Capítulo 11

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    Caminábamos por el parque de diversiones, visitando cada uno de los puestos mientras con Jessica le relatábamos todo a Flor para que ya no se sienta excluida. Le contamos desde lo que pasó luego de la guerra de láminas, después de la exposición de biología (el conflicto entre Jessica y Rayan a la salida del castigo; que la dejé sola por andar discutiendo con Marcus porque no me quiso ayudar a separarlos, ya que él decía que estaban bien y que no se metería en los asuntos de los demás, entonces me enojé con él por ser un idiota y no apoyarme, pero luego resultó que no quería entrometerse porque sabía los sentimientos de Rayan hacia Jessica; Rayan había llevado a Jessica a su casa por haberla hecho llorar, pero después la amenazó con besarla si no se subía a su motocicleta o aún así la llevaría igual; luego ocurrió el problema de mensajería en el aula de castigos) y hasta la noche en que planeamos la ley del hielo. Ah sí, y el macabro engaño de Marcus para llevarme a su casa, les conté que lo evité por completo al quedarme jugando con sus hermanitos para no subir a su cuarto. Durante todo el relato, Sebastián caminaba detrás de nosotras comiendo palomitas de maíz con indiferencia.
      Paramos en otro puesto y decidimos probar "tiro al blanco" quizá lográbamos ganar un unicornio de peluche, eran tan adorables y esponjosos.
      -No puedo creer que Marcus se quedara en el sofá con el ceño fruncido y un sobrero de vaquero mientras tú pasabas el tiempo jugando con sus hermanos -repitió Jessica entre risas mientras tomaba el arma de pelotitas para disparar en el centro del puntero.
     Lanzó tres tiros y sólo acertó uno.
     -Maldita sea mis ojos chuecos... -se quejó al haber gastado noventa pesos en este juego.
      -Ahora déjame a mí -pidió Flor corriendo a Jessica del medio y tomando el arma.
     Ella también compró una ficha.
     Logró pegar dos tiros pero falló uno.
      -Está porquería está arreglada -comentó frunciendo el ceño.
     El dueño se rascó la cabeza y tosió nervioso.
     Era un embustero sin duda.
     -Mejor vayamos a la casa de los espejos -propuso Jessica viendo a los unicornios rosados por última vez.
     Alguien cubrió mis ojos con sus manos y escuché gritar a Jessica con espanto.
     -¡¿Qué rayos haces aquí?! -preguntó colérica luego del grito.
      Ay no...
      -Dime que no eres tú... -rogué piedad a la amistad.
     Jessica me harían picadillo en la casa embrujada cuando se entere que quizá le conté a Marcus a donde iríamos.
      -¿No estás feliz de verme? -preguntó, fingiendo estar angustiado, cerca de mi oreja.
     No puede evitar reír y ruborizarme.
     Marcus me destapó los ojos y vi a Jessica convertida en el demonio de Tasmania. Shisüs protegerme...
      -¡¿Lo invitaste?!
      -¡No, sólo le dije que no podríamos juntarnos el sábado porque vendría al parque con ustedes! -excusé poniéndome firme.
      -¡Eso es delatar! -exclamó pisando el suelo con furia.
     -¡No es mi culpa que trajera a tu enemigo! -me defendí apuntando al pobre de Rayan quien estaba tranquilo con las manos dentro de los bolsillos de su campera.
     -¿Quieres venir a la guerra con pintura? -preguntó Marcus mirando a Sebastián quien ya estaba empachado de tantas palomitas de maíz.
     -Por favor... -respondió pasándole el paquete a Flor y se fue junto con los chicos a la guerra de pintura que había atrás del parque.
     -No puedo creerlo... -murmuró Flor con los ojos desorbitados.
      -Les dije que teníamos que pintarle las uñas o jamás se convertiría en una de nosotras -recordó Jessica aquella vez que casi logramos atar a Sebastián y hacerlo una hermosa princesa.
      Flor y yo asentimos.

