☆4☆

838 91 16
                                    

No podía creer a quien tenía frente a él, le tomó varios minutos percatarse de quien se trataba, esos orbes azules y esas cejas en forma de espiral era algo que nunca podría olvidar, pero lo que confirmó sus sospechas fue el aroma a cerezos que este tenía. Cuando lo conoció apenas tenía 8 años, mientras que él tendría unos 20 años, no estaba muy seguro de su edad, no obstante, se notaba que era un chico universitario.

—Sanji-ya...

No recibió ninguna respuesta por parte del rubio, este aún estaba en shock y solo se dejaba llevar por su abrazo. Aquel momento era demasiado agradable como para separarse enseguida. Sin embargo, esa burbuja donde se encontraban ellos, desapareció en el momento que captó la presencia de su tío y de otra persona desconocida.

—¡Law! ¡¿Que le haces a nuestro invitado?! —Alarmado apartó a su sobrino de Sanji, este último cayó de rodillas al suelo. La respiración agitada y el rostro sonrojado de este lo alertó, aunque él no pudiera percibir el olor de Sanji, estaba seguro que era un claro signo de haber entrado en celo.

—Reiju....mis pastillas...

—¡Regreso enseguida! —Salió a toda prisa hacia el auto, de no ser por el llamado de su hermano no hubiera reaccionado. Y había una razón de peso para esto, apenas terminó su llamada regresó a la sala, pero su sorpresa fue grande al sentir feromonas esparcidas y altamente fuertes provenientes de ese muchacho apuesto y su hermano. Además de ver al más joven abrazarlo protectoramente la dejó sin palabras.

—Law, vete por unas horas de casa. —Usó un tono suave con el fin de no alterar a Sanji, ya que este estaba incómodo con la situación.

—Pero...

—Obedece Law, regresa después de unas horas.

Sin poder objetar nada, salió de la casa rumbo al departamento de sus amigos, le pediría a Shachi y Penguin que lo dejaran quedarse por unas horas, mientras intentaba asimilar todo lo sucedido anteriormente. Ni siquiera el entendió lo que pasó, solo se acercó a exigirle a ese hombre que se disculpara con su tío y todo se tornó inesperadamente extraño, el olor que sintió de este lo atrajo como un imán, no pudo evitar acercar su rostro al cuello ajeno y aspirar con mayor intensidad ese aroma a cerezos. Aquel Sanji que conoció tiempo atrás no se parecía en nada al que observó ahora, todo rastro de gentiliza fue reemplazada por una mala personalidad y arrogancia. Caminar hasta la casa de sus amigos le haría bien, necesitaba poner su mente en orden.

Por otro lado, Cora-san ayudó a que Sanji se recostara en el mueble. Después de pocos minutos apareció Reiju con un supresor inyectable, este era más efectivo que el de tableta por que actuaba rápido. Levantó el brazo de su hermano y colocó la inyección lentamente y la retiró de la misma manera. Pasó un minuto y las feromonas de su hermano fueron cediendo.

—Lamentamos mucho las molestias que causamos. —Se disculpó Reiju haciendo una reverencia pronunciada. —Por el momento será mejor retirarnos.

—Esperen por favor... por lo menos permítanme ofrecerles algo. Después de todo me gustaría platicar un poco con Sanji. —pidió amablemente el mayor.

Reiju dudaba en quedarse más tiempo porque sentía que abusaba de la hospitalidad del mayor, no obstante, Sanji pidió que se quedaran un rato más. Pasaron al comedor mientras el mayor iba a preparar algo de té lo cual no tardó en hacerlo, sirvió el té a sus invitados y tomó asiento.

—Ya eres todo un hombre, Sanji, por un momento no te reconocí. —Sonrió divertido, quería que Sanji no se sintiera tenso en su presencia.

—Cora-san yo...

—¿Sí?

—Lamento mucho no haberlo contactado esa vez. —Recordó con suma frustración como aquel papel que le había dado Cora-san con su número para que lo contactara, fue destrozado frente a sus ojos sin que pudiera hacer algo al respecto.

Destinos Enlazados |LawSan|Where stories live. Discover now