Parte 43.

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Un leve cosquilleo en mi pierna atormentaba mi sueño. Entreabrí los ojos y me encontré con Yoongi quien con la yema de los dedos producía esas cosquillas.

─── Perdón. ─sonrió.─ No quería despertarte. ─le sonreí igual y acaricié  su mejilla. Escuché el golpe de sus botas caer al piso y acto seguido se acomodó a mi lado. Aún algo adormilado me amarré a su cuerpo.

Hice mi cabeza a un lado, dejando mi rostro y cuello descubierto, esparcía húmedos besos desde mi mejilla hasta mi cuello. Su cálida respiración chocando con mi piel era fascinante.

─── Ya, te dejo dormir precioso. ─¿dormir? ¡Claro, ya que despertaste todas mis hormonas ahora sí me dejarás dormir! Estaba por ponerse de pie pero no lo dejé, me puse rápidamente de rodillas en la cama y lo tomé por los hombros, escuchando su risa.

─── ¿No estabas dormido? ─preguntó divertido.

─── Lo estaba. ─contesté abrazándolo por la espalda ocultando mi rostro en su cuello.─ Tú has tenido la culpa, me has despertado con tus provocaciones. ─mordí suavemente su piel y ladeó la cabeza dándome mejor acceso a su sensible zona.

Mordía, hincaba mis dientes e incluso mi lengua degustaba de la piel en su cuello seguido de su linda oreja, en especial de esos lunares escondidos estratégicamente. Quería girarse hacia mí pero yo sé lo impedía mordiendo el lóbulo de su oreja.

Hasta que finalmente logró ponerse de pie. De una se sacó la camiseta dejando al descubierto su torso tallado por los mismos dioses, esa piel blanquecina tan atrayente. Su mirada desbordante de deseo sólo aumentaba el mío de sobremanera. Subió a la cama y se acomodó sobre mí, pasé mis manos sobre sus hombros hasta su espalda, recorriendo su tersa piel.

Mientras que nos fundíamos en un apasionado beso, una de sus manos se posicionó en mi espalda por debajo de mi camisa y la otra masajeaba mi pierna elevando mi éxtasis.

Su lengua se introdujo con avidez en mi boca buscando con desesperación la mía, la cual no tardó mucho en encontrar ya que en segundos se reclamaban sin la necesidad de rendirse.

De un momento a otro mi prenda superior desapareció de la escena y al igual no tardó en despejarme de mi short el cual quedó en algún lugar desconocido de la habitación.

La excitación y el placer se respiraban entre las cuatro paredes, mis jadeos y gemidos iban en aumento sólo con sus caricias y besos. No había centímetro de mi cuerpo que sus manos no hubieran recorrido al igual que sus labios.

Como puse logré deshacerme de su pantalón. Minutos después nuestros cuerpos sólo eran cubiertos por la ligera capa de sudor que nuestro alto calor interno producía. No podía más, lo necesitaba en ese mismo momento.

Cómo si me leyera la mente, se acomodó despacio en medio de mis piernas, mirándome con deseo y ternura, como esperando a que yo estuviera de acuerdo, y por supuesto que lo estaba.

Lenta y tortuosamente entró en mí, arrancado un largo jadeo desde lo profundo de mi ser, mi cuerpo se sentía completamente cálido al sentirlo dentro. Pude ver sus brillantes ojos debido al placer que se producía en nuestras anatomías mientras creaba un perfecto vaivén entre ellos.

Su tórrido toque en mi cuerpo me enloquecía, su miembro entraba y salía arrastrando un sinnúmero de sensaciones a través de mis paredes internas. Su aliento en mi oreja me provocaba estremecerme entre sus brazos, mi boca en ningún momento abandonó su cuello, dejando pequeñas marcas mientras me deshacía entre gemidos y gritos de éxtasis.

