👑💛TWENTY ONE🖤🧤

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La boda real se realizaría en el reino de Karmaland ya que este contaba con mas espacio para la gran celebración que querían los reyes de ambos reinos involucrados en la unión de ambos príncipes, también porque este sería el lugar en donde reinarían Borja y Samuel. 

Aquel enorme castillo que se extendía con sus normas y reglas hasta Greenstone. 

Los sirvientes más importantes y antiguos de Greenstone habían viajado también hasta el reino más importante del norte para ayudar con todo lo relacionado a la boda real, entre ellos claramente venía Raúl junto a sus padres, quien al ver como se preparaba todo para aquel día no pudo evitar sentirse triste. 

Estaban restregándole en el rostro que su alfa se iba a casar con alguien que no era él y aquello le lastimaba aunque nadie se diera por enterado. 

Tenía muchas cosas que hacer con respecto a los preparativos, pero Raúl simplemente se encontraba de pié en mitad del pasillo viendo como el personal corría de aquí para allá con copas, ropaje, manteles y demás como si su vida dependiera de ello. 

Faltaba solo media hora para que la ceremonia se celebrase cuando no pudo más con ello y tomó la decisión que había estado pensando desde hace tiempo, era mucho mejor sufrir alejado que ver todo esto de tan cerca. 

No iba a soportar ver a Borja casarse sin desmoronarse en mil pedazos. 

- ¿Raúl? - preguntó una voz llamándole. 

Al voltearse pudo encontrarse frente a frente con su madre quien llevaba una bandeja con comida para que esta fuera servida en la recepción del evento. Se veía cansada pero era su trabajo después de todo y estaba acostumbrada a ello.

- Hay mucho que hacer, ¿Que haces ahí parado? - cuestionó nuevamente su madre sin moverse de aquel lugar, casi como si presintiera lo que estaba a punto de ocurrir. 

Raúl se acercó lentamente hasta su madre y depositó un cálido beso en su frente mientras la observaba con cariño. 

Dejar a su familia era algo que sin duda era un contra en toda esta decisión, pero lo estaba haciendo por ellos también. Sabía cuanto le dolería a su madre y su padre verlo sufrir con todo esto en un futuro, además de que estarían más seguros por si los reyes se llegaban a enterar de algo. 

- Me iré madre - dijo el omega sonriendo como podía. 

- ¿De que estas hablando Raúl?, no es momento para bromas de mal gusto, de verdad hay mucho por hacer... - 

La voz de la madre de Raúl se vio apagada cuando este con cuidado la abrazó de manera cálida y como si de una despedida se tratase. 

Y claro que lo era. 

- Cuida de papá y cuídate tu, ¿De acuerdo? - dijo el omega sin terminar aquel abrazo. 

Su madre le devuelve aquel fraternal gesto como pudo mientras intentaba reaccionar. Por alguna razón su hijo se iba y ella no sabía a donde ni el porque estaba haciendo todo esto. 

Raúl terminó el abrazo con una lagrima corriendo por su mejilla y se quitó el delantal que traía consigo para lanzarlo al suelo y así emprender su viaje a quien sabe donde. 

- Cuídate hijo - escuchó como decía su madre haciendo que aquella sonrisa que llevaba en su rostro fuera aún más amarga. 

Fue directamente a la habitación en donde estaba alojándose durante su estadía en el reino de Karmaland, tomó sus cosas que seguían empacadas y sin molestarse en observar el lugar por última vez salió de ahí. 

Una vez logró salir de aquel castillo bajo la atenta mirada de los guardias que custodiaban la salida y entrada de cualquier persona pudo sacar todas las lagrimas que tenía guardadas de quien sabe cuando. 

Se sentía perdido con respecto a todo lo que estaba haciendo en ese momento. Había dejado a su alfa para que este cumpliera con su plan de ser rey, también había dejado a sus padres después de tanto tiempo estando a su lado siendo cuidado y amado por ellos. 

Era libre, pero no se sentía como tal. Se sentía aún prisionero de sus sentimientos y de lo que toda su historia conllevaba. 

Comenzó a entrar al pueblo de aquel reino cuando alguien choca fuertemente con el haciéndolo perder el equilibrio y caer al suelo.

Raúl levantó la mirada para observar a aquella persona que había chocado con él encontrándose con un chico más joven que el aparentemente muy apresurado. 

Tenía el cabello blanco y las gotas de sudor que emanaban de su frente indicaban que llevaba un buen tramo recorrido a máxima velocidad. 

- Lo siento mucho, pero llevo prisa - dijo el chico ayudándolo a levantarse para posteriormente seguir corriendo en dirección al castillo. 

Mientras que el quería alejarse de aquel lugar, aquel chico quería acercarse a este, cosa que le causó bastante gracia. No todos tienen las mismas experiencias e historias después de todo. 

Una vez que el chico apellidado Álvarez se encontró lo bastante alejado de todos sacó de su mochila aquel artefacto que su amiga le había dado antes de emprender su viaje al reino en el que se encontraba. 

Según sus propias palabras, el solo debía lanzarla al piso para que así ella supiese que le necesitaba y que si hacía aquello ella estaría a su lado lo antes posible para así ayudarlo en lo que fuera necesario. 

El omega no sabía exactamente como resultaría aquello pero de lo que estaba seguro era de que no quería estar solo en aquel momento, y si estaba la mínima posibilidad de que Monica estuviera a su lado en ese momento haría lo que fuera necesario. 

Tal y como la bruja le indicó, Raúl lanzó aquella cosa que parecía un frasco al suelo haciendo que se rompiera en mil pedazos y un extraño humo comenzara a emanar de aquel lugar. 

El omega comenzó a toser debido a aquel ridículo humo que se esparcía a su alrededor como si lo consumiera, pero en cuanto comenzó a dispersarse logró divisar a su amiga entre el humo tosiendo tal y como el lo estaba haciendo momentos atrás. 

Había aparecido como por arte de magia, y como la chica era bruja realmente no le pareció tan descabellado en pensar que las cosas mágicas de verdad existiesen y que al parecer su amiga era bastante buena con todo ello. 

- Dios, la próxima vez utilizaré menos humo - dijo la chica de cabello negro sonriendole a su amigo - Así que mi querido auroncito me necesitaba - replicó ella una vez el humo hubo desaparecido por completo de aquel lugar. 

Raúl estaba realmente feliz de ver a Monica en aquel lugar con el, pero tal y como había comenzado esto, debía terminarlo antes de que se arrepintiera y volviera para correr a los brazos de su alfa sin importarle si era asesinado en el camino. 

- Solo vámonos de aquí - exigió el chico tomando de la mano a su amiga para comenzar a avanzar por el bosque. 

Con esto comenzaría una nueva vida, no sabía cual sería su destino, pero lo que si sabía es que sería realmente lejos de Karmaland o de Greenstone. 

- ¿Y tu alfa? - preguntó Monica siguiendo a Raúl por el bosque. 

Sabía a lo que se refería con su pregunta. 

¿Que haría con su alfa? ¿Estaba seguro de querer alejarse de él para siempre y así sufrir un dolor constante por estar alejados? ¿Estaba listo para dejarlo salir de su corazón?

- El ya no es más mi alfa - respondió con convicción Raúl dejando el reino de Karmaland a sus espaldas. 

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Un putaso dolia menos...
Lo siento yo avisé. 

👑TWO PRINCES👑 • Rubegetta / Luzuplay • //Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang