The Stripper [Caché]

Dos Lados - Epílogo 2

POV Poché

Me puse junto a Paula y Sara, viendo como el helicóptero de Calle despegaba. A través del vidrio de la ventana vi como la mujer sacudía su mano con una hermosa sonrisa en su cara. Nuestra hija alzó su pequeña mano sacudiéndola rápidamente en respuesta. Pronto el helicóptero empezó a moverse, volando lejos del edificio de las Industrias Calle. Suspiré profundamente, con cierta insatisfacción. Recibiendo una mirada atenta de Paula, quién sonrió débilmente.

-¡Vamos, Poch! No estés así.- Comentó mi mejor amiga en un intento de animarme.

Odiaba cuando Calle tenía que viajar, odiaba estar lejos de mi esposa. Ambas éramos mujeres totalmente ocupadas. A pesar de trabajar en el mismo lugar, no nos cruzábamos mucho, Ambas teníamos posiciones importantes, que demandaban demasiado nuestra atención. Últimamente prometimos pasar más tiempo juntas, pasar más tiempo con nuestra hija y Vale. Como promesa, Calle dejó claro que el fin de semana de mi cumpleaños, que era el domingo, nuestra familia iría a la cabaña junto con nuestros amigos más cercanos y familia, todo en una gran celebración por mi cumpleaños número 31. El tiempo vuela, ¿verdad? Lo sé.

-Ay, Paula. Sabes que no me gusta cuando viaja sin mí.-

-Lo sé, te quedas con esa cara cada vez que se va.-

Paula rió mientras caminaba al ascensor. Sostuve la mano de mi hija, llevándola a la caja metálica.

-A mami no le gusta estar sola.- Sara le dijo a Paula.

-¡Y por eso tu dormirás con ella! ¿Escuchaste lo que dijo Mamá Calle?-

-¡Sí! ¡Voy a dormir en la cama grande!- Celebró emocionada, haciéndome sonreír.

-¡Esa es mi chica!-

Paula extendió su mano para que Sara la chocara. Las dos simplemente estaban pegadas, amaba la relación cariñosa que existía entre las dos. Muchas veces mi mejor amiga cuidaba de mi hija cuando Calle y yo teníamos que viajar por negocios, y honestamente, no había mejor persona para cuidar de ella. Después de la ruptura con Alfredo, Paula estuvo sola un tiempo. Lo que me puso muy triste, amaba su relación y siempre esperé una hermosa boda. Pero con el tiempo descubrimos que la rubia tenía otros intereses, y muy conocidos. En la fiesta de la boda de Kim y Sebastián, Paula nos dijo junto a Abisambra que estaban juntas. Esa realmente fue la sorpresa del año, para todos nosotros. El ambiente fue pesado inicialmente, lo que causo que Alfredo se distanciase de nosotras, pero hoy en día todo es muy natural. Él sale con una hermosa chica canadiense. Y siempre viene a visitarnos.

-¿Dónde está Abisambra?- Pregunté cuando salimos del ascensor.

-Está en "Imperium". Dijo que tenía que pagar a algunos proveedores hoy.-

-No sé qué haría sin Abisambra en ese lugar.-

-Mi novia es increíble, lo sé.- Habló engreídamente.

-Lo es, pero no te pongas arrogante, Galindo. Yo también tengo una mujer maravillosa.-

-Lo llevas diciendo años, Poch. No puedo olvidarlo.-

Nos quedamos unos minutos en mi oficina mientras resolvía algunos asuntos pendientes de las Industrias Calle. Paula había tomado la posición de supervisora general de la sede central, con la ayuda de Kim, quién controlaba el sector financiero. Honestamente, Calle era como un huracán, no únicamente en mi vida, pero en la de todos. Comparada a nuestra situación años atrás, en la cuál Kim, Paula y yo vivíamos en un pequeño piso compartiendo gastos, hoy estábamos mucho mejor de lo que hubiésemos imaginado. Con mi ascenso a la presidencia, vi como mí deber ayudar a ambas mujeres quienes me habían ayudado a través de los años. Y Calle no me cuestionó, sabía la confianza que tenía en mis amigas, o mejor dicho, en mis hermanas. Hoy, no solo yo, pero todas nosotras vivíamos en una buena situación financiera.