18. Conocerse Mejor.

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Lily se puso de pie, dejando su bolso, y quitándose su suéter, ya que el abrigo lo había dejado en perchero de la entrada, Anderson caminó con ella hasta la pequeña camilla.

—Bueno ¿podría permitirnos? –Cuestionó Anderson en dirección a Ted.

—No es necesario –musitó Lily, sonrojada ligeramente.

—Claro, lo lamento, es que como el otro hombre solía salir en estas pruebas, me acostumbré a eso –negó apenado.

—Pero yo sí soy su marido, no hay nada de ella que no haya visto ya –comentó.

—Tonto de mí –se burló –una vez más, lamento mi comentario.

Ted observó con atención a Anderson mientras sacaba sangre de Lily, la joven estaba tensa, así que la sujetó del hombro, estaba helada, la sintió agitarse cuando el Sanador hizo algo con su varita, un líquido un tanto amarillo salió hasta una botella.

—Es todo, señora Lupin –sonrió, girándose para darle privacidad.

—Lily ¿todo bien? –La acarició –estás pálida.

—Duele un poco la extracción del líquido, eso es todo –negó.

—Creo que podemos retrasar la próxima cita dos semanas, no veo nada alarmante por ahora, y si la magia está más controlada, mejor continuar el tratamiento.

—Nos veremos pronto, de cualquier manera, Sanador.

—Cuídese, señora.

Ted apareció con ella en casa, la joven sonrió, pero volvía a verla bastante cansada, se alejó de él, para desparramarse en el sofá, suspiró un momento y se relajó.

—Dime ¿todo bien en verdad? –La cuestionó.

—Es incómodo que me veas desnuda, pero... el mundo tiene que pensar que entre nosotros...

—Sobre eso quiero hablarte –murmuró, nervioso.

Los ojos olivo de Lily se abrieron, para observarlo atentamente, su cabello permaneció tranquilo, así que aquello no lo alteraba de ninguna forma, al parecer.

—Bien ¿qué hay? Dispara.

—Han pasado algunos días desde que en la casa de tus padres, te pedí que me dieras una oportunidad, no has contestado absolutamente nada.

Lily se sentó, quitó sus piernas del regazo de Ted, y se sentó correctamente, con la vista sobre la alfombra, tenía que afrentar aquello como la Gryffindor que era, como Scorpius le había aconsejado.

—Ted –musitó.

—Yo sé que es complicado para ti, Lily, pero en serio, quiero que nos demos esta oportunidad, tú y yo...

—Sebastian me pidió lo mismo, de hecho lo repite cada que puede –admitió, aburrida.

—Entonces estás viendo quién de los dos es más digno de ti y el bebé ¿no es cierto? –murmuró dolido.

—Yo no tengo nada que ver al respecto, Ted –lo observó –lo he estado pensando mucho, para ser honesta, porque... tanto el bebé como yo, tenemos este apego inexplicable a ti ¿lo comprendes? Al inicio pensé que era simplemente porque le caías bien al bebé, pero Scorpius también le cae bien, y no me siento igual con él.

Él la observó con su mirada dorada. —Lily...

—Fue en tu cena de trabajo, cuando los cables se cruzaron en mi cabeza –admitió –me gustas, Ted, estoy enamorada de ti.

El corazón del metamorfo se agitó, sonrió encantado y se acercó a besarla, pero Lily rechazó el beso, se puso de pie y avanzó rumbo a las escaleras.

Positivo [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora