Cuando las estrellas colisionan ✔ [Serie escrito en las Estrellas #1]

Las estrellas dejaron de brillar

—¿Huirías conmigo, Julia? —me vuelve a preguntar Saúl.

A mi mente viene el recuerdo de cuando nos conocimos.

Mis dedos se mueven por las teclas de mi computadora, miro el teclado y después la pantalla donde la idea que estaba girando sin parar en mi cabeza, comienza a tomar forma. Siempre es emocionante escribir una nueva historia, pensar en los personajes, en la trama y en el desarrollo. Me gusta sumergirme en las historias y olvidarme un poco de todo lo que pasa en mi vida. Escribir es mi medio para escapar de mi realidad, para crear escenarios que jamás podrían llegar a pasar. Escribir me permite conectarme con mis emociones de una manera que usualmente no puedo. Me gusta mucho escribir, cada historia que escribo es importante para mí, cada personaje tiene algo de mí y mientras escribo sobre ellos, son reales para mí.

—Lamento interrumpir —me dice alguien.

Levanto mi mano y le hago una seña para que espere un momento mientras termino de escribir este párrafo, no me gusta cuando me interrumpen y cortan mi inspiración. Algunas ideas se desvanecen y es difícil retomar el hilo con naturalidad.

—¿Sí? —le digo al hombre que está parado frente a mí con una brillante sonrisa.

Es algo atractivo, no voy a negar eso. Sus ojos son de un café tan oscuro que casi parecen negros, como dos pozos de brea que te atrapan casi al instante. Son sus ojos lo primero que me llama la atención de él.

—Repito, no era mi intención interrumpir, pero te he visto varias veces por aquí y... No soy un acosador, este café es muy común y muchos vienen aquí...

—¿Te están pagando por promocionar café Lewis?

Él se ríe y mueve la cabeza. Pasa su taza de café de una mano a la otra, luce nervioso y veo como trata de encontrar las palabras para hablarme.

—No, yo solo te he visto varias veces por aquí y me dije que necesitaba conocerte. Hola, soy Saúl Hessel.

El hombre estira su mano en mi dirección, yo me inclino un poco hacia adelante y tomo su mano en un rápido apretón. No soy buena con él contando físico con desconocidos y con algunos conocidos tampoco.

—Julia Sullivan —le digo.

Me siento algo nerviosa por su presencia y es normal en mí, no soy buena manteniendo conversaciones con personas que acabo de conocer y los silencios incómodos realmente me generan mucho estrés y algo más allá de la incomodidad.

—¿Puedo sentarme? —me pregunta él en un tono amable.

Miro mi reloj y veo que mi hora de almuerzo está por terminar y tendré que regresar a la editorial. Para mi suerte la editorial Saturno, donde trabajo, queda frente a esta cafetería, es por esa razón que casi siempre vengo aquí a la hora del almuerzo, eso y porque me encanta el café con avellana que venden aquí.

—Claro —le respondo a Saúl.

Su sonrisa se hace aún más amplia si eso es posible y mueve la silla con cuidado para poder sentarse. Deja su taza sobre la mesa y lo veo jugar con el filo de la tapa de su café.

—¿A qué te dedicas?

Es una pregunta muy sencilla y fácil de responder por lo que me relajo en la silla y miro la pantalla antes de mirarlo a él.

—Soy asistente de editora en la sección de romance —le digo.

Omito decir el lugar donde trabajo porque acabo de conocer al hombre y aunque parece amable, las apariencias engañan.