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Era mi tercer día en Târgu Mures, Rumania. El día estaba nublado como siempre, había nieve en todas las calles, parecía ser un día común para los lugareños, no lo sabía pero ese día me esperaba una aventura.

Como todos los años viajaba por mi cuenta para despejarme un poco del trabajo, iba a donde la curiosidad me atrajera, mi tío Gabriel siempre me decía que era un aventurero empedernido, siempre en busca de nuevas cosas.
Era cierto, desde niño me encantaban todas esas historias sobre aventuras como Indiana Jones, y como todo niño, yo deseaba ser uno de ellos.

Después de una ducha caliente y un rico desayuno, salí del rústico y un tanto pintoresco hotel en el que me hospedaba, hoy no tendría ningún recorrido, así que me escapé a explorar la famosa Ciudadela de Sighisoara. En el pequeño bus observaba la carretera llena de nieve a través de la ventana, al llegar comencé a recorrer un poco la pequeña ciudad, me senté en una banca -bastante fría- en la plaza principal, desde ahí noté a lo lejos una Iglesia en la Colina, sabía que tendría muy buenas fotografías desde allá arriba, así que con la energía que me quedaba me puse de pie y comencé a caminar guiándome por la torre que se alzaba por encima de cualquier edificación, había unas escaleras cubiertas por un techo, un túnel de madera cubierto con una gruesa capa de nieve, después de una larga caminata escaleras arriba-el templo se encontraba a una altura considerable-, junto a el, se asomaba una escuela secundaria de lo más ordinaria, no le tomé mucha importancia, también se encontraba un cementerio que parecía ser bastante importante debido a la forma que la que las tumbas se encontraban, de una manera bastante simétrica.
Tomé mi móvil y comencé a investigar un poco sobre el sitio en el que me encontraba.
Era el Memorial de las víctimas de la Primera Guerra Mundial, era bastante bonito, -estéticamente hablando-.
Mientras caminaba por el pasillo que se extendía entre las tumbas, leía los nombres de pasada de algunos ciudadanos, no eran más de 30 tumbas, una con el nombre de alguna víctima, pero una de las tumbas es distinta. En ella hay dos nombres, dos cuerpos:

Dean Winchester (1916)
y
Castiel Novak (1917)

Inmediatamente me saltó la curiosidad por esos dos nombres, distinguí una señora a lo lejos que vendía entradas para el templo, una vez que tomé la fotografía de la tumba me dirigí a la entrada del templo, me sonrió amablemente. Le devolví la sonrisa, le enseñé mi móvil preguntándole en inglés si ella sabía la historia de esta tumba, parecía no hablar mucho inglés y me dice que no soy la primera persona que pregunta por esto, solo se encoge de hombros diciendo "prieteni", fruncí el ceño, entonces toma un mapa y me señala la famosa Torre del Reloj en el centro la de ciudad. Asiento y le agradezco, mientras bajo por las escaleras del túnel busco la palabra "Prieteni" en el traductor. "Amigos".
¿Qué clase de amigos son enterrados juntos?

Al llegar a la Torre del Reloj me percato de que también tiene un museo sobre la historia de la ciudad, husmeo por el mapa del museo buscando algo sobre la Primera Guerra Mundial, en esa sala encuentro todo tipo de artefactos de la época, mapas y algunas fotos de personajes. Destacan los Winchester, una adinerada familia de origen alemán que se instaló en Sighisoara proveniente de Sibiu a finales del S.XIX. Los señores Winchester tuvieron dos hijos: Ancel y Dean.

DEAN WINCHESTER

Los Winchester se enriquecieron con la siderurgia e impulsaron la reconversión industrial de la zona, por eso eran tan populares por aquí. Pero a mí me interesaba Dean, que ya desde pequeño podía verse que su vida iba a ser un tanto espinosa.
Lo único que averiguo de él es que fue a la escuela de la colina con su hermano mayor. Encuentro una fotografía con Dean y su hermano, Ancel, también aparece un chico que deduje, es su amigo, Samuel, pero no parece ser relevante para lo que busco.