      -¿Entonces le dijiste a Marcus que no podrías juntarte con él el sábado, porque saldrías con nosotras? -repitió Jessica volviendo a cruzar los brazos.
     -Ya no más por favor... -rogué al cielo y me digne a caminar hacía la casa de los espejos o no saldría ganando en esa plática.
      -¡No huyas traidora! -gritó Jessica a mis espaldas.
      -Ya déjala en paz. ¿Cuál es el problema si ya es la novia de Marcus?  -escuché que la cuestionaba Flor a Jessica mientras me seguían por el parque.
      -Que está siendo una atrevida que no pide permiso antes de actuar -le respondió Jessica levantando la voz para que la escuche.
     -No tengo por qué pedirte permiso -recriminé caminando sin siquiera voltearme a verla.
      -Tienes que hacerlo cuando se trata del chico que te amenazó de muerte, te llamó virgen, no te ayudó con el trabajo que les enviaron de castigo, quien te amenazó con subirte la falda, en frente de todos...
      -¡Ya basta! -le grité en la cara.
      Las chicas dejaron de caminar y se detuvieron al igual que yo. 
      -Jessica, Marcus me dijo que soy hermosa y me invitó al cine punto, caí, no es mi culpa, hasta ahora estoy bien con él, no me engaña, me cuida y es un maldito tonto que le gusta molestarme para que me sonroje y besarme -Volteé otra vez y seguí caminando.
      No sé por qué dije eso... creo que ni yo puedo explicar con claridad lo que siento por él, simplemente me vuelve loca.
      Llegué a la casa de los espejos y entré en ella sin siquiera esperar a las chicas quienes venían por detrás, caminando más lento que yo.
      -Jessica está celosa, eso es lo que pasa -comentó Flor de repente dentro de la tonta casa de los espejos.
     Sí, era tonta no había nada interesante, todos los espejos me hacían ver gorda. Excepto el que te estiraba como fideo.
      -¡¿Qué?! ¡¿Celosa de qué?! -le reclamó Jessica a su compasiva amiga.
     No les di mucha importancia y sólo seguía viendo mi reflejo en los aburridos espejos.
      -Tú quieres ser más como Agnes, simplemente vuelve loco al chico llevándole la contraria, nunca hagas lo que espera de ti -explicó como si fuera sencillo.
     -¿Qué? -Está vez las dos la cuestionamos.
      -Aaaah -suspiró Flor al cielo- Agnes cuando se dio cuenta que Marcus le gustaba no dudó en esperar su siguiente broma y le dijo que sí, cuando la invitó al cine, pero ella bien sabía que le dijo que no lo besaría hasta después de que tuvieran al menos una cita. Omitiendo claro que la besó en el baño luego de que le tiró su celular al inodoro... -recordó preocupada.
      -Descuida su celular era a prueba de agua, no tengo ni una hora justa dentro de ese maldito salón de castigos -comenté irritada.
      Vaya... ni yo me hubiera hecho ese análisis como Flor lo hizo. Hasta ahora jamás entendí por qué le dije que sí.
       -De todas formas, eso no explica lo que siento, no es que me culpo de como actúo ante Rayan, si él sólo me hace burla tras burla, sino que me enojo porque me preocupa que vayas demasiado rápido y que Marcus te lastime -declaró angustiada.
      -Descuida, no creo que sea capaz de eso, no confíes en mi instinto Jessica, pero te pido que confíes en mi intuición -le pedí colocando una mano sobre su hombro.
     -Sí fuera por tu intuición Marcus sería un asesino serial que busca venganza porque le bajaste los pantalones... -comentó aguantando la risa.
     Rodeé los ojos y seguí caminando por el laberinto de espejos.
      Escuché a las chicas por detrás reír a mis espaldas, genial.

      Salimos de la aburrida casa y ya no sabíamos que más hacer.
     -¿Qué tal si vamos por los chicos? -opinó Flor con inseguridad.
      -¿Qué? Olvídalo -le dijo Jessica sin siquiera pensarlo un segundo.
      -Estoy de acuerdo, vamos quiero pedirle a Marcus si puede ganarme el unicornio -dije mirando de reojo a Jessica.
     Ja. Ja.
      -Eso es... maldad pura y lo sabes -me amenazó con su dedo.
       -Maldad pura es saber que no le correspondes los sentimientos a alguien -contraataqué al recordarle que ya sabe que Rayan gusta de ella y aún no hizo nada.
      -Cállate -retó cruzando sus brazos.
      -Anda vamos ya -llamó Flor tomando camino hacia la zona de guerra de pintura.
      Al acercarnos vimos a los chicos en la salida quitándose los uniformes que les daban todos manchados mientras reían y platicaban animados, al menos ellos la estaban pasando bien.
      -¡Hey ganamos! -exclamó Sebastián, acercándose a nosotras, más feliz que nunca en su vida.
     Ahora iba a empezar a decir que lo maltratábamos...
     Marcus se acercó a mí y me besó sin previo aviso frente de todos. Me sonrojé al instante, nunca me besaron frente de mis amigos… siéndole correspondido.
      -¿Cómo la pasaron ustedes? -me preguntó, pero en general.
     -Bi-bien -contesté tartamudeando por los nervios.
     -En realidad la pasamos para el culo, la casa de los espejos es una porquería -soltó Jessica con el ceño apretado.
     -¡Wow! ¡Wow! Que energías... ¿Qué tal si vamos todos a la montaña rusa para des estresarnos? -propuso Flor para calmar las aguas turbulentas de nuestra relación.
     -Sí, por qué no -concordó Sebastián y todos partimos a hacer la cola para subir.

     Marcus durante la fila me rodeó con su brazo mientras Flor y Sebastián platicaban animadamente por delante de nosotros, Rayan y Jessica estaban por detrás callados, al menos a Rayan se lo veía relajado, Jessica estaba en verdad celosa. Comienzo a pensar que todo se resumía en que me uní a alguien que se parece mucho a su enemigo y ahora se sentía sola para pelear contra él.
      La montaña rusa al menos nos hizo gritar un poco a todos, pero Jessica aún estaba algo dura.
      -Marcus, ¿podrías ganarme un unicornio en el puesto de "tiro al blanco"? -le pedí pestañando repetidas veces.
    Jessica hinchó sus mejillas.
      -Con gusto hermosa -me contestó con una esplendida sonrisa.
      Quizá todo lo que tenía que hacer era explotar a mi amiga en vez de tratar de ser pulcra.
    
      Marcus pidió una ficha, tomó el arma y ganó el maldito unicornio en el primer juego.
      -Aquí tienes, te lo cobraré luego -dijo dándome una palmada en el trasero frente de todos.
     Ok... iba a matarlo, no me esperaba eso para nada.
     Jessica carcajeó como si me hubiera visto caer sobre excremento, aunque eso creo que era mejor que esto...
     -Espera... ¿acaso es unicornio a cambio de favores? -concluyó Rayan intrigado.
    Jessica se cayó de golpe y lo miró espantada. Antes de que pudiera amenazarle, Rayan ya había comprado una ficha y se puso a disparar. Al igual que Marcus ganó otro unicornio rosado. Jessica lo miró furiosa y emocionada. Sé que lo quería, es más lo deseaba, pero ahora sabremos que es más grande, su terco orgullo o sus sentimientos.
     -Es para ti, espero que al menos perdone una parte de todo lo que te hice -le ofreció Rayan a una dura chica sonrojada.
      No pudimos evitar exclamar un cursi "ooooh" con los chicos. Quizá la cagamos, Jessica se enojó un poco.
      Aún así le arrebató el peluche a Rayan de las manos.
      -¡Esto sólo perdona lo de la clase de biología! -exclamó y se fue corriendo hacia no sé dónde.
      Al menos Rayan quedó sonriendo como un tonto.
      -¡Sebastián, no te quedes ahí, yo también quiero uno! -le gritó Flor con las mejillas teñidas de rojo.
     Vaya... Flor será entonces la primera en lanzar la piedra.
      Sebastián compró una ficha pero sólo acertó  dos tiros. Luego compró otra y acertó a uno.
      -Vuelvo en un rato -avisó Rayan yéndose, supuse, a buscar a mi dura amiga.
      -¡Eres un manso! -le recriminó Flor al pobre de Sebastián quién se sentía abatido.
    -¡Déjame, yo puedo hacerlo! -le gritó y compró otra ficha.
     Falló todos los tiros.
     -Qué tal si mejor le ayuda... -le pedí a Marcus y asintió.
      Sebastián volvió a comprar otra ficha pero Marcus le quitó el arma y volvió a ganar otro unicornio.
     -¡No, no quiero el unicornio, quiero el cocodrilo! -exclamó Flor al dueño del lugar quien tenía la vena del cuello a punto de reventar por culpa de Marcus y Rayan.

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    ¿Ustedes creen al igual que Jessica que Agnes & Marcus van muy rápido?...

    ¡¡Y no olvides dejar tu VOTO para ayudar a Sebastián a mejorar su puntería ><!!
















¿Conoces al chico nuevo?Where stories live. Discover now