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      Tan pronto como llegamos al castillo de Glambea, los guardias bajaron y se llevaron a Namjoon a la enfermería.
   —Si quieres ve con él—Dijo Taehyung—Yo me encargo del resto.
   Le sonreí y salí disparada. Pregunté en donde quedaba la enfermería y no tardé casi nada en llegar a la puerta.
   Era una habitación larga, con camillas en filas, solo habían un par de personas con fiebre y en el fondo, un poco más de personas rodeaban una camilla.
   Me asomé y eran varios doctores y enfermeras limpiando la herida de Namjoon.
   Él estaba sedado, casi dormido sobre la camilla. Su rostro estaba sudado, pero, ¿porque incluso así se ve tan bien?
   —¿Quién es usted señorita?—Me preguntó una muchacha.
   —Soy la esposa.
   —¿Usted es la esposa de... El rey de...?
   —Soy la reina—Le respondí sin siquiera verla, estaba tan enfocada en el tratamiento de Namjoon. La camilla ya se había manchado demasiado de sangre.
   —Cambiemos las sábanas—Dijo el doctor encargado de la herida.
   Antes de que todos se movieran, transforme las telas en unas limpias. Algunos se quedaron atónitos, algunos estaban a punto de gritar del terror. Pero sin importar que, siguieron con su trabajo.
   Al cabo de unos minutos, la pierna de Namjoon ya estaba vendada.
   —¿Usted es su esposa, cierto?—Me preguntó el mismo doctor.
   —Soy yo.
   —Majestad—Me saludó—La herida no fue tan grave y lo tratamos rápidamente, se hubiera infectado, pero ahora está bien, quien sea que lo haya tratado al principio, fue muy bueno, dele mis felicitaciones—Pensé en el adorable Guardia Park y no pude evitar sonreír—Su Majestad, el rey, debe tomar mucha agua y alimentarse bien para poder sanar rápido, eso es todo.
   —Puede retirarse—Le respondí. Él junto con las enfermeras me reverenciaron—Hicieron un buen trabajo. 
   Después de que se fueran, me acerqué a Namjoon y me senté en una silla un poco incomoda al lado de él.
   Seguia inconsciente, pero se veía tan lindo y no pude evitar tocar su rostro.
   —Ahora estas bien, cariño.
   Y su rostro pareció relajarse al tacto de mi dedos. Aunque me impresionó un poco que Namjoon estuviera tan alto, estaba al tope de la camilla. Incluso débil, no dejaba de dar una imagen tan superior, tan... De rey.
   Alcé una cobija cálida sobre él, mantuve una ola de calefacción, para que estuviera más cómodo, pues la habitación de enfermería era demasiado frío.
   —¿Papá está bien?—Preguntó Roser rodeando al otro lado de la camilla, frente a mi. Aunque había algo en su mirada, una pizca de ternura.
   —Él está bien, solo debe comer bien para recuparse rápido—Le dije con una sonrisa y no pude evitar mirarlo de nuevo.
    —Recuerdo que papá nunca se separaba de mi madre cuando ella enfermaba de resfriado en invierno. Ahora...tu estas...cuidando de él...
   Eso pareció un flechazo. ¿Qué intentaba decir?
   —Tengo que estar aquí, él me necesita y...yo a él.
   —¿Donde naciste?
   —Nací en Londres, aunque...no recuerdo mi día de cumpleaños.
   Roser me sonrió y asintió.
   —Iré a traer agua y sopa para papá, cuidalo.
   —Claro.
   —No tardo.
   Y se fue. Me gustaba la forma en la que caminaba, tan femenina y perfecta, sin mover la cabeza ni saltar.
   Al cabo de un rato, yo miraba a la ventana, viendo un nido de golondrinas en lo alto del castillo, era la golondrina mamá, dándole de comer a sus polluelos.
   Cuando de repente Namjoon tocó mi mano.
   —¿Estas aquí?
   —Estoy aqui—Le murmuré, concentrandome solo en él.
   —Dios, me duele la cabeza, ¿no me amputaron la pierna, verdad?
   Me reí y le un pequeño golpecito en el pecho.
   —Por supuesto que no, ¿porque te cortarían el pie por una herida minúscula?
   —Es solo mi drama. Por cierto, ¿no es de noche, verdad? Aun no ha pasado la coronación.
   —Estábamos pensando en posponerlo para mañana, así podrías caminar mejor y pararte bien.
   —Está bien—Dijo Namjoon soltando un suspiro—En realidad me dolío bastante, pero no podía dejarte caer.
   —Gracias—Le acaricié una mejilla y una sonrisa se formó en sus labios.
   De un momento a otro, sentí una presencia demasiado cercana, pero estaba detrás de unas cortinas oscuras, que simbolizaban algún paciente importante.
   —¿Quién está ahí?—Dijo Namjoon, dándose cuenta de la sospechosa sombra debajo de las cortinas.
   —Solo soy yo—Dijo Roser asomándose con una bandeja de plata, en la que tenía un vaso de agua y un plato de sopa—Los escuché y pensé que querrían su momento a solas, estaba por irme.
   Espera, ¿momento a solas? ¿Ella no quería interrumpirnos?
