Capítulo tres: ¿Por qué volviste?

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Ese mismo día en que Mew llegó a Waanjai, Gulf no pudo dormir bien, su mente no dejaba de atormentarlo con pensamientos acerca de que el alfa se encontraba ahí para llevarse a su cachorro y luego intentaba convencerse de que sólo estaba siendo paranoico ya que Mew no sabía que tenían un hijo, él no tuvo la oportunidad de decírselo. Toda esa noche fue una batalla mental donde sus miedos trataban de hundirlo y cuando la hora de despertar a Alexander llegó, el omega no solo se sentía cansado sino que estaba aterrado de llevar a su pequeño a la escuela, no quería encontrarse a Mew en el camino y que éste se lo llevara lejos.

Por esa razón fue que terminó vistiendo de manera desordenada a su pequeño Alex quién solo reía divertido al ver que su papi le había vestido con su camisa al revés y con dos zapatos totalmente distintos.

—Papi...

—¿Mh? —Gulf ya se encontraba acomodando el cabello de Alexander cuando el pequeño le habló.

—¿No crees que otros niños se reirán de mí?

El omega se asustó al escuchar lo dicho por el niño y fue ahí donde cayó en cuenta de lo que estaba haciendo.

—¡Oh!, ¿cómo pasó esto?

El mayor tomó de los hombros al pequeño y lo hizo dar media vuelta un par de veces mientras sus ojos se abrían grandes y el niño reía.

—Papi, me mareo.

Alexander pensaba que era un juego, no podía notar que su papi se encontraba mal y eso lo agradecía internamente Gulf porque no podría explicarle a su cachorro todo aquello que tenía en mente sin que éste comenzara a hacer preguntas.

—Lo siento, cielo.

El pequeño negó y le sonrió a su papi.

—¿Iré así a la escuela?

Gulf negó y lo cargó en sus brazos para ponerlo sobre la cama y poder cambiarle los zapatos a otros completamente distintos, posteriormente la pequeña camisa fue puesta al derecho y el omega ahogo un sonido de frustración al ver la hora. Win lo mataría esta vez.

—Vamos, cariño, Nozomi y Win van a matarlos por hacerlos esperar demasiado.

Incluso el omega maldijo para sus adentros al ver que su teléfono celular tenía diez llamadas perdidas por parte del otro omega por lo que de nuevo cargó a Alexander y se apresuró a salir del departamento y bajar hasta el local para poder hacer un desayuno rápido. Como su departamento se encontraba sobre la cafetería Gulf por lo general desayunaba en la cafetería en lugar del pequeño lugar al que consideraba su hogar desde hace tiempo.

Una vez en la cafetería, Gulf soltó a su pequeño en el suelo con delicadeza.

—Cariño, necesito que saques la leche del refrigerador, ¿puedes hacerlo en lo que le abro a Nozomi y Win?

Alexander asintió y los dos se separaron yendo a diferentes partes del local, mientras el niño se adentraba en la cocina, Gulf corrió a la puerta y la abrió justo en el momento en que su teléfono comenzaba a sonar con la canción que había definido para Win.

—Lo siento, lo siento, lo siento. —Dijo mientras se hacía a un lado para dejar entrar a las personas que esperaban afuera.

—Gulf, ¿qué sucedió?, ¿por qué no contestabas el teléfono? Y, —el omega menor comenzó a regañarlo mientras guardaba el teléfono en su bolsillo sin volear a verlo y cuando su mirada se centró en Gulf, Win no pudo evitar exclamar interrumpiéndose a sí mismo—, ¡demonios!, ¿qué te pasó?, luces horrible.

Gulf le dio una mirada de reproche, él no necesitaba que le dijeran lo obvio y no le dio un pequeño golpe en la cabeza porque la pequeña Nozomi lo distrajo.

Hold Me TightWhere stories live. Discover now