Lamentablemente para Dean, en el verano de 1914 estalló la guerra, todos los hombres fueron llamados a filas. Sigo observando las fotografías mientras leo la poca información que las placas del museo tiene, en una fotografía observo a Dean junto a su padre y su hermano, no se le ve muy contento, pues tuvo que interrumpir sus estudios en la Universidad de Múnich a la que había sido enviado, lo considero entendible, yo también estaría molesto si tuviera que dejar todo, porque los imperios europeos decidieron aniquilarse entre sí.
Mientras sigo buscando me pregunto ¿y qué le pasó en la guerra? Lo único que dice es que fue herido en 1915 Y lo trasladaron al hospital militar de Sighisoara, donde murió unos meses después.
Eso es todo sobre Dean Winchester.

¿Dónde está Castiel Novak? No hay ningún rastro de ese hombre en la sala.
Las preguntas sin respuesta se acumulan. ¿Quién era Castiel Novak? ¿Se conocieron en la guerra o a su vuelta? ¿Por qué Dean no descansa con su familia en el mismo cementerio? ¿Por qué están enterrados juntos si no murieron a la vez?

Salgo del museo con más preguntas de las que llegué, pensando que probablemente jamás averiguaré la verdad, de repente, me encuentro en un callejón sin salida. Podría abandonar esto y seguir disfrutando de mi limitada estadía en La Ciudadela, pero mi curiosidad puede más que todo, y una vez más, la casualidad está de mi lado.

Mi último recurso fue el señor que vendía entradas al museo, comencé a hablar con él y resultó que hablaba bastante bien el inglés, le platiqué mi pequeña travesía enseñándole la foto de la tumba y todo lo que sé sobre Dean.

-Lo siento muchacho, no sé nada sobre el tema.-Se encontró de hombros disculpándose.-En realidad solía ser ingeniero aeronáutico.

Comenzamos una pequeña charla amena sobre su antiguo trabajo, termina por preguntarme de dónde soy.

-De Canadá.-Contesto sonriente.-Pero vivo en Madrid.

Sonríe y me recomienda visitar el Restaurante Bastión, me cuenta que durante muchas años ese edificio fue conocido por "La casa del Catalán".
Me parece curioso el nombre y le agradezco para dirigirme al Bastión, no se encontraba muy lejos de la Torre, por lo que me es fácil encontrarlo.

Después de una rica comida y quedar completamente satisfecho, pues como de costumbre pedí bastantes platillos para probar un poco más de su gastronomía.
Tras pedir la cuenta, hablo con el camarero sobre el motivo que me ha llevado al restaurante. Me cuenta que efectivamente allí solía vivir una familia que, al parecer, tenía origen catalán.

No sabe decirme nada más. Cuando sus padres compraron la casa, ya en los años 90, el edificio estaba casi en ruinas, aunque conservaba algunos objetos de los antiguos propietarios. Entre ellos, algunos muebles, cuadros y tapices que están repartidos por las dos plantas del edificio. Me pregunta si quiero verlos y me lleva al piso de arriba.

En la escalera y la sala superior hay algunos cuadros. La mayoría son óleos sin firmar. Estampas amateurs de Sighisoara pintadas por autores anónimos. Uno de ellos llama poderosamente mi atención.

Es una calle cualquiera de Sighisoara, con la torre del reloj al fondo, algo lúgubre, con un arbol medio muerto. Examino sus detalles y de repente, se me para el corazón. En la esquina inferior izquierda, el pintor ha firmado con su nombre. Primero pienso que me engañan los ojos, pero ahí dice claramente "C. Nowak".

Y de repente la tumba de Dean y Castiel viene a mi mente.
Y visualizo el nombre de Castiel. Novak.
Novak con un palito debajo, algo que ya me pareció raro la primera vez que lo vi.
Y me pregunto si originalmente esa "v" era "w" ¿Y si Novak era en realidad Nowak? ¿Y si Castiel Novak era una modificación del nombre Cassiel Nowak?

¿Era posible o se me estaban yendo las cabras?

𝙏𝙖𝙠𝙚 𝙢𝙚 𝙩𝙤 𝘾𝙝𝙪𝗿𝗰𝗵Where stories live. Discover now