11 → Hospitalizado

442 42 113
                                    

Volvió a violarlo.

Nada lo podía consolar. Rasguñaba sus brazos y piernas, al igual que sus mejillas. Tratando de arrancar su piel y no sentir esa asquerosidad en su cuerpo.

-¡Para Mika! ¡Ya no lo hagas! -Ferid lo detuvo antes de que se lastimara más.

El rubio abrazó a su progenitor, recibió muchos mimos, hasta que después logró calmarse. Solo dejaba salir hipos.

-Tranquilo, mi amor... Aquí estoy contigo. Perdóname por no protegerte... Enserio perdóname... -apretó más a su hijo contra su pecho.

-Te perdono... -sollozó.

Pasaron unas dos horas. Yoichi estaba esperando a que Mikaela le abriera la puerta.

-Mika-Kun, ¿puedo pasar? -preguntó por quinta vez.

-¡No quiero ver a nadie! -vociferó -. ¡Déjame en paz!

-Me conoces, así que no me iré.

-Entonces haz lo que se te pegue la maldita gana -gruñó.

El castaño suspiró. Tomó la perilla y la giró, seguido intentó abrir la puerta, mas no pudo.

-Mika-Kun, ¿estás sentado frente a la puerta -inquirió.

-Sí... -respondió con total frialdad.

-Entonces, me quedaré acá afuera -musitó. Cerró la puerta y recargó su espalda en la madera -. Ese día... Bueno, ayer je je, cuando estabas durmiendo en el cuarto de tus padres, ellos me pidieron que arreglara a tu oso. Le hice unos pequeños cambios. Espero que no te hayas molestado -dejó de recargarse; sacó el peluche de su mochila, en cuanto el rubio abrió la puerta, abrazó al castaño de inmediato.

-G-gracias Yoichi -el menor correspondió el gesto.

Agradecido con su mejor amigo, lo dejó entrar a su habitación.
Hablaron de unas cuantas cosas, incluso Mikaela se alegró de que Yoichi asistiría a la misma escuela, también de que estarían juntos esa tarde.
Los padres del rubio no estaban y su abuelo ya se había ido, pero volvería después.

Pero no contaban con que Yuichirou estaría dentro de la casa. El morocho había preparado un pañuelo con somnífero para dormir al castaño.
Ahora sí, nadie le impediría tomar por completo a ese rubio.

Yoichi bajó a la cocina por dos vasos de leche y un plato para poner algunas galletas.
Vio que Kowalski le gruñía a algo que estaba detrás de él. Apunto de girarse sus fosas nasales percibieron un olor que lo dejó dormido. Yuu acomodó al chico en el suelo.

El gato seguía gruñendo le. Tomó uno de los cuchillos para intentar asesinar al felino.
Se lanzó contra él, pero el animal fue muy astuto y lo esquivó. El objeto punzante quedó atorado en el suelo, cuando intentó sacarlo, Kowalski le mordió su mano izquierda (tuvo que reprimir su grito), seguido salió huyendo a casa de Krul para estar a salvo.

-Estúpido gato -musitó molesto -, pero al menos ya no interferirá -dijo sonriendo con victoria.

Le quitó el cinturón al ojioliva, fue a buscar otro al cuarto de lavado. Vaya suerte, ahí se encontraba el cinto de Crowley. Lo tomó, caminó por los pasillos y subió las escaleras con pasos tranquilos para simular que eran los de Yoichi.
Al llegar a la habitación, vio que Mikaela estaba de espaldas. Su sonrisa se volvió más amplia, caminó hasta el chico.

-¿Ya trajiste los aperitivos Yoichi? -preguntó escogiendo un película; al no recibir respuesta, giró su cabeza y sus bellos rubíes mostraron miedo -... Y-Yuu-Chan... -tembló en su lugar al ver a su abusador -. No m-me hagas daño... -pidió.

ᴛᴡᴏ ғᴀᴄᴇs ◤ʏᴜᴜᴍɪᴋᴀʏᴜᴜ◢ [Concluida]Onde histórias criam vida. Descubra agora