   —No te preocupes, pasa, tengo sed—Namjoon tomó el vaso y lo tomó como si no hubiese un mañana y casi se ahogaba.
   Mientras Namjoon comía tranquilamente la sopa, un hombre muy bien vestido, con un mostacho elegante y un monóculo sobre su mano se paró frente a nosotros.
   —Buenos días, su Majestad y Alteza—Dijo haciendo una reverencia—Me presento, soy Tomás Burten, el consejero e inspector personal de la realeza de Glambea.
   —Nosotros no tenemos uno—Le susurró Roser a Namjoon.
   —Porque trabajamos independientemente—Le respondió Namjoon susurrando.
   —Está comprobado, que la coronación del príncipe Taehyung se realizará mañana temprano, por eso, estais cordialmente invitados a quedarse en el Palacio de Glambea.
   Luego me miró y me criticó con la mirada.
   —Solo la realeza. El rey y los tres pequeños. Tú y el grosero pelinegro con el niño, deberais salir a buscar un hotel y pueden volver para la coronación.
   En ese momento Namjoon escupió toda la sopa.
   —Repite la forma en la que le acabas de hablar.
   —¿Le ofendí, Majestad? Estoy confundido.
   —¡Este imbécil!—Namjoon se levantó de su camilla queriendo ahorcar al consejero.
   —¡Papá!—Dijo Roser calmandolo y llevándolo de nuevo a poner las nalgas en la camilla.
   —Escúchame bien, patán—Le advirtió Namjoon. Después con un dedo, me señaló directamente—Ella es mi esposa, la mujer de mis sueños, de mi vida, de mi realidad, mi reina y la propia y auténtica madre de mis tres hijos. Ella es la verdadera reina legítima de Thimblerent, ella es la que porta la real sangre azul que tu ni en sueños tendrás. Ahora arrodillate y por mi ruega por tu cuello. Ella es Kim _______, Reina de Thimblerent y yo, sólo su esposo selectivo. Y aquel otro hombre, es Min Yoongi y su hijo Min Hoseok y créeme que ellos valen mucho más de lo que tu no vales.
   De un segundo a otro, apareció Taehyung detrás de las cortinas.
   —¿Qué sucedió aquí? ¿______?—Estaba tan guapo, peinado y con un elegante traje de príncipe. Me miró preocupado.
   —Este imbecil cree que _______ no es nadie y quiere echarla a la calle junto con Yoongi y el niño—Respondió Namjoon, alterado.
   El gesto de Taehyung se volvió tenso y volteó a mirar al consejero con una mirada siniestra.
   —Arrodillate y ruega perdón ahora mismo.
   —¿Porque los dos están siendo tan exagerados?—Pregunté algo apenada, esto ya era demasiado—Solo debían decirle quien era.
   —De todos modos nadie puede ser tan mediocre para sacar a unas personas de esa forma.
   Tomás intentaba reflejar un serenidad total, pero sentía sus venas correr llenas de pánico y sus ojos al borde de lanzar las lágrimas. Se arrodilló lentamente y pegó su cabeza al suelo, una y otra vez, rogando perdón y a los pocos momentos, empezaba a llorar.
   —Lo siento, su Majestad, mi reina, perdóneme. He cometido pena de muerte. Yo...—Le temblaba la voz terriblemente—...me doy cuenta de lo que he hecho.
   —Aunque tu ignorancia, falta de respeto, inmoralidad, machismo y engreismo merecen pena de muerte, se que solo te equivocaste, tranquilo, no perderás la cabeza—Dije sonriendole de forma dulce, mientras le tocaba el hombro.
   —¿De verdad? ¿No moriré?—Dijo Tomás con la luz de la esperanza.
   —Estas despedido—Me sorprendí por un momento de Taehyung.
   El gesto de Tomás se volvió de terror, sus ojos estaban a punto de salirse.
   —¿De-Despedido?
   —Trabaja duro con tu respeto, ética y moral y solo tal vez regreses a tu puesto—Dijo Taehyung cruzandose de brazos.
   —Pero, ¿Qué hago? No tendré para comer, ni en donde vivir...
   —Callate—Mencionó Taehyung con una voz de muerte, Tomás no dudo en cerrar su boca en segundos—Debes mancharte de tierra tus manitas de bebito.
   —Pero... ¿que tal si mejor trabajo como obrero aquí en el castillo?
   —Toma tu cosas y ve a buscar un hotel.
   —Si, Majestad y gracias, por no quererme matar—Y se retiró, sin nada más que decir.
   Aunque, las dudas no se fueron. Esta noche debía tener esa cita con Greyston y Namjoon debía regresar temprano para ir con Esmére, ya que le prometió volver.
   —Vaya, ese mocoso descarado—Volvió a mencionar Namjoon—Si estuviera en las eras pasadas su cabeza estaría rodando justo ahora.
   —No digas eso—Le dije tomándole del hombro—Recuestate, debes descansar mucho para mañana.
   —¿Estas bien?—Le preguntó Taehyung a Namjoon, pero este solo le respondió con una sonrisa. Luego me miró y me sonrió—Tengo