CAPÍTULO 5

857 98 13
                                    

Las puertas se abren y de inmediato el maldito hedor de alcohol y medicina entra por sus fosas nasales, arruga su frente en un gesto de molestia al sentir el característico olor a hospital.

— Dejenme aquí subiré sola, no necesito ayuda.

— Lo siento linda pero subiremos contigo.

Sin animos de discutir Sakura se dirigió al ascensor, éste llego de inmediato.

Al llegar al piso fueron recibidos por una de las tantas enfermeras.

— Pasen, lady Tsunade ya está esperandonlos.

— Entraré solo yo.— Interrumpió la ojijade de manera abrupta.

— Pero...

— Está bien.— el segundo acompañante hablo.— Qué haga lo que quiera, bastante tenemos con servirle de niñeras.

Sakura lo miró de mala gana mientras qué él lo hacia con indiferencia.

Un pequeño carraspeo interrumpió aquél duelo de miradas.

— Por aquí.— Dijo la enfermera un tanto apenada por la situación. —Es en el último consultorio.

Las blancura de la puerta frente a sus ojos se abrió, dejando ver en el fondo de la habitación a Tsunade.

— Creí qué no vendrías de nueva cuenta.

Dejó los papeles de lado para ponerse de pie y darle un mejor recibimiento.

— Estoy aquí así qué haz lo que tengas qué hacer para volver a casa.

Un sonoro suspiro salió de la boca de Tsunade.

— Ya pasaron varios meses, necesitas salir y distraerte, eso te ayudaría bastante.

— No necesito de tu Psicología barata.

Tsunade le miró con pesar, ya no pudo decir nada, pues élla sabía qué tenía culpa de todo lo ocurrido.

— No me alcanzará la vida para pedirte perdón. No sabes como me arrepiento de todo... Yo...

— No vine aquí para eso, deja de perder tú tiempo y el mio y haz lo qué tengas qué hacer.— Su voz sonó dura y firme Interrumpiendo así a Tsunade.

Comenzaron con los examenes, Tsunade no volvio a tocar el tema y se dispuso a hacer su trabajo. Luego de un par de horas habían terminado.

— Es importante qué no dejes pasar tus citas.— Suspiró con tristeza.— esperó verte la próxima semana y por favor, visita al Psicólogo, te hará bién.

— Nada puede hacerme bien, ¿entendió?  ¡Nada!.

Tsunade reprimió el nudo qué comenzaba a formarse en su garganta y le observó partir.

Sakura un tanto molesta se dirigió a la salida rogando no toparse con nadie pues no estaba de humor para soportar escenas baratas cargadas de lastima. Agradeció verse fuera del hospital y emprender su rumbo a casa ignorando a todo aquel qué le saludaba.

Un gesto grosero, pero no le importaba, ya nada le importaba.

Una vez llegó a su casa se dispuso a tomar una ducha, con algo de dificultad logró adentrarse en la bañera, recosto su cabeza y cerró sus ojos tratando de relajarse. Recordó todo aquello qué le llevo a su actual posición.

Cerró con mas fuerza sus ojos. El recuerdo ya no era doloroso, ahora era un recuerdo cargado de rabia.

[♥]

Caminaba con firmeza, sus tacones resonaban por todo el largo del pasillo.
Giró su vista hacía una puerta en específico. Y la realidad la golpeó.

EL CEREZO NEGROWhere stories live. Discover now