Cuando las estrellas colisionan ✔ [Serie escrito en las Estrellas #1]

Prólogo

Las bodas no son lo mío, no me gusta el ambiente de falsa felicidad y armonía que reina. No me gusta la sonrisa falsa que todos tienen en sus caras, como si fuera el mejor maldito día del año. No me gusta que todo sea demasiado colorido, no me gusta nada en general sobre las bodas, pero la cereza del pastel es sin duda el momento de los votos, donde los novios prometen amarse hasta que la muerte los separe y ser fieles. ¡Vaya mentira! No hay mentira más grande que esa. Y todos sonríen y miran emocionados mientras los novios se paran ahí y se mienten mutuamente creyendo que el amor lo puede resistir todo y será para siempre.

—¿Podrías quitar tu cara de asco, Damián? —me pregunta mi hermana menor, Sadie, mientras toma una copa de champán de la bandeja que uno de los camareros le ofrece.

—Puedo, pero no quiero —le respondo con una sonrisa.

Al menos pienso que tengo ese derecho, ¿cierto? Después de todo estoy en la fiesta de compromiso de mi exnovia, la mujer de la que fui tan estúpido de pensar que podría ser más que solo una relación casual, la mujer a la que casi le di un hermoso anillo de compromiso pensando que valía la pena. Pero nuestro para siempre duró nada y ella se fue con nada más y nada menos que mi primo. Ahora estoy aquí en su fiesta de compromiso fingiendo que no me importa que ella se case con el imbécil de Saúl.

Aunque en realidad es mi ego quien resultó más herido.

—Compórtate —me regaña ella por lo bajo.

Veo a la "feliz" pareja a lo lejos hablando y riendo con algunos conocidos. Los murmullos se detienen y todos miran hacia la entrada. Una mujer de unos veinticuatro años, de cabello castaño ondulado y ojos verdes está ahí de pie mirando a todos, pero sin ver nada realmente. Su rostro ovalado me resulta familiar.

—Ella si tiene motivos para estar molesta —murmura Sadie, mientras señala con el mentón a la mujer que acaba de llegar—. Al menos a ti, Raquel, te dejó antes de estar con Saúl, pero ella aún estaba con Saúl, mientras él se acostaba con Raquel.

La recién llegada toma una copa y sonríe falsamente mientras camina hasta la mesa de la familia de Raquel y saluda a todos los que ahí se encuentran.

Su cara me resulta tan familiar.

—¿Quién es ella? —le pregunto a Sadie.

—La hermana menor de Raquel, Julia.

Julia Sullivan, ahora la recuerdo.

La mujer sonríe y ríe de la broma que alguien le hace y para cualquiera podría parecer que ella está bien, pero yo soy muy bueno leyendo a las personas y me doy cuenta lo tensa que ella se encuentra, estoy seguro de que ella prefiere estar en cualquier otro lugar que en esta fiesta de compromiso. Estoy a punto de decirle algo a Sadie, cuando veo como ella deja de sonreír y sus ojos están fijos en Saúl, que la mira con mucha atención, él le hace una seña y ella mueve la cabeza en señal de negación y vuelve su atención a la conversación.

—Esta boda tiene de todo para ser un gran desastre —le digo a mi hermana mientras choco mi copa con la de ella.

Cuando la falsedad de todo esto me sobrepasa tomo una copa y salgo hacía uno de los balcones que dan al jardín. Una figura menuda está recostada sobre la baranda con una copa jugando entre sus dedos. Es Julia.

—Julia Sullivan —me dice ella—. La exnovia.

La señorita Julia Sullivan, no me mira mientras habla, pero su comentario me hace sonreír y doy unos pasos hacía ella.

—Damián Hessel, el exnovio.

Mis palabras provocan que mueva su cabeza en mi dirección y las comisuras de sus labios se elevan en una media sonrisa mientras levanta su copa hacia mí.

—Que buen par somos. ¿Verdad, señor Hessel?

Ella da un pequeño sorbo al champán y mira la copa con una sonrisa sórdida.

—Raquel está embarazada, por eso se casan. Tu familia no quiere que sea un bastardo y mi familia tampoco. Por un bastardo menos en este mundo. Salud.

La veo beber todo el contenido de la copa y dejarla sobre la baranda.

—Lo amaba, él sabía que yo lo amaba y, sin embargo, se acostó con mi hermana y decidió romper mi corazón. Un año y ocho meses juntos fueron arrojados a la basura por una noche de calentura. Y ahora soy la patética exnovia, hermana de la actual novia. —Ella deja de hablar y sus ojos verdes me miran directamente. Por primera vez, desde que empezamos hablar, ella me mira, Julia me está mirando con mucha atención —. Pero tú me entiendes, estás pasando algo similar a mí. Es bueno saber que no estoy sola en esto.

No sé cómo sucedió, tal vez ella encontró mi boca o yo me acerqué a ella y encontré la suya, tal vez simplemente nos encontramos en el camino, quien sabe o a quien le importa. Ella me está besando, sus labios se presionan con suavidad sobre los míos y siento una corriente eléctrica que sacude nuestros cuerpos.

—No me voy a acostar contigo a menos que me prometas una cosa —me dice ella mientras se separa un poco de mí—. Prométeme, que, cuando somos nosotros dos teniendo sexo, somos solo nosotros dos.

Sé lo que ella quiere decir, ni ella pensará en su ex, ni yo pensaré en mi ex. Somos solo nosotros y eso está muy bien para mí.

—Lo prometo.

"Cuando dos estrellas comienzan a orbitar una alrededor de la otra, su fuerza gravitatoria hace que empiecen a acercarse cada vez más hasta que colisionan".