Torpezas y Heridas

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Cuando llegaron mirabas con emoción el edificio, a diferencia Sherlock estaba intranquilo, te dió una linterna cuando entraron, él empezó alejarse de ti

- espera, si se supone que somos compañeros debemos estar juntos -corriste hacia él.

- nop, tú ve por aquel lado -señaló otra dirección contraria a la que él iba.

- pero... -trataste de objetar.

- ve por allá -volvió a señalar hacia la otra dirección.

- bien -rodaste los ojos y te fuiste molesta- la próxima vez me quedaré en el departamento -refunfuñas.

Ibas caminando con mucho cuidado, habían alambres por todos lados, alumbrabas con la luz en busca de alguna pista.
Sherlock simplemente caminaba sin mirar, no pensaba en encontrar ninguna pista porque ya sabía lo que pasaba, esperaba que no encuentres nada y tenía que mantenerse alejado para no morderte.
Caminaste por un camino estrecho, accidentalmente tropezaste encontrando un cadáver, te sorprendiste y te levantaste lo más rápido que pudiste.

- ¡¡¡Sherlock!!! -gritaste mientras corrías- ¡¡¡Sherlock!!! -volviste a caer por no ver el camino.

Pero esta vez sentiste mucho dolor en tu pierna izquierda, alumbraste con la linterna encontrando tu pierna lastimada por un alambre, una cortada que sangraba y dolía.

- ¡Sherlock! -dijiste más en suplica que por el cadáver hallado.

El detective estaba sentado mirando el suelo, pronto se levantó al escucharte, corrió hacía donde te encontrabas.

- ¿estas bien? -preguntó preocupado.

- sí, claro -dijiste con sarcasmo- sólo me clave un alambre a propósito

Sherlock ríe, pero al bajar su vista a tu pierna y ver la sangre fluyendo su sonrisa se borró, se volteó para no mirar la herida

- ¿qué quieres que haga? -preguntó tratando de contenerse.

- que me ayudes -suplicaste- por favor ayúdame

- no puedo -dijo tomándose la boca con las manos.

- ¡CÓMO QUE NO PUEDES! -gritaste ya fastidiada- no me importa si te caigo mal, pero ayúdame, necesito ir al hospital, puede estar infectado

- está bien -suspiró- pero por favor cubre tu pierna

- ¿no te gusta la sangre? -empezaste a reir- al detective privado le da miedo la sangre

- soy detective consultor y no le temo a la sangre -se lamió los labios- ¿ya te cubriste?

- sí, dame un segundo -te sacaste la chaqueta- ¿saco el alambre?

- ¿qué te parece? -dijo con obviedad.

- bien, ya -tomaste el alambre para intentar sacarlo- ¡ah~ mierda! -gritaste por el dolor- no puedo, está atorado, si-siendo que está cerca del hueso -chillaste de dolor.

- ¡lo que me faltaba! -gritó el detective- cierra los ojos

- ¿qué? -frunciste el ceño confundida.

- ¡cierra los ojos para que pueda sacarte eso! -gritó tratando de que no salgan sus colmillos.

- bien, no grites que no soy sorda -rodaste los ojos para después cerrarlos.

Sherlock se acuclilló cerca de ti y miro la sangre, se estaba tentando, tomó el alambre y tiró para sacarlo.
Cuando lo sacó al ver toda esa sangre sus colmillos salieron de su boca, pronto tomó su bufanda y la enrollo en tu pierna para no ver más esa sangre que lo tentaba, se clavó los colmillos a sí mismo(en el labio inferior por dentro de la boca) para no intentar morderte y te tomó a modo princesa para sacarte del edificio.

- gracias, Sherlock -sonreíste una vez que te dejó sobre el suelo.

Él asintió y se alejó un poco sacando su teléfono.

- ¿hola? -habló el mayor de los Holmes.

- Mycroft, ya no puedo más, necesito una siguiente víctima -dijo el detective desesperado.

- creí que estabas reduciendo tu sed de sangre -respondió el hermano confundido- ¿qué pasó?

- vino la nieta de la Sra Hudson y no puedo controlarme cuando está cerca

- ¿la Sra Hudson tiene una nieta?

- ¡concentrate Mycroft! -gritó Sherlock con fastidio.

- bien, déjame ver que puedo hacer... -Sherlock colgó.

- vamos, no hay taxis cerca -dijo Sherlock yendo hasta ti- te cargaré hasta encontrar uno

- no es necesario, puedo caminar... -intentaste levantarte.

Pero Sherlock te tomó rápidamente(más rápido de lo normal) volvió a cargarte a modo princesa y empezó a caminar en dirección al 221B.

- no puedes caminar, es un largo camino -dijo Sherlock.

No hiciste ninguna protesta porque era mejor su idea, ya que la pierna te dolía horrores, afirmaste tu cabeza en su pecho y cerraste los ojos, él reaccionó sorprendido, bajó la mirada, dió una leve sonrisa al verte de aquella manera y volvió a mirar hacia el camino.

Vampiro de Baker Street(Sherlock Holmes)Where stories live. Discover now