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✿No sabía desde cuando la monotonía había comenzado a formar parte de su vida, como una rutina sin precedentes que se reducía en simples acciones que repetía día tras día, ya estaba cansado de todo eso, estaba harto de que Vegetta se la pasara día y noche en su estudio trabajando hasta altas horas de la madrugada a veces sin regresar a la cama con él. Ya nada era igual, extrañaba las muestras de incandescente amor hacía su persona, los besos fugaces cargados de cariño que solía robarle Samuel, los cálidos abrazos en los que se envolvían sintiendo la protección y la paz que le brindaba su marido, pero ahora...

Ahora todo aquello se había esfumado como un dulce recuerdo que rondaba por su mente, anhelando tener aquello nuevamente, las fervientes y dulces miradas se había convertido en frías e indiferentes, sin sentimiento, teniendo como mayor prioridad y objetivo su trabajo que a su esposo, vivía encerrado en una lujosa mansión en los cielos siendo rodeado por las riquezas y comodidades más codiciadas de Karmalad, viviendo con un hombre que alguna vez lo amó con locura, casado con aquel que dijo ser el amor de su vida. Pero ya no recibía ni un mísero beso de su parte, lo que creyó que alguna vez nunca le iba a faltar era lo que en ese momento más le hacía falta.

¿Cuando había sido la última vez que habían hecho el amor? Que se entregaron en cuerpo y alma en aquella casa del árbol que había sido testigo de su inmenso amor junto con las brillantes estrellas que iluminaban el cielo contemplando con recelo el profundo amor que alguna vez tuvieron. No piensen mal, seguía amando con locura a Samuel pero no importaba que tanto lo intentara resolver, las cosas seguían iguales o incluso peor, las constantes llamadas de teléfono le parecían lo más molesto que alguna vez escucho, cada vez que sonaba aquel aparato sabía perfectamente que esa noche Vegetta no cenaria con él y sería un completo milagro que en la noche durmieran juntos, le quitaba más tiempo a su esposo del que debería, lo mantenía alejado de él en un estado de completo abandono que amenazaba con romper todo lo que alguna vez tuvieron.

Le quedaba muy poca paciencia pero los vivaces recuerdos se encendían como leña al fuego en su mente, avivando las llamas del amor intentado como podía que no se apagaran, lo detenían siempre que intentaba irse de aquel lugar para no volver más, no podía evitarlo se estaba rompiendo, De Luque seguía tan incrustado en su frágil corazón que si intentaba quitarlo sabía que se derrumbaría y su corazón caería al suelo rompiéndose en mil pedazos, caía siempre ante esa purpura mirada que le había robado miles de suspiros. Había algo en esos ojos que le mantenía esperanzado a que todo cambiaría y volvería a ser lo mismo de antes, que aún tenía una oportunidad para cambiar las cosas pero cada día mientras más tiempo pasaba, más se desilusionaba, quería seguir ahí con él, pero todos teniamos un límite ¿No?


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❁𝑰 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora