Huan Yue...

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-Su alteza – haciendo que el joven se gire y ve que a pesar de su sufrimiento le dedicó una suave sonrisa – perdone que llegue tan tarde –

-No, descuida ¿Qué sucede? –

- ¿Puede ponerse de pie? –

- ¿Por qué? ¿A dónde vamos? –

-Su alteza, no merece sufrir más, lo ayudaré – viendo como los ojos del doncel se abren de la impresión – por favor trate de ponerse de pie –

Shi Qing Xuan se logra colocar de pie, afortunadamente ese día por alguna razón no fue torturado...al ver que ya puede estar en pie Ling Wen abre la puerta y le entrega una capa y con ayuda de algunos sirvientes humanos sacan al doncel del palacio y lo suben a un carro.

-Alteza hasta acá puedo acompañarlo –

-Pero ¿A dónde iré? –

-Hacia el norte está la ciudad fantasma, dominios de su cuñado la lluvia carmesí, y hacia el sur de este palacio está el hogar del rey Pei Ming –

- ¿Cuánto tardaré en llegar a alguno de esos lugares? –

-Si su majestad Agua Negra no descubre pronto su escape y la fortuna está de su lado unos tres días en llegar al reino des este y unos diez en llegar a la ciudad fantasma – viendo como los ojos del doncel se llenan de lágrimas – alteza, espero que tenga buena fortuna –

-Yo...yo también lo espero – viendo como el carro empieza a andar –

-Su alteza, le deseo suerte – mirando hacia el palacio – si su alteza pregunta ya saben qué decir ¿de acuerdo? –

-Sí ministra Ling Wen –

Pero tal parecía que el doncel hubiese hecho malo en su anterior vida, puesto que en menos de lo que Ling Wen imaginaba ya varios demonios se encuentran persiguiendo el carro en el que Shi Qing Xuan trata de escapar, así que el joven para evitar que quien lo lleva se vea perjudicado decide bajar de la carrera y se esconde en el bosque cercano a la capital del reino Pei Ming, un lugar en donde encuentra un grupo de mendigos, que sin dudarlo le brindan ayuda al ver su vientre de unos seis meses y todos se preguntan de dónde salió ese personaje, que a pesar de estar huyendo siempre tiene una sonrisa en su rostro, los demonios pasan de largo y deben cambiar a una forma humana para seguir con su búsqueda, así que mientras el joven recupera un poco de aire, los mendigos lo rodean y empiezan a preguntar de donde es y lo más importante su nombre.

-Bueno yo...yo me llamo –

- ¿Has olvidado tu nombre? –

-No claro que no es que... –

-No te vamos a entregar pero al menos dinos quién eres y por qué huías –

-Bueno mi nombre es Feng, estaba huyendo del padre de mi hijo –

-Pero ¿Qué cosas te hacia ese monstruo? –

-Bueno – viendo que hay niños presentes – no, no hace falta decirlo, lo que importa es que escapé y no pienso volver – dando una sonrisa – bueno yo no quiero molestar más, tengo que seguir mi camino –

-No – diciendo uno de los mendigos más ancianos – debes descansar y recuperar fuerzas, estás en espera –

-Pero –

-No insistas Feng, te quedarás al menos hasta que puedas mantener el paso, aunque la capital se vea cercana está a medio día de camino – dejando al doncel pasmado – necesitas recuperar fuerzas –

-Pero no quiero que gasten lo poco que tienen en alguien que apenas conocen –

-Acá estamos acostumbrados al hambre – haciendo que el pecho del doncel se sienta oprimido puesto que hay niños en ese estado tan lamentable – hoy un grupo de niños pudo conseguir algunas frutas, no nos molestará compartirlas contigo...ese bebé lo necesita – viendo como los ojos del doncel se llenan de lágrimas –

ENGAÑANDO AL AMOROnde histórias criam vida. Descubra agora