👑🧡TWENTY FOUR🧡👑

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La puerta de entrada a aquel salón se abrió de manera abrupta dejando pasar a un nervioso y rápido Borja Luzuriaga quien corría para escapar de las palabras de su padre. 

Mientras tanto Samuel salió por uno de los accesos laterales al salón donde se estaba efectuando la ceremonia siendo seguido fervientemente por su madre, mientras el padre de este intentaba calmar a la multitud curiosa que se preguntaban que había ocurrido. 

¡Samuel! – escuchó el príncipe de Karmaland como lo llamaban a su espalda. 

El chico de cabello azabache avanzó entre los pasillos del castillo mientras su madre le pisaba los talones, intentando apresurarse vistiendo aquellos tacones que sin duda la demoraban un poco más. 

Subió las escaleras hasta el segundo piso dispuesto a buscar algunas de sus cosas antes de ir hasta donde Rubén se encontraba pero no esperaba que su madre jugara sucio en ese momento. 

Guardias, no dejen que se escape – dijo la reina haciendo que este volteara la mirada. 

Aproximadamente unos 10 guardias comenzaron a seguirlo hasta el segundo piso siguiendo cada paso y apresurándose para alcanzar su andar. 

Samuel decidió que sus cosas no eran necesarias en ese momento, y que debía salir de ahí cuanto antes si no quería ser retenido por sus padres y quizás ser castigado brutalmente, incluso podía ser casado en secreto y contra su voluntad. 

Tomó un giro repentino desde uno de los pasillos y se acercó hasta la única salida que veía pertinente en aquel momento. 

Alto – dijo el príncipe de Karmaland acercándose a aquella ventana. 

Los guardias al ver las intenciones que tenía el heredero al trono se detuvieron de inmediato, mientras la reina era escoltada hasta las cercanías de aquella ventana en donde se encontraba su hijo amenazando con atentar contra su vida. 

Samuel se había sentado en el borde de aquella ventana abierta de par en par mientras observaba de reojo la caída que podría sufrir si lo que tenía pensado no resultaba, aunque confiaba en que funcionaría. 

¿Que estas haciendo Samuel?, tu deber es con el pueblo de Karmaland, no puede prescindir así de tu destino – dijo su madre acercándose con cuidado hasta la ventana. 

La reina se mantuvo a una distancia prudente intentando convencer a su hijo de que bajara de ahí y que no cometiera alguna locura como lo era saltar desde esa altura, podría morir y si aquello ocurría sería una desgracia para la familia real. 

El chico de cabello azabache rió con un sentimiento ácido, eran aquellas palabras las que lo hacían confiar en que la decisión que había tomado era la correcta, seguir a su corazón y no a la razón. 

Mi destino me esta esperando allá abajo madre, si me caso con Borja no seré feliz como lo seré con mi omega destinado – admitió Samuel finalmente. 

La madre del príncipe abrió sus ojos, sorprendida con aquella confesión que su hijo había hecho. Sin duda no se esperaba que el supiera sobre eso, y mucho menos que hubiera encontrado a un Omega "sucio" con el cual compartía un vinculo. 

¿De que estas hablando Samuel? – preguntó la reina intentando bajarle el perfil a aquella situación – no puedes estar hablando en serio – 

Lo estoy haciendo madre, y si me disculpas, debo irme – sonrió el príncipe. 

El príncipe de Karmaland se quitó aquella corona, la cual era señal de su lugar como parte de la realeza de aquel reino, y la lanzó al suelo, quedando esta a los pies de su madre quien la tomó entre sus manos antes de volver su vista a su hijo. 

Samuel realizó una pequeña reverencia con su cabeza en señal de despedida y se lanzó por la ventana del segundo piso de espaldas a este esperando no sentir el impacto en el suelo. 

Tanto la reina como los guardias que la acompañaban se asomaron por aquel lugar justo para observar como un gran oso pardo atrapaba a Samuel en el aire antes de que este azotara su cuerpo contra el suelo, tal y como Samuel lo había pensado en cuanto vio aquel cabello albino asomarse por la puerta de acceso.
Su omega se había transformado en oso a penas se dio cuenta de las intenciones que su loco alfa había tenido para atraparlo justo antes de que cayera al suelo. 

Rubén estaba sumamente feliz. 

Guillermo había acertado, al final, su alfa siempre lo eligiría a él antes que cualquier otra cosa, y con esto se lo estaba demostrando con creces. 

Había dejado a su reino, su deber real, por él. 

Guardias, vayan por él – se escuchó desde el segundo piso del castillo. 

La reina estaba llamando a todos los guardias posibles para atrapar al príncipe fugitivo y al oso que lo estaba ayudando con toda esa locura. 

Chiqui, no hay tiempo, salgamos de aquí – dijo el chico de cabello azabache levantandose de los brazos de aquel oso y abriendo la puerta. 

Rubén aun convertido en oso salió corriendo por esta y una vez fuera ambos se alejaron rápidamente de las cercanías del castillo de Karmaland. 

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¡Raúl! – llamó Borja al omega por los pasillos del castillo. 

Había logrado perder a su padre quien lo perseguía desde que dejó aquella habitación en donde la ceremonia iba a llevarse a cabo, pero gracias a que no conocían a la perfección el lugar pudo alejarse de el y buscar con más calma a su omega. 

Borja – escuchó el príncipe de Greenstone a sus espaldas con una pequeña emoción en su pecho. 

Ahí estaba Helena, la madre de Raúl parada detrás suyo en aquel pasillo, detenidos, ambos observándose a los ojos.

Helena – la llamó Borja.

Se ha ido, no se a donde, pero se despidió de mí y se marchó antes de que la ceremonia comenzara – informó la madre de Raúl soltando una pequeña lágrima.

Borja sintió como el miedo comenzaba a apoderarse de él de una manera que le causaba escalofríos.
Su Omega se había ido y no le dió tiempo a decirle nada.

Había llegado tarde.

Debo encontrarlo, no puede alejarse así de mi – dijo Borja pensando en que hacer.

Si salía en ese momento por la puerta delantera sería detenido por los guardias que custodiaban el lugar para la ceremonia y no sería atrapado sin antes dar la pelea.

Tengo que salir de aquí Helena

El príncipe de Greenstone se veía desesperado, tenía que salir de aquel castillo de alguna manera para poder encontrar a Raúl, pero mientras más lo pensaba, más se daba cuenta de que le sería imposible.

Hay una salida trasera, debes llegar a ella y correr lo más rápido que puedas – dijo la mujer tomándolo de la mano y guiandolo por los pasillos.

Dieron un par de giros cuidando no ser atrapados ni vistos por los guardias que buscaban en los alrededores del castillo hasta llegar a la cocina.

Desde la puerta de esta Helena le dió las instrucciones a Borja para que el alfa pudiera salir de las inmediaciones lo antes posible.

Gracias Helena – dijo el chico de cabello castaño tomando las manos de aquella mujer.

Cuida de mi hijo Borja, porfavor te lo pido – suplicó la madre del Omega quién aún mantenía lágrimas en sus ojos.

Eso es lo que quiero hacer, ten por seguro que lo encontraré y que estaremos bien

Tras decir aquellas palabras, Borja besó la mejilla de la mujer que lo había ayudado y se dispuso a salir por aquella salida lateral que se encontraba escondida entre unos arbustos.

Con cuidado de no ser visto, el príncipe de Greenstone logró dar con la salida y correr a través de las calles del reino mientras seguía el leve aroma a Caramelo que aún se mantenía tibio en el aire.


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👑TWO PRINCES👑 • Rubegetta / Luzuplay • //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora