Ͳϴϴ ҒႮᏟᏦᎬᎠ •ᎷᏆΝᏙ• [ᎪᎠᎪᏢͲᎪᏟᏆϴ́Ν]

THREE

Todo estaba bien hasta hoy, el último día antes de la boda. Hoseok se ve radiante mientras se prueba por vigésima vez el traje de novio blanco y piropea a Jimin por el suyo negro. Se ven tan felices en esa tienda, con la familia de Hoseok felices y sonrojados por la belleza de su hijo. Y Jimin sonríe a todos, aunque esté muriendo por dentro.

-No quiero que hoy veas a Taehyung.

Hoseok cambió el tono de su voz, de tierno a imponente, cuando llegaron a su casa y estuvieron por fin solos.

-Sabes que iré a verlo.

-No lo harás.

-Ya, porque tú lo digas.

Era una batalla de miradas, y ninguno se rendirá tan fácilmente.

-Si vas no me caso.

-Eso es jugar sucio.

-Lo sé.

-Me vas a tener amarrado a ti por mucho tiempo, ¿no es suficiente?

-Hablas de nosotros como si fuese la última mierda que te importe.

-Porque lo es.

-Vete a la mierda, Jimin.

-Mañana sale el expreso a ella, tranquilo.

Hoseok se sienta en el sillón del salón principal, furioso. No sabe cómo pero Taehyung siempre acaba robándole todo lo que quiere. Y se arrepiente de haberle presentado a su novio en primer lugar, porque sabía que terminaría así, sintiéndose una mierda como aquella vez- como el primer chico del que se enamoró cuando eran jóvenes, y que su mejor amigo terminó conquistando primero.

Estaba acostumbrado a perder, y pensó que mudarse lejos con Jimin cambiaría eso pero no, seguía fracasando en cada intento. Cada día que amanecía pensando solo en él, pero jamás lo amaría. Kim Taehyung nunca amaría a Hoseok como ama a Jimin y él lo sabe; y le duele, le duele no tener a alguien que lo mire como Taehyung mira al castaño. Porque una vez Kim lo miró a él así, pero fue tonto y se alejó por miedo a ser una de las tantas cosas pasajeras en la vida de su mejor amigo.

Por eso no quería volver a Corea y enfrentarlo, cara a cara, con el chico que le había robado tantas cosas pero en especial el corazón. El chico del que huía en clase porque los celos podían con él cada vez que lo veía con alguien más. El chico que dejó sin siquiera una nota porque se arrepentiría de irse si lo hacía; y debía marcharse, quería olvidar sus sentimientos y probar con Jimin. Lo intentó cada día, olvidarlo, pasar página y convertir su historia con Park en lo que hubiese querido con Taehyung; pero incluso ahora que lo había tenido cerca tres meses enteros no pudo hacer nada.

Pero ,Taehyung jamás notó los sentimientos del rubio, ni hace tres años ni ahora. Él solo tiene ojos para Jimin en estos momentos, mientras se abrazan en silencio acostados en la alfombra del suelo y simulan ver una película en la gran pantalla del salón. Taehyung llora sin lágrimas y Jimin sufre por dentro.

-¿Irás a la boda?

-No.

Es lógico. Kim no quiere presenciar aquello.

-Odio que estos sean los últimos minutos que estaremos juntos.

-Yo también.

-¿Puedo quedarme las esposas?

Kim sonríe.

-Claro. Solo si no las usas con nadie.

-No lo haría.

Ambos respiran profundo, perdiéndose en lo maravilloso y trágico del momento. Es de noche, algo tarde ya, y Jimin tiene que irse para no lucir cansado en la mañana. Pero Taehyung no quiere dejarlo ir, no ahora que se siente tan vacío siendo los últimos instantes. Es un infierno, pero es su propio infierno. Ambos pecadores y seguramente condenados a una muerte súbita, pero no más desdichados por eso que por verse obligados a alejarse sin reversa.

Así las horas vuelan, y la noche se transforma en el día que nadie querías que llegase. Ya todo está preparado: los invitados esperan a los novios, la tenue música de fondo empezó a sonar y los arreglos florales adornan la sentencia de Jimin y Hoseok los novios, los futuros esposos que no vivirán felices ni comerán perdices en esta historia.

Y al otro lado del salón, escondido entre las columnas de mármol cubiertas de guirnaldas azules, está Taehyung. Él fue solo para torturarse, para asegurarse de que realmente perdería a Jimin y no era una pesadilla. Necesitaba verlo aunque doliese, para poder superarlo; para luego regresar a casa y besar a Jungkook como si esos tres meses no hubieran existido nunca. Después de el sí quiero regresaría a casa y haría como si nada hubiera pasado, volvería a su rutina de pareja estable y trabajo mal pagado.

Hoseok ya estaba en la sala, nervioso, avergonzado por las cámaras y todos los familiares presentes que lo veían enternecidos. Jimin no llegó hasta unos minutos después, y estaba hermoso. Taehyung lo veía como un ciego miraría el mundo por primera vez. Y lloraba, a escondidas, pero esta vez las lágrimas no iban a contenerse.

Porque Jimin había llegado y le había enseñado que estar roto no era una debilidad y que tener cicatrices no nos hace irreparables. Porque ahí el castaño vestía de negro, pero tenía la mente más colorida del mundo. Y él amaba eso; él que era solo líneas y espacios en blancoー Jimin lo coloreaba, sin salirse del borde, siendo el perfecto pintor de su obra de arte. Él que lo llamaba bebé, pero le hacía sentir tan grande.

Y así pronto llegó el momento de los anillos, de esas miradas tan bien fingidas que parecían de amor. Y el beso, el mágico beso que une a dos amantes que compartirán una vida juntos. Jimin pensaba en Taehyung, Jimin evitaba hacerlo. Y Taehyung salía del lugar fregando las lágrimas que caían a chorros por su rostro.

ー¿Ya saliste del trabajo?

ーSí, voy en camino.

ーCuídate, amor.

Taehyung cuelga el teléfono y asiente a la nada. Era hora de regresar a su vida, con Jungkook que lo trata como a un rey. Aunque él prefiera ser el bufón de la corte si fuese necesario solo para quedarse con Jimin- su fruta prohibida, el chico con el que se acaba de casar su mejor amigo.

FIN

Bueno chicxs espero que os haya gustado la historia tanto como a mí ❤️ aunque debo admitir que me hubiera gustado que terminarán juntos pero la dura realidad no es así. 🥺

Pero en mi mente el MinV/Vmin siempre termina casándose, teniendo 8 hijos, un gato, un perro y una tortuguita 🤭

Que buena es la imaginación 7w7 arhe

-Andrea