó a Bernardo, los dos sin atreverse a decir que todo estaría bien.

-Buenas tardes a todos. Soy el Padre Lucas. Si pudiesen entrar, estamos a punto de comenzar la ceremonia.

Pasé mis manos sobre el vestido negro que había usado en el funeral de Eva, y me enorgullecí de mi capacidad de reprimir el llanto hasta ahora y durante todo el día. 

Ya había dejado caer tantas lágrimas en el hospital, en el carro y en la casa. Por lo que me prometí a mi misma hacer mi máximo esfuerzo para ser la más fuerte en la iglesia. Cuando los demás colapsaran, quería estar fuerte para ellos.

La ceremonia transcurrió, muchas lágrimas se derramaron. Me senté entre Hailey y Rebeca en el banco de enfrente.

Rebeca no había dicho mucho desde el accidente, pero me senté allí, acariciando su pierna, que sacudía todo el tiempo. Intenté comprender sus emociones.

Ella debía estar sintiéndose culpable por haber expulsado a Rick de la casa. Por haberlo aislado de tal manera. Tal vez, estaría deseando haber sido ella la que iba en ese carro y no si hijo. Debía estar muerta por dentro

Pero la culpa no le hace bien a nadie.

No hoy

Llegó la hora que las personas hicieran un breve discurso sobre Rick y su corta vida en este planeta, y muchos lo hicieron, algunos con chistes, otros con lágrimas.

Volví hacia Hailey, con quien había hablado antes y que había planeado decir algunas palabras, pero su mirada volvió al piso

-No lo consigo... no lo consigo - ella secó una lágrima pronta a caer y se levantó, saliendo de la iglesia

No sabía si debía seguirla o consolar a Rebeca, cuyos suspiros eran más profundos cada vez. Su respiración se comenzaba a acelerar y sentí que pronto podría tener un ataque de pánico

Me acerqué a ella y le susurré al oído:

-Él te amaba. Él todavía te ama. Está bien que llores

Las lágrimas caían por su rostro y ella asintió, su respiración pesada se fue suavizando, hasta que pareció un mar sin olas otra vez

Me volví y vi a Javier sentado en uno de los bancos, con los ojos llenos de lágrimas. Fruncí el ceño para él, quien asintió, antes de salir a ver a Hailey.

El padre Lucas llamó al último orador y cuando vi para el frente vi a Valentina encaminándose hasta el altar. Mi respiración quedó presa en mi garganta. Cuando llegó al púlpito, ella me miró. Sus ojos eran dos pozos de tristeza y compasión.

Ella llevaba una hoja de papel desdoblada

-No estaba segura de ser capaz de estar aquí enfrente hoy. Conocí a Rick hace apenas unos meses. Pero con Rick, bastaba un día para enamorarse de él, de su forma de ser. Él era un bromista, pero un chico muy inteligente y sabio. Fue cuando escribió su primer texto en mi clase de Literatura que percibí cuan profunda y compleja era la mente de Rick. Dejé una tarea para ellos al inicio del año... - Valentina hizo una pausa parpadeando, luchando contra las lágrimas. Ella se movió, intentando luchar contra las emociones, pero estaba perdiendo la batalla - Perdón - murmuró, apartando el micrófono y pasando las manos en su rostro.

Sra. Carvajal (Traducción)Where stories live. Discover now