👑💜SIX💙🐻

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Los meses pasaron con rapidez y en un parpado, ya había pasado más de un año desde que el príncipe de Karmaland conoció a su Omega destinado, Rubén. Ahora Samuel tenía 13 años, mientras que Rubius contaba con 12 cumplidos hace solo un par de meses atrás.

Aunque, para cuándo Samuel se enteró, ya era tarde, aún así deseaba darle un regalo. No sabía demasiado bien lo que le gustaba al chico o que cosas podría necesitar, por lo que optó por darle un brazalete que había comprado en el pueblo antes de llegar a verle.

Rubén recibió con gusto su regalo, al parecer le había encantado aquel detalle, pues cada vez que Samuel le mira de reojo, él esta observando su brazalete, maravillado de la artesanía, pues a sus palabras, él no había podido cruzar del límite del bosque.

Aquello hacia crecer las ganas de consentir al omega con toda clase de lujos, pero se quedaba simplemente en un deseo, al recordándose quien era y que debía pasar desapercibido.

Rubén y Samuel solían pasar sus tardes juntos pescando, recorriendo el bosque o incluso haciendo tonterías como lo eran subirse a la copa de un árbol para solo observar el horizonte.

De todas formas, lo que a Samuel mas le gustaba, era recibir la atención de su Omega de la forma en la que solo él hacía, tenerlo a su lado lo hacía sentir sumamente agradecido y bendecido por encontrarlo a pesar de todo.

Aún así, el príncipe de Karmaland no sabía todo lo que le gustaría saber sobre Rubén, ya que este era bastante reservado en algunos aspectos.

Pero Samuel presentía que había algo más que el Omega no le decía y eso lo tenía un poco inquieto.
Por eso cuando Rubén lo cito en el claro para contarle algo importante se sintió impaciente.

Según el castaño era algo que no le había dicho antes por miedo, pero que ahora estaba seguro de querer revelarlo, y aquellas palabras no causaron más que expectación por parte del Alfa.

Con paso raudo y veloz se acercó al claro dónde siempre se encontraban cuando estaban juntos. Era como un punto de referencia para ambos.

Cualquiera pensaría que después de un año conociéndose y sobre todo, teniendo presente que ambos eran destinados, Samuel ya sabría todo sobre su Omega, pero este no era el caso, ya que según él había mucho que proteger.

Aquello sin duda molestaba al alfa. Que su Omega no confiara en él al punto de jamás decirle donde vivía u otras cosas más importantes, quizás como su pasado, porque no vivía en el poblado... lo hacían sentirse enojado consigo mismo.

Quizás él no le proporcionaba la suficiente seguridad a Rubén y por eso, este no era capaz de compartir esa clase de anécdotas con el.

Pero, cuando Samuel comenzaba a sentirse de aquella forma, solo bastaban un par de besos de Rubén para que el Alfa se le quitará todo el malestar y simplemente lo dejara pasar.

No era por nada, pero amaba aquellos "besos" que su Omega le daba, a pesar de que fueran húmedos y le dejarán un rastro de saliva, estos lo reconfortaban a tal punto de que los necesitaba cuando se sentía frustrado o molesto, sólo para calmarse.

Vegetita – Se escuchó a lo lejos haciendo voltear al de cabello azabache, para después sentir como caía hacía el suelo.

Su Omega había saltado sobre él y ambos habían terminado en el suelo, Samuel un tanto adolorido y Rubén abrazándolo como si no hubiera un mañana.

Chiqui, que me estás aplastando – dijo el príncipe riendo por la actitud cariñosa y juguetona del Omega.

Perdón Vegetita, es que comenzaba a extrañarte – admitió Rubén sonriendo al azabache.

👑TWO PRINCES👑 • Rubegetta / Luzuplay • //Onde histórias criam vida. Descubra agora