Pude sentir como la piel de su espalda ardía ante mis caricias, su cuerpo se acoplaba perfectamente al mío, hundiéndonos en lo más profundo de nuestros sentimientos. Sus labios se unieron con los míos en un perfecto beso, rudo y demandante.

De un momento a otro la velocidad disminuyó, haciéndome creer que se había arrepentido de lo que estaba sucediendo, mi corazón se oprimió. Pero en ningún momento su boca se detuvo, despacio salió de mi llevándome hacia él, quien se sentó derecho contra el espaldar de la cama.

Sus labios dejaron un momento los míos, y me ayudó a acomodarme sobre él. Lentamente bajé sobre su miembro embriagado por exquisita sensación que nos brindaba esa pose tan cómoda y estremecedora.

Sus movimientos fueron rítmicos acoplándose a los míos, rodeé su cuello con mis brazos para poder impulsarme. Ambos sacudiéndonos ante las emociones.

Las estocadas eran lentas y certeras, tocando en todos los puntos más sensibles dentro de mí, haciendo que mordiera su hombro y halara sus cabellos mientras seguíamos perdiéndonos en el otro.
El tiempo se detuvo en esa habitación, llevándonos en una nube donde sólo existíamos los dos.

Sus brazos abrazaban mi cintura mientras seguía hundiéndose en mi interior, podía sentir su boca jugando con mis pezones, rosados y erguidos por el placer. Nuevamente se detuvo poco a poco, reclamando mi boca en un ardiente beso que hizo a nuestros dientes chocar.

Esta vez sin salir de mi interior, me abrazó y nos volvió juntos a la posición inicial, se acomodó de nuevo entre mis piernas, las cuales sin perder tiempo enrollé en su cintura. Las estocadas volvieron con una perfecta velocidad para volvernos locos a ambos, una de sus manos se coló entre nuestros cuerpos, tomando mi necesitado miembro en busca de atención, que rápidamente me fue otorgada.

Su mano en mi miembro tomó l ritmo de su delicioso movimiento pélvico que me mareó al instante. Mis manos automáticamente se movieron hasta tocar sus nalgas, empezando a presionar la zona obligándolo a entrar más profundo en mí, fue el momento en que tuve que abandonar su boca debido a los gemidos que ahora no podía reprimir.

Me amarré fuerte de su cuerpo escuchando el morboso sonido de nuestras pieles chocar, cada vez más rápido. Su aliento en mi oído me subía aún más que ya no podía soportar, sentía la gloria muy cerca de mis dedos. Pude ver la expresión de su rostro y saber que él estaba igual.

Bastaron un par de movimientos para hacerme sacudir ante mi cuerpo posándose en la cúspide del mejor clímax de todo mi existir. Escuché como pequeños gruñidos dejaron su boca y entonces su cuerpo se movió erráticamente sobre el mío, haciéndome saber que él también había llegado.

Él cayó lentamente sobre mí abrazándome y basándome la mandíbula, mientras tratábamos de recuperar la respiración.

Mi corazón latía desbocado en mi pecho, sabía perfectamente el por qué. Esto no había sido sólo sexo, Yoongi y yo habíamos hecho el amor.

Pero una vez más el sentimiento de tristeza me embragó. Abracé fuerte su cuerpo. No quería que se vaya.

No lo soportaría.

¿Qué tal? Que les puedo decir mis bebés, no usen la mentira, peor si saben que implica a personas que tal vez han sufrido tanto que algo más podría lastimarlos profundamente

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¿Qué tal?
Que les puedo decir mis bebés, no usen la mentira, peor si saben que implica a personas que tal vez han sufrido tanto que algo más podría lastimarlos profundamente. Recuerden que la mentira, tarde o temprano sale a la luz.

Espero les guste este capítulo que decidí escribir para ustedes.

No sé olviden de dar estrellita y comentar. Compartan con sus amigas. :c

Se vienen los últimos capítulos :c.
Besos en sus narices.
Nos vemos. 💕

Love's Bet; 윤민Место, где живут истории. Откройте их для себя