009. Perfecto yerno.

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Hoseok pov:

¿Qué mierda era esa cosa?

Mi madre cocinaba todas las mañanas, o bueno, hacía el intento. El punto era que, al final de todo, su comida apestaba y era preferible comer algo en la escuela. Normalmente le gustaba hacerme sufrir con "sándwiches", "cereales" hechos en casa, y cosas por el estilo que a ella misma le gustaba inventar.

Pero con esto ya se había pasado de la raya.

¿Por qué joder mi comida se movía sola? ¿Era puré o crema? Preguntas existenciales que prefería no preguntar, o más bien: prefería no escuchar la respuesta.

- ¿Qué pasa, hijo? ¿No tienes apetito? - cuestionó mi madre que me veía observar con asco el plato de comida.

- No, es que... le prometí a los chicos que comería el desayuno con ellos hoy en la escuela, así que... mejor guardárselo a Taehyung - dije con una sonrisa maliciosa al final de la oración.

Que sufriera el muy ñoño.

- ¡Tienes razón! Taehyung debe tener hambre, ¿sabes dónde está? - cuestionó ella con una sonrisa gigante en el rostro.

- Se fue al piso de arriba, según él debía limpiar las gafas - respondí yo, aunque sabía que era mentira.

Llámenme egocéntrico, pero sabía perfectamente que se había ido a su habitación para que no notara que lo ponía nervioso. Ponía así a los chicos, ¿qué se le iba a hacer? Tan sólo halagaba a uno y ya lo tenía en la palma de la mano.

- ¡Buenos días! - exclamó la madre de Taehyung entrando a la cocina.

Dios, esa señora sí que estaba buena.

Ella era mayor, lo sabía, y no estaba esmerado en salir con ella o algo por el estilo. Pero el cuerpazo de esa mujer era una delicia. Y no lo podía negar.

- Buenos días, Sun Hee - saludó a mi madre cariñosamente -. ¿Lista para hoy? Empieza el viaje - dijo emocionada.

Mi madre se limitó a sonreír.

- Ah, buenos días, guapo - me saludó la madre de Taehyung y me plantó un beso en la mejilla.

- Buenos días, señora - sonreí torcidamente.

- Señorita Yang Mi - me corrigió -. Sino me siento vieja - rió simpática y cogió un vaso para luego llenarlo con bebida.

- Pues entonces: buenos días, señorita Yang Mi. Disculpe, pero no quería faltarle el respeto - dije yo sonriendo un tanto coqueto y le di un sorbo a mi vaso de bebida.

- Awww, eres un amor. Serás un perfecto yerno - comentó ella y yo casi me atraganté con el líquido.

Tosí fuertemente intentando volver a mi respiración regular.

¿¡PERFECTO YERNO!? ¿¡Qué rayos estaba intentando decirme con eso!? ¿¡Qué se creía esta señora que venía a decirme algo así mientras desayunaba!?

- Disculpe, pero... creo que se equivoca, yo no me casaré con su hijo - dije con menos tos y sonriendo un tanto divertido.

Ella me observó con esa típica expresión de interrogación.

- Yo no dije nada sobre mi hijo. Me refería a que tratas muy bien a las demás madres, tan sólo eso - comentó sonriendo entretenidamente al final y le dio otro sorbo a su bebida.

Intenté no sonrojarme. Definitivamente la presencia de Taehyung me estaba poniendo más estúpido de lo que solía ser.

Tomé otro sorbo de mi bebida y vi a Taehyung que entraba a la cocina. Hablando del ñoño de Roma...

- Hola, omma - saludó a su madre con un beso en la mejilla.

- Hola, TaeTae. Qué lindo te ves en esa ropa - sonrió encantadoramente en respuesta provocando que Taehyung se sonrojara.

Un momento, ¿esa era su típica reacción ante esas situaciones? ¿Se sonrojaba y ya?

- Ay, cariño, pero no te sonrojes - rió Yang Mi.

- Perdona, pero me da tanta vergüenza tener que ir usando esta ropa - cortó el y se sentó para comer el plato de comida que le había servido mi madre.

- ¿Por qué, lindo? - cuestionó su madre.

Taehyung la fulminó con la mirada y Yang Mi no volvió a hablar más del tema.

¿Por qué? No tenía ni la menor idea. Sólo se me venía a la cabeza que le daba vergüenza porque nunca usaba esa clase ropa y siempre se dedicaba a usar unos pantalones holgados y remeras largas.

Taehyung en realidad no era para nada cuidadoso con su apariencia.

- Disculpen, pero no tengo apetito - dijo Taehyung dejando toda la asquerosa comida de mi madre sobre la mesa-. ¿Nos vamos? - cuestionó mirándome con sus hermosos ojos marrones.

No pude evitar sentirme intimidado. Sus ojos me hacían sentir... nervioso.

- No... em... es decir, sí... em... mejor vámonos - balbuceé estúpidamente y me levanté de mi asiento al mismo tiempo que Taehyung.

Todos salimos de la cocina y nos detuvimos en la sala de estar. Era la hora de la despedida. Dos semanas y media sin mis padres... Ay, qué pena, ahora podría hacer fiestas, no volver a casa hasta tarde y traer a la chicas que quisiera. Ah, qué horror.

Mientras Taehyung y su madre se despedían cariñosamente en silencio, mi madre se acercó a despedirse de mí.

- Bueno, bebé, quiero que te cuides ¿de acuerdo? Primero: fiestas, sólo si Taehyung está de acuerdo. Segundo: no salgas tanto de casa, por favor. Taehyung no es de esos chicos que salen a fiestas y no quiero que se quede solo por tanto tiempo ¿de acuerdo? - dijo cariñosamente y yo asentí con la cabeza a pesar de saber que no cumpliría mi palabra -. Sé que no me harás caso, pero cuánto desearía que hicieras el intento - murmuró para sí misma y yo, en realidad, me sentí bastante ofendido.

Luego de aquella extraña despedida y un beso en la mejilla de parte de mi madre, Taehyung y yo nos subimos al auto y nos fuimos a la escuela.

Encendí la radio y dejé que la música country se escuchara por todo el vehículo. De acuerdo, debía admitir que esa clase de música no le gustaba demasiado a mis amigos, pero era country-rock, lo que lo hacía tener más ritmo.

- ¿Country? ¿Country-rock? ¿Enserio? - dijo Taehyung con ironía y rodó los ojos.

¿Por qué ahora estaba en contra de mi música?

- ¿Qué tiene de malo? - cuestioné sin entender.

- Pensé que escuchabas metal o algo por el estilo - comentó encogiéndose de hombros como si no fuera nada importante.

- Pues... no. ¿Te sorprende? - dije con una sonrisa inconsciente en el rostro.

- Me desagrada - respondió cortante -. ¿Tienes algo de TaeYang? - cuestionó sorprendiéndome.

- ¿TaeYang? - repetí extrañado.

- Sí, ¿o ya estás sordo? - preguntó con ironía.

- Pues... - empecé a decir dándole a entender que no tenía nada de ese cantante.

El bufó.

- Da igual - dijo pesadamente y se volteó para mirar por la ventana todo lo que restaba de camino.

No sabía muy bien por qué, pero presentía plenamente que Kim Taehyung no estaba exactamente en la palma de mi mano.

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viviendo con el nerd ✦ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora