• Los Slashers no se pueden enamorar, eso está claro... Pero... ¿Qué pasaría si, por cualquier motivo, cayeran rendidos a los pies de una persona por amor?
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Subiste las escaleras, peinando tu cabello con los dedos tras fregar los trastes de la cena. Abriste la puerta de tu habitación, la cual compartías con tu novio Michael.
Tu cabeza estaba agachada, ni si quiera te fijaste si había alguien dentro del cuarto... Cuando levantaste la mirada, te encontraste con Mike, quien estaba desnudo en la parte de arriba de su cuerpo, cubriendo únicamente de su cintura para abajo, sus pies y su rostro con la máscara. Te sonrojaste cuando él te miró. No sabías qué cara habría puesto al verte ahí parada, pero estabas casi segura que era de sorpresa, como la tuya.
Cerraste la puerta por dentro, para después sacar tu pijama de un cajón, tratando de ignorar sus ojos sobre ti.
TN: Voy a cambiarme... Me daré la vuelta, así que tú no me verás a mí, ni yo a ti. --Dijiste sin mirarle, incómoda.
Como tú misma dijiste, le diste la espalda y supusiste que él habría hecho lo mismo... Te quitaste la parte de arriba de tu ropa, dejando a la vista tu sostén.
En un momento inesperado, sentiste unas manos grandes y cálidas posarse sobre tus caderas desnudas. Tus mejillas se tornaron a un color carmín, quedándote inmóvil ante su respiración muy cerca de tu oreja.
TN: M-Mike... --Tartamudeaste, nerviosa.
Michael: Shh... --Susurró. Pasó un mechón de tu cabello por detrás de tu oreja con sus dedos, y sentiste que besó tu mandíbula por debajo de la máscara.
En ese entonces, ya entendiste cuáles eran sus intenciones. Por una parte, tú deseabas tener intimidad con él, pero por otra, sentías que no estabas preparada...
Gracias a tus impulsos de obtener cariño de su parte, te diste la vuelta, quedando en frente de aquel alto hombre.
Te pusiste de puntillas, pues te sobrepasaba en altura, y rodeaste su cuello con tus brazos para obligarle a agacharse un poco. Le quitaste la máscara lentamente, tragando saliva porque tal vez no quería que lo hicieras... Pero ansiabas ver su rostro...
Cuando por fin su cara estuvo descubierta, acariciaste su mejilla y le besaste.
Michael solo correspondió, sin tocarte con sus manos. Al darse cuenta de que a ambos les incomodaba la diferencia de estatura, te agarró del trasero y te elevó.
Por inercia, rodeaste sus caderas con tus piernas, sin romper el beso, el mismo que cada vez se volvía más apasionado.
Notaste que él se movía... Sabías perfectamente en qué dirección... La cama.
Efectivamente, acabaron uno encima del otro sobre el colchón, besándose y acariciando sus cuerpos. Tú acariciabas sus brazos y parte de sus pectorales, mientras sus manos estaban ocupadas en desabrochar tu sostén.
Bajaste tus labios al cuello de Michael, dando leves mordiscos y besos húmedos.
Se deshizo de tu sujetador y lo lanzó a un lado del cuarto, demostrando cuánta desesperación tenía por verte desnuda.
Enredó sus dedos en tu cabello, mientras ladeaba su cabeza para dejarte espacio en su cuello.
Volviste a sus labios, dejando un rastro de besos por su mandíbula, y volvieron a fundirse en un apasionado beso.
Él no esperó ni un segundo más. Su lengua ya estaba dentro de tu boca jugando con la tuya, a la vez que sus manos bajaban tus shorts sin ninguna dificultad, pues estabas en posición perrito sobre su tronco.
Con ayuda de tus pies, hiciste lo mismo que él, le quitaste sus pantalones.
Cuando posaste tu feminidad sobre su entrepierna, todos los vellos de tu cuerpo se erizaron... Esa sensación era completamente nueva. Michael notó que habías dejado de seguirle el beso, cosa que le hizo gracia y decidió torturarte un poco. Elevó sus caderas levemente, haciendo presión contra tu V, provocando que un jadeo se escapara de tu garganta.
TN: Ahh... --Te separaste de su boca para esconder tu rostro totalmente rojo en su cuello, avergonzada.
Sus manos bajaron de tu espalda a tus bragas, sensación que te hizo estremecer, y te las quitó despacio, sin tocar tu piel.
Tú no te quedaste atrás... Bajaste sus bóxers llena de nervios, pero deseando verle gemir...
Cuando ambos estuvieron desnudos, él agarró con firmeza tus caderas y te posicionó sobre su miembro.
TN: Michael... Di algo, por favor... --Susurraste, aún con tu cara contra su cuello.
Se quedó callado. Introdujo inesperadamente su amigo dentro de tu V con fuerza, dándote a entender que le molestaba que le pidieran que hablara.
TN: ¡Ahh! --Gritaste antes de arañar su pecho, adolorida.
Estabas un poco mojada de antes, por lo que no sentiste ardor, pero sí un poco de molestia en tu zona íntima. Comenzó a moverse de arriba abajo, no muy rápido, pero sin detenerse.
Escuchabas pequeños y cortos jadeos de su parte que a penas se oían, pues su boca estaba cerrada.
Sus manos apretaban tu piel de vez en cuando, acompañando sus embestidas.
TN: Aaahh... --Gemiste cuando aceleró sus movimientos y profundizó la penetración.
Esta vez, los jadeos de Michael eran más constantes y roncos, llevando su cabeza hacia atrás...
Todo el placer que sentías en ese momento era indescriptible... Todas las sensaciones eran inexplicables... Estabas haciendo el amor con un asesino serial, con inmortalidad, fuerza inhumana y capacidad para matarte cuando se le diera la gana...
Caíste rendida sobre su cuerpo cuando su líquido seminal entró en tu cuerpo, cosa que hizo que se detuviera, con la respiración acelerada.
Michael: Te amo. --susurró antes de obligarte tumbarte a su lado y así él pudiera vestirse, como si nada hubiera pasado.
Te sonrojaste... Nunca habías pensado que una declaración así saldría de su boca...
•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Espero que les haya gustado.
