Capitulo 20

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Damon

Freno en frente, a una vieja casa con dos pisos, dejo el auto cerca de ahí. Tengo tantos recuerdos, fue un lindo auto regalo. Dejo el auto cerca del lugar, las personas que importan me conocen. Una minúscula raya y pierden todo. Yo me hare cargo de eso, los hechos lo muestran. Saco de la guantera lo que le prometí a Charles y los hombres. Entonces camino hacia la puerta principal. Me encuentro con Charles y dos hombres de traje oscuro atrás de él.

—Señor, la persona que se llevo a su prima. Esta abajo. — Exclama, moviendo sus manos, como si fuera un adicto, ya sé lo que quiero. Saco de mi bolsillo, el sobre con el dinero que le prometí. Un trato es un trato. — Gracias Señor, si desea que haga otro labor para usted. Lo hare con gusto.

—Salgan, y cierren la puerta cuando lo hagan. — Les digo en un tono seco, sin mirarlos, mi vista estaba fija en la parte de abajo. Lo tengo. — Y ustedes dos. — Los señalo, ignorando a la rata que también me observaba, — tengan en la mano su celular. Su trabajo aun no termina. — Bajo las escales, una por una, tomo mi tiempo. Quiero disfrutar esto.

Observo el sótano, hay telarañas, polvo, la luz que parpadea no lo ayuda. Parece un ratón asustado, la bolsa que lleva en la cabeza lo delata. Me quedo en frente de él disfruto su miedo, vi la mesa que estaba al lado de él. Los hechos lo muestran. En esta casa, lo convertí en el lugar del horror, tardo dos años. Pero lo logre. Muros anti ruido, puertas secretas y más de cincuentas formas de torturar a alguien, también las cosas para enterar a alguien. La gente del lugar, me conoce y me tienen miedo. Ni se atreven a mirarme o a delatarme. Aparte la seguridad no muy bueno que digamos. Eso es lo mejor de vivir en un lugar como este...

—Por favor, — suplica, aun tiene la tela en su cabeza. ¿Con quién mierda me confunde? — Le dije a uno de sus matones que le daría algo mejor que el dinero que le debía mi familia. — No pienso en darle el crédito a alguien mas de lo que voy a hacer.

—No soy esos matones de cuarta, de los cuales hablas, Jean. — Camino hacia la mesa y busco los cigarrillos. Sinceramente no soy muy fan de fumar pero lo necesito.

— ¿Entonces, quien eres? Y ¿Quieres de mí? — me cuestiona confundido. Tal parece que no es un buen chico como lo creía. — Por favor, tengo un hermanito y soy su única familia. — Enciendo un cigarrillo, inhalo lo que puedo y lo suelo. Mierda, que placer es esta cosa.

—Pues lo hubieras pensado antes, — le digo tranquilo, mientras vuelvo a atraer el tabaco. Me dirijo hacia él. — Recuerdas aquella chica de hace una horas atrás, — tiro unos restos en el suelo. — Bueno, ella era mi paga y no dejo que alguien se lleve algo que me pertenece. — Lo miro, y luego al cigarrillo. Podemos hacer un calentamiento del ejercicio.

— ¿Adalin...? ahhg... — Se lo digo mientras que, que lo quemo con el cigarro en el pecho. — No lo sabía, ella me dijo que... ahhg. — Vuelvo a hacer presión en la herida que le hice. La razón, simple placer no más.

—No me importa. — le digo sin importancia, ignorando su sufrimiento. Cualquier dolor que sienta una persona es menor a lo que yo sentí en algún momento. — Me quedo con los hechos, con mis hechos. Si quiero hacer esto, prefiero verme como la víctima, en estas circunstancias.

— ¿Qué... que quieres decir con eso? — Respira con dificultad, parece que la bolsa no lo ayuda. — ¿Qué piensa en hacerme? — El tono de voz puede decir muchas cosas. Y ahora en música para mis oídos.

—Quiero decir que me gustaría quedarme más. — Miro otra vez el mueble de madera buscado la tortura mas lenta pero dolorosa para nuestro Jean. — Pero ante... — Freno buscando otra vez su cuerpo en la poca luz. — Como dicen la curiosidad mato al gato ¿No? Nosotros no somos un gato, pero si tenemos curiosidad. Así que... — Agarro la bolsa y de un jalón la tiro. Por primera vez, me ve. Las lagrimas y el moco que sale por la nariz decora todo su rostro. — ¿Qué es esa cosa que es algo mejor que el dinero? ¿eh? Jean. — Lo llamo, en mi mente pasa por una idea que espero que sea errónea.

—Yo... — Respira con dificultad. — No sabía que esa chica era importante. — Mueve la cabeza de forma negativa, se ve tan arrepentido. Pero no pienso en desistir en esta decisión. — Yo lo hice con la intención de salvar a mi hermano, haría todo lo posible por salvar lo que queda de mi hermano.

Yo di todo por mantenerme a salvo, por sobrevivir. Desde que entre en este mundo supe cómo moverme, este chico lo intento a su manera. Y perdió. Tal parece que la familia solo genera problemas, en cambio si vos creas a tu familia, a tu manera, te ahorras ser traicionado por ellos.

—Entonces ibas a usar a Adaline. — Le respondo directo, mi duda si hicieron realidad. Fijo mi vista en él, y su respuesta la cual fue un asentimiento de cabeza. — ¿Sabes que es la inyección letal, Jean? — Busca el frasco que prepare hace mucho. Para una ocasión especial, y esta es la perfecta. — La inyección letal, consiste en inyectar por vía intravenosa y de manera continua una cantidad letal de diversos fármacos combinados, que producen, sucesivamente, inconsciencia, parálisis respiratoria y paro cardíaco. — Busco una jeringa y lo pongo hasta quedar vacio. Busco un poco de cuero, para amáralo en la boca. — Es decir, la muerte misma. — Busco en el brazo, una vena la cual inyectar, y lo logre.

Busque en una silla, la única que había en ese lugar, me senté. Para ver los efectos, que les dije. Poco a poco lo identifique, cada cosa. Suprimí la sonrisa que salía por su sufrimiento. Los hechos lo muestran. Esta vez yo soy la víctima, el me robo e hice justicia por mano propia, fui el juez del juicio y el verdugo de la sentencia. El mejor castigo, que di. Jean esta oficialmente muerto.

—Hola, soy yo. — Le digo por mi celular. — Saca la basura. — Miro el cuerpo de Jean sin vida. — Y al hermanito de Jean, mándalo a algún orfanato digno y dale todo. Educación, cuenta bancaria con dinero mensual, buena alimentación y que sea decente, Roger. — Antes que él me responda cuelgo el teléfono.

Le dije a Adaline que mi castigo no sería tan severo. El hermano de Jean es la prueba que puedo ser piadoso cuando quiero y cumplir lo que le prometí. Espero que sepa cómo debe usar las herramientas que le deje. Antes de irme me acomo la ropa para ir a ver a Roger. A cumplir sus caprichos.

Sin IdentidadWhere stories live. Discover now