12. Dudas.

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Ted regresó más relajado y feliz, haberse ido y dejado a Lily con sus amigos, había sido buena idea, Susan había ido a buscarlo a su apartamento, y la noche y buena parte de la madrugada, había sido maravillosa, se detuvo cuando encontró a Lily dormida en el sofá, frunció el ceño, esos idiotas ni siquiera la habían obligado a ir a la habitación por si eso ocurría.

—Lily –la llamó –Lily –repitió su nombre, colocando su mano en la parte superior de la cabeza de le pelirroja.

—Déjame en paz –soltó dándole la espalda.

—Voy a dejarte en paz en cuanto vayas a la cama a descansar.

—Aquí estoy bien –soltó, dando por terminado el tema.

El metamorfo no estaba de humor para un berrinche, si ella no quería ir a la cama, él la llevaría.

—Suéltame –soltó asustada –no, basta ¡bájame!

La dejó en el piso, la respiración de la joven estaba alterada y le sorprendió que no estuviese algo envuelto en fuego, ni ellos, sintió la espalda de la joven frotando su pecho, la tenía tan cerca de él, y no fue hasta que la mano de Lily se puso sobre la de él, que se dio cuenta que la tenía sujeta de uno de los pechos.

—Lo lamento –se disculpó apenado, retrocediendo.

—Eres un imbécil –soltó irritada.

La siguió hasta la habitación, no comprendía la razón por la cual se estaba comportando de aquella manera ¿qué había pasado en su ausencia?

—No tengo nada más que hacer, así que esperaré a que me digas la razón por la cual estás tan enfadada conmigo ¿hice algo malo?

—No lo sabes ¿te parece poco levantarme del sofá mientras estrujas mi pecho como si fuese no lo sé, una pelota de caucho?

—Me disculpé por eso –soltó –además, has estado enfadada conmigo desde que regresé ¿por qué?

—No estoy enfadada contigo, sólo estoy enfadada en general ¿has escuchado hablar de las hormonas de las embarazadas? –Gruñó.

Él se rió divertido. —Te ves encantadora cuando te enojas.

—Agh, basta de tus estupideces –le dio un manotazo cuando estiró la mano para sujetar su vientre –y deja de tocarme como si fuese...

— ¿Mi esposa? –Se burló –es lo que eres.

—Sólo de dicho, no de hecho –refutó.

—Eso lo podemos solucionar ¿es por eso que estás enfadada?

Lily retrocedió cuando llegó hasta ella. —Jamás pasará.

—Aun así, eres mi esposa –sonrió, inclinándose hasta ella.

Lily se sentó en la orilla de la cama, cuando Ted se acercó más hasta ella, las manos del hombre se colocaron a cada lado de sus piernas, sujetándose de la orilla del colchón, y no se detuvo ahí, sino que la siguió hasta que estuvo recostada sobre su espalda, mirando fijamente a los ojos ámbar de Ted, que reía socarrón.

—Quiero el divorcio –murmuró, en un tono suave.

—Lo anularemos al año y...

—Ahora –informó.

Pudo ver la sorpresa instalarse en él, se alejó, y perdió todo lo divertido en su expresión y su voz, se llevó una mano a la cabeza, haciendo su cabello con todos los tonos del arcoíris hacia atrás.

— ¿Qué fue lo que pasó en mi ausencia? –exigió.

—Sólo me di cuenta, que esto ha sido lo peor que he hecho, no voy a perdonarme jamás...

Positivo [Teddy & Lily]Where stories live. Discover now