Capítulo 8

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Tomo una maleta y sus ropas.

Y mientras iba depositando las dentro de esa maleta. 

Por su mente solo pasaban estas palabras

"Asumiré toda la responsabilidad de mis actos"

**

Se sentía como si su muerte fuera inminente. Lo esperaba. Sentada en uno de los cómodos sofás de su despacho. Con las maletas echas y a una doncella envuelta en nervios. Oía sus pasos fuertes subir por las escaleras. Ella sabia que el no esperaba su visita, pero era ahora o nunca. 

La puerta se abrió y el corazón de Lilibeth se detuvo. 

―Hola..―Lilibeth lo saludo, pero después de su expresión de asombro no obtuvo respuesta. Solo su ahora habitual forma de ignorarla. 

Eso la tenia harta. 

Armándose de valor y dándose ánimos se dijo mentalmente ―"Si esto acabara en un incendio, entonces nos quemaremos todos juntos―". 

Michael, se acomodo en su escritorio, asiendo como si Lilibeth, no existiera, como si los papeles que revisaba eran el Rey de Inglaterra. 

Cansada se detiene y piensa, si esto es lo que se merecen. 

―Tú dices que soy terca y que nunca me rindo.Tú dices que soy una egoísta, estoy de acuerdo contigo en eso. Yo digo que solo nos conocemos hace un año. Tú dices "Pff, te conozco desde hace mucho más, querida" A ti te gusta estar muy cerca, a mi me gusta estar sola. Caminando juntos pienso que nunca pegaríamos en lo absoluto.Pero lo hacemos. No podríamos ser más diferentes, pero  estamos juntos. Y es por eso que ahora he llegado a la conclusión de que no nos conocemos en lo absoluto. Y que nunca estaremos de acuerdo en algo. Me siento morir por lo que ahora te voy a confesar y sígueme ignorando y revisando esos ¡malditos papeles!―En ese momento Michael, alzo la mirada. Lilibeth estaba llorando― Soy muy buena para callarme las cosas y para soportar heridas. Pero de la persona que más quiero no lo puedo soportar. Te perdone. Lo hice, se que fue mi culpa, pero lo has llevado a un extremo tal que no sabia como remediarlo y en vez de arreglar las cosas lo he empeorado. Yo te amo. Y también lo quiero a él, Me volví un remolino de confusiones y no supe que a ser para poder convivir con eso y hacer felices a todos. Pensé que me conocía a mi misma y que la presión nunca me ganaría pero no fue así. No soy perfecta. Creo que soy la persona más insegura del planeta. No pude soportar sentirme ignorada y tratada de esa forma en como lo haces. Me lastimas. Estaba sufriendo. Se que lo que hice no tiene excusa pero ahora mismo no tengo ni idea de como llamarlo. ¿Engaño? ¿Despecho? ¿Dolor? ¿Amor?. No lo sé, lo único que se, es que te hice un mal haciéndome un mal a mi también. Me equivoque y pido perdón.―Tomo aire―Te engañe con Daniel, estuve con él―Ella noto todo con su mirada nublada por las lagrimas, el estaba inmóvil y sin palabras.  ―Asumo toda la responsabilidad. Pero ahora, escucha lo siguiente. Ser humilde no significa que te dejes humillar. 

Lilibeth, quiso dejar un poco de silencio esperando que él hablara pero no lo hizo y continuo. 

―Nuestro matrimonio carece de conversación, ¿Como ser una buena esposa? si apenas conozco a mi marido. Tú tienes un lado diferente que nunca imagine que tuvieras y yo soy tan débil que me dejo llevar por impulsos. Esto se esta cayendo a pedazos ¿Y como lo arreglare yo sola? Mientras que tú solo me ignoras. Tengo conciencia del daño que te hice pero, al mismo tiempo no me siento responsable de lo que pudiste pensar que fue coraje, no fue nada más que miedo. Tú decides. ¿Volvemos a empezar este matrimonio o yo me iré como la esposa que te hizo la peor de las traiciones?. 

Temblaba como una hoja, pero sacaba fuerzas de donde no sabia que tenia. 

―Nunca por mi cabeza, había imaginado golpearte hasta ese día―Hablo Michael―Tampoco soy perfecto Lilibeth. ―Se levanto y con paso seguro se acerco― Oh vaya, no sabes el mayor esfuerzo que estoy asiendo ahora por no derribar este castillo en escombros―Él, mantenía sus manos bien entrelazadas detrás de su espalda―Lo hice porqué me odiaba a mi mismo por haber pensado en eso. No te quería cerca porque tenía miedo de herirte, entiendo que estuvo mal de mi parte y que si hubiésemos hablado nada de esto hubiese pasado. No nos conocemos lo admito. Pero eso no te da derecho a que juegues conmigo. Soy tan posesivo como tú y también tengo un limite. Pido perdón. Pero lo tuyo no es pedir perdón, tu caso es distinto. Por que casi cometer un error y ser una zorra, son polos muy opuestos―Lilibeth, agacho la mirada―Y sí, estoy muy dolido y lastimado. Se que no debería haberte dicho eso, pero lo hago, con mucho dolor porque pensé que lo que nosotros sentíamos y teníamos era algo tan  especial que nada lo podía dañar. Vaya en un comienzo me odie por tratar de dañar eso tan especial, pero no fue así. Te echo la culpa. Sí. Estoy siendo un idiota, lo sé. Ahora mismo me siento la peor burla del mundo. Y duele porqué fuiste todo lo que desee un día, pero si no hay amor se que el deseo ya no bastaría. 

Él cerro sus ojos conteniendo la ira y la rabia. Lilibeth, estaba inmóvil, esperando el gran impacto. Entonces, Lilibeth, vio formarse esa sonrisa tan maliciosa que le hizo sentir miedo. Sus ojos se volvieron ha abrir y eran tan distintos del azul de antes. Ese no era Michael. 

― Oh no, mi querida esposa de plata. Tú eres mía por toda la Eternidad. 

Antes de ella cerrar aquella puerta por donde acababa de salir, escucho la mesa del escritorio darse vuelta y chocar contra él suelo. Toda la noche mientras seguía sin saber que pensar, escucho los ruidos espantosos que llegaban del despacho de su esposo. 

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¡Gracias por las nuevas Lectoras! :D espero les halla gustado. No  olviden dejarme su comentario :D

La Bestia dorada Saga Eternidad IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora