Que te muerdan (Chandler Riggs)

II

Estuvimos los 3 primeros días recorriendo la ciudad. Nos quedamos en un apartamento céntrico que daba a un precioso lago. Los siguientes dos días los íbamos a pasar de acampada en un bosque que había más o menos cerca.

Tanto a papá como a mí nos encantaba perdernos en la naturaleza. Habíamos alquilado un par de tiendas y equipamiento y trazado una ruta, así que después de pasar por un supermercado para comprar algo de agua y comida pusimos el coche en marcha. 

Aproveché para hacer una videollamada con mamá que se encontraba disfrutando de unas vacaciones en un crucero por el mediterráneo con su prometido. No estuvimos hablando mucho rato ya que donde ella se encontraba era de noche.

Cuando llevábamos como 25 minutos recorridos nos encontramos un control policial. El agente nos hizo parar el vehículo.

- Buenos días, necesitaría que se bajaran del vehículo por favor. - Mi padre y yo hicimos caso. - Es solo un control rutinario. ¿A dónde se dirigen?

- Mi hija y yo vamos de acampada. 

- Tengan cuidado. - Dijo otro de los agentes que acababa de revisar el maletero. - Anoche recibimos varias llamadas de los vecinos de un pueblo cercano ya que había un par de locos que quisieron entrar en algunas casas y destrozaron algunos coches.

Mi padre siguió hablando con los agentes. Según comentaron no era el primer pueblo de la zona al que iban y tenían un comportamiento agresivo. No sé por qué se me vino a la cabeza el vídeo que vi justo el día que llegamos.

Aparcamos el coche y después de una caminata de 2 horas acampamos cerca de un río.