Capitulo 2

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·OTRA BATALLA MÁS·

Zim llegó rápidamente a la escena de la explosión y se puso a examinar el sitio. No había casi nada, apenas unos cuantos restos de naves, mucho humo y algo de fuego. Hurgando un poco entre los destrozos, el irken halló los restos de un par de bombas caseras y un encendedor medio lleno. Pero él sabía por experiencia que, aunque el sitio parecia desolado, los rebeldes no debían de andar muy lejos.
Y así era, en efecto.
De repente, Zim sintió el frío cañón de un arma contra su cuello y esa voz conocida hablándole casi al oido...

-Un paso en falso y te vuelo los sesos, insectito.

Lanzando una risita socarrona y con un movimiento casi imperceptible, Zim se dio media vuelta, tomó la mano en la que Dib sostenía el arma y se la torció violentamente. Dib gritó de sorpresa y dolor, mientras el irken lo arrojaba con fuerza a 1 suelo. Entonces el humano, ni lento ni perezoso, le asestó con rapidez una patada en la mandíbula al invasor, se puso de pie de un salto y desenfundó otra arma más. Zim se levantó rápidamente y, montando otra vez su patineta voladora" sacó una especie de pistola láser y se puso a perseguir a Dib, quien se había dado a la fuga.
Se inicia entonces un salvaje tiroteo a la carrera, Zim por el aire y Dib por la tierra. 

Dib corre a esconderse dentro de uno de los edificios abandonados que abundaban en la zona, y Zim va tras él, el cual maniobraba con dificultad, esquivando las numerosas columnas que había en el derruido estacionamiento subterráneo al que se habían metido, hasta que finalmente choca contra una columna de cemento y cae, derribándola. El irken se pone de pie toscamente, escupiendo polvo y cascotes y tratando de ver a través de la espesas nube de polvo que se había formado. Nada. Ni señale de Dib. No se escuchaba ni el más mínimo sonido, y luego de varios minutos el asunto comenzó a tornarse de veras preocupante Zim concentró su vista en un extraño punto blanco suspendido en medio de la nube de polvo, hasta que finalmente cayó en la cuenta de que era el reflejo de un par de anteojos... 

Sin pensarlo dos veces corrió tras Dib, mientras este volvía a darse a la fuga. Cuando finalmente salieron ambos de la nube de polvo, el invasor se percató de que el humano ya estaba muy lejos y que jamás lo alcanzaría a pie. entonces miró al piso encontrando una piedra más o menos grande y, haciendo puntería, se la aventó a Dib. La piedra le dio al chico en la cabeza, tirándolo al suelo. Dib, dolorido y arrastrándose, difícilmente logró llegar hasta una pared; pero para ese entonces Zim ya le había dado alcance y antes de que el pudiera siquiera sujetar bien el arma que le quedaba (la otra la había perdido en la batalla), el irken ya le apuntaba con la suya.

-Te llegó el fin, humano insignificante-susurró Zim con dificultad. Últimamente se le estaba haciendo muy difícil mentirle a su Dib...   

Zim apuntó cuidadosamente, y sin que Dib se diera cuenta, el arma a un sitio en el pecho del humano donde no podía provocarle más que algo de dolor; y disparó.
Pero hubo un inconveniente: a la pistola se le habían acabado las balas.   

Al ver que Zim ya no tenía con que defenderse Dib se puso de pie sonriente, apuntándole al invasor con su arma y haciéndolo retroceder hasta chocar con una pared. 

-¿Decías, bichito?-decía el humano sonriendo algo cansado

Sin embargo, sin que Zim lo notara, Dib también estaba procurando apuntar en algún sitio donde las balas no hicieran mucho daño...
De repente, un gran estruendo se sintió bajo sus pies, y el piso cedió; haciéndolos caer a ambos a un sótano abandonado.
Dib se agarró la cabeza, mareado. Una vez que pudo ubicarse en dónde estaba y qué había pasado, se percató de que había caído justo encima de Zim el cual estaba inconsciente...

✖ I HATE YOU ✖  ◦ZADR◦Where stories live. Discover now