Ramen sabor Cereza [NaruSaku +18] [✓]

Día 18: Fuera de casa

Era la última misión de Naruto antes de convertirse en Kage

Se había casado con Sakura y esperaba pronto concebir su primer hijo pronto pero la actualidad no era tan alegre como él quisiera

El lugar donde lo habían mandado era un húmedo y caluroso lugar, había pequeños insectos que le molestaban y picaban todo el tiempo y su esposa que tuvo que acompañarla tenía toda su piel con picaduras de insectos que trataba de no rascar

Una pareja de ancianos los acogió en su humilde hogar, el rubio tenía una cara de pocos amigos mientras la pareja le hablaba

—Solo tenemos una cama individual extra— dijo el anciano

Naruto gruñó

—Esta bien, señor— respondió Sakura golpeando el estómago del rubio con su codo

—El muchacho debe de estar cansado, chica, no lo maltrates— regañó la señora

Sakura agachó su mirada mientras el oji-azul se mantenía callado

La pareja le mostró una litera en medio de muchas cosas, ni siquiera había espacio para acostarse en el piso

Las personas mayores los dejaron solos en el lugar donde el Uzumaki rápidamente se quitó la ropa que tapaba su tronco

—Debes de estar feliz, tienes a una persona que te defiende— irónica soltó tratando de acomodar cosas de la habitación

Naruto estaba cansado, más bien agotado y no se veía muy feliz, se sentó en una espació libre del cuarto, serio, para quitarse las sandalias

La Haruno lo miró y no se veía muy bien, se preocupó pues pensó que tal vez un animal pequeño lo había picado y por eso tenía esa falta de ánimo

—¿Te sientes bien?— preguntó ella

—No— negó claramente enojado —Odio ésto— exclamó agobiado —Odio las juntas, los mosquitos, tener que fingir que todo está bien y odio ver qué estás toda lastimada y no poder hacer nada—

Sakura miró sus manos y palmas llenas de picaduras que desprendían un color rojo tenue, eso era a lo que se refería Naruto con "lastimada"

—Es algo normal, pronto te acostumbrarás— respondió con una forzada sonrisa

—No quiero— contestó —No digas mentiras—

La Haruno estaba un poco desconcertada, Naruto se había vuelto cada vez más serio y su actitud se fue mermando sin explicación

Estaba preocupado y con miedo al futuro, lo sabía porque el inicio de su matrimonio no fue un lecho de rosas o mejor dicho lo fue pero con todas las espinas correspondientes

—Toma un baño, Naruto, eso te relajará, te lo prometo, cielo— tratando de ser comprensiva dijo

El rubio hizo caso a regaña dientes y después la Haruno tomó una ducha