Experimentos; HG

Un deseo.

Narra Víctor

Ocho años después del incidente.

27 de febrero, 16:46 Pm

Me encuentro sentado en el sofá junto a mis hermanos en pleno silencio, cada uno en su propio mundo para tratar de olvidar, sé que ha pasado tiempo pero es difícil mantener el habla en casa sin Eros o alguno de nuestros amigos, es como si entre nosotros tres juntos y solos, no podamos hacer mucho, incluso la acción más fácil como la conversación se hace duro, no niego que en ocasiones hablamos con normalidad pero no es muy común, además de eso suele ser de temas de importancia, en pocas palabras estamos distanciados desde el incidente.

Un pequeño quejido nos sacó a todos de nuestros pensamientos, teníamos buen desarrollo auditivo después de todo, pero eso solo nos alarmó cada parte de nosotros pues el quejido no era de cualquiera, era de Eros.

Nos levantamos veloces para ir en dirección a donde vino el sonido, al salir de casa en la parte trasera del patio estaba mamá, mientras ayudaba a Eros a levantarse pues al parecer se cayó, pero no evito que fuésemos por el para incluso revisarlo nosotros mismos, él era lo único que quedaba de ella, era la viva imagen de ella y verlo con algunos raspones en su mejilla y piernas nos alteró, éramos más alto que el por mucho y a sus ocho años el.

Según como dijo papá es más pequeño para su edad como nuestra hermana, ella no crecía veloz como las demás hembras, su crecimiento era casi como el de un humano y Eros heredo toda la genética de ella, eso incluye que para su edad su mente es como la de un adolescente.

Eso había dicho Trisha ya que Eros, el único rasgo que tenía con el muy cabrón de Roger era que su cerebro no se desarrolló tan rápido como el de Nini por los genes del bastardo, ella ya tenía su cerebro y mentalidad como la de un adulto a la edad de Eros hasta que fue libre según se, ella vivió feliz y supo que era eso, supo que era una parte de la infancia normal como aquí dicen, al menos eso pues luego la apartaron de nosotros

Otro motivo por el cual lo cuidamos demasiado es que se parece tanto a ella, aun pienso si su actitud es como la de ella, como la de nuestra hermana, según mis hermanos es la viva imagen de ella cuando era libre, tan feliz y emocional, tan carismática como amable. Will lo tenía cargado en sus brazos, él tenía el tamaño promedio de un niño humano de su edad por lo que era fácil cargarlo.

-¿Que paso mamá? -Pregunto Calm con esa calma tan característica de él, pero su olor era de pura preocupación por nuestro sobrino- ¿Cómo cayo? -Nosotros ya somos del tamaño de mamá, bueno excepto Calm y Will, ellos son más altos.

Un suspiro suave de mamá se hizo de escuchar mientras una sonrisa tan hermosa como las que siempre da apareció en sus labios, aquella que decía; "Tranquilos", pero no podíamos estar tranquilos ya que no solo nos prometimos a nosotros mismos en nombre de nuestra hermana cuidar de Eros, también a nuestro padre mientras él trabaja, Eros se retorcía en nuestros abrazos, a él no le gustaba que lo protegiéramos de mas pero no podíamos evitarlo, aun ese trauma no sale de nosotros y sabemos que aún no sale de nuestra demás familia.

-Estábamos en el río pero este pequeño osezno cazo un pez para ustedes -Menciono tan relajada-

-Me caí de venida acá -Dijo Eros ahora con voz calma mientras se zafa del agarre de Will estando en el suelo y caminando a un puntos- Me tropecé con una simple roca, no exageren tíos -se agacho tomando un pez de tamaño normal- lo logre cazar como me enseñaste tío Will -Dijo emocionado y luciendo con su ahora trofeo-