"¿Qué posibilidades hay de que te enamores de la chica de al lado?
La química entre nosotros fue inmediata, pero un error hizo que se aleje de mí.
Hace seis meses que se fue y ya no soporto su ausencia. Estoy atrapado en un mundo sombrió, ella se ll...
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Un mes y medio después de llegar a Rusia tuve mi primer recaída.
Eran las tres de la mañana y estaba encerrada en el baño de mi habitación, con un corte en mi pierna, miraba la sangre correr por la porcelana de la bañera, el contraste de esa linea roja sobre el fondo blanco mate.
De pronto siento ganas de pintar, siento ganas de que sus manos me acaricien, de sentir sus dedos en mi piel. Haciendo estragos en mi interior, llevandome al extasis. Mi herida coagula, ya no sangra me hago otro corte y espero, las gotas forman nuevas lineas rojas. Quiero sentir sus besos, recorriendo mi cuello y mis hombros, bajando por el nacimiento de mis pechos, pasando por mi vientre hasta perderse en mi intimidad.
De pronto ni llorar me tranquiliza y tiemblo y me retuerzo como si el dolor que siento fuera tan fuerte que no me deja respirar.
Extrañarlo me consume, me lástima. Son las cinco de la mañana, no tengo clases, es Sábado y no puedo dormir, no puedo pensar, no puedo parar.
Ese día me hice un total se seis cortes. Llevo quince días esperando que cicatricen, ya tienen sus cáscaras y pican pero cada vez que los rasco y arranco las cascaritas vuelven a sangrar.
Tuve que vendarlos y usar calzas bajo la pollera del uniforme. También duermo vestida por si alguien entra y me ve.
De la que más me cuido es de Nadja, ella le va con el cuento de todo a Jiraiya no la culpo, para eso le paga.
♥♥♥
Tres meses y las cosas estan en un extraño impas. Jiraiya esta colaborando con un colega. Un caso de Drogas, aunque ya esta retirado, su experiencia y años de servicio aún le son útiles a sus antiguos jefes, y lo llaman seguido para pedirle apoyo y consultarle cosas. Así que me dejó literalmente tranquila, lo cual es agradable. Y me siento más relajada.
Mei me acompaña, es dulce y muy inteligente, tenemos que entregar un trabajo de ciencias.
Llegamos y Nadja esta esperandome con la merienda. Al verme se apresura a sumar otra taza.
—Señorita Sakura le llevo la merienda a su dormitorio si así lo prefiere.— sabe que no socializo mucho con nadie en casa.
—Gracias Nadja, ella es Mei, una compañera del instituto. Tenemos tarea.— ella asiente y nosotras subimos a mi cuarto. La curiosidad de Mei gana.
—¿Ella es la mujer de tu padre?— hago una mueca y empiezo a reír.
—Okay , va siendo hora de que te cuente un poco mi vida — le digo sonriendo— Naci y fui criada en Rusia hasta los 6 años.
—Por eso tu acento es tan natural.— murmura como si acabara de sacarse una duda existencial.
—Mis padres murieron en un accidente de auto. Fui la única sobreviviente. Viví con mi abuela hasta que se hizo muy mayor, mi madrina me vino a buscar para llevarme a Japón.
—Oh, lo siento, eso es triste. Mis padres están separados. — suelta en un patético intento de conectar conmigo. Sonrió.
— El año pasado nos mudamos a un complejo privado donde conocí a Sasuke. Su familia tiene una empresa de tecnologia móvil. Es mayor que yo, tiene 23 años.— tome aire.— él es perfecto por donde lo mires, todo escultural. Su cara, su cabellos negro azulado, es condenadamente sexy, algo retraído y serio, pero conmigo era un dulce. Y... nos amábamos con locura—Saco mi laptop del escritorio y le enseño a Mei unas imágenes que conservo de nosotros dos. Sobre todo del viaje a Tokio.
—¡Es muy sexy! ¿Y QUÉ PASÓ?— Pregunta intrigada.
—No sé— digo mordiendome el labio.
—¡No estas hablando enserio! ¿Dejaste a ese bombón? Una razón debe haber.
—Una mujer lo beso en mi cara yo vi todo.
—¿Te engaño?— su ceño se frunce.
—Él dice que fue un mal entendido. Y que me ama, escribe a diario pero no le respondo— confieso.
—¿Y lo amas todavía? — su mirada soñadora me da risa.
Nadja golpeo la puerta y luego entró con la bandeja de la merienda.
—¡Gracias!— Decimos ambas y atacamos los trozos de pastel.
—Esto que esta super rico—le digo y ella asiente
—No creas que me olvide... aún me debes esa respuesta— me recuerda antes de empezar merendar.
Sonreí y me quede pensando en la respuesta. ¿Aún amaba a Sasuke?
— Solo diré que me escape. ¿Okay? Estaba enojada y solo pude huir. Mi padrino fue a buscarme, él siempre quiso quedarse conmigo. Acepte volver para alejarme de todos.
Mei me mira seria. —Estas loca. — afirma.— ¿¡Dejaste todo por algo que viste!? ¡algo que tenía una explicación! — suena incrédula y también molesta.
—Bueno, cuando lo decís así suena mal. Hubo muchos factores. — me escuso pero Mei parece aun mas frustrada.
—No lo puedo creer. — suelta.
—Dejemos mi pasado en el pasado. Tenemos tarea.— digo seria, pero el animo no es el mismo.
—¿Y la qué trajo la merienda quien rayos es? — dice cruzando los brazos. Suelto una carcajada.
—Nadja es solo la encargada. Es personal de confianza para mi padrino.
Mei empieza a reír. Al final nos ponemos a trabajar en la tarea, pero no puedo dejar de pensar en Sasuke.
