XI

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Mi hermana había anunciado que las órdenes del médico eran claras, no podía prácticamente ni levantarse de la cama y mucho menos venir a Londres. Por lo que supuse que pasaría toda la temporada con los Dominth. Y así fue.

No llevábamos más de tres semanas de temporada cuando fuimos invitados a pasar una semana en casa de los Duques de Checre. Aunque yo no estaba realmente interesada en acudir, era consciente de que aquello era una oportunidad para los Dominth, ya que habíamos recibido la invitación por mi parentesco con el archiduque Luis Cigar. Bueno, quizás no, quizás la habíamos recibido por el interés que el futuro Duque demostraba por Anna.

-¡Oh Zuza qué emoción!- Exclamó Anna bajando del carruaje.- Este lugar es precioso... seguro conocemos a gente interesantísima...

-De lo que estoy segura es de que podremos hacer algunas de las nuestras.- Le dije guiñándole un ojo.

Anna había tenido toda la razón, el lugar era mágico. Las tierras que rodeaban la gran finca de los duques de Checre eran espectaculares, contaban con bosques, un lago, un rio...

-Anna... - le dije en un susurro.- Harry no te quita los ojos de encima, si sigue mirándote así creo que al final arderás.

Ella me miro de mala gana, Harry, el hijo primogénito de los duques de Checre, había mostrado su interés por Anna desde el primer día que lo habíamos conocido, y tras aquella ocasión en la que los había dejado solos para perderme por el laberinto con Lord Stivens, Harry parecía mucho más encaprichado con ella.

-Ni se te ocurra dejarme a solas con él.- Dijo amenazante.- Te lo digo muy enserio Zuza, no deseo ser descortés, pero es...- Se detuvo intentando buscar la palabra adecuada.

-De acuerdo.- le dije entre risas.- Aquí viene el galán.

-Buenas señoritas, están ustedes radiantes.- Saludó Harry sin levantar la vista de Anna.

-Es usted todo un caballero señor Checre.- dije haciendo una perfecta reverencia.

-Saben que prefiero que me llamen Harry.- dijo sonriente.

-Eso no sería apropiado señor- respondió Anna rápidamente.

-Quizás únicamente cuando estemos a solas...- aquella frase se quedó en el aire cuando un apuesto caballero se acercó al señor Checre.

-Buenas noches primo, veo que estás muy bien acompañado, entiendo que olvidaras nuestra cita.

-OH Lux lo lamento muchísimo.- Harry parecía algo angustiado.

-Te perdonaré la ofensa si me presentas a estas preciosas damas.- Aquel caballero parecía todo un seductor, su elegancia, su porte, sus modales y su belleza formaban un todo difícil de pasar por alto.

-Permítanme introducirles a mi primo el Conde Lux.- Harry hizo las presentaciones pertinentes.

-Señorita Light - dijo besando la mano de Anna.- Señorita Sant.- dijo besando la mía y tardando más de lo debido en ello.- Es un inmenso placer conocerlas.- Levanté la vista y me encontré con el ceño fruncido de Javier, él ya había subido las escaleras de la entrada y nos miraba con desagrado.

Tras habernos instalado y descansado un par de horas, llego el momento de bajar a cenar. Anna y yo entramos juntas en el gran comedor, y resultó que nuestros asientos eran contiguos a los de nuestro anfitrión y su encantador primo. Yo cenaba junto al conde Lux y en frente nuestro estaban Javier y Anna, además de unos cuantos caballeros y damas cuyos nombres no recuerdo. Hacía todo lo posible por no mirar el ceño fruncido de Javier, y por ello, me enfoqué en el conde Lux, el cual resultó ser una grata compañía.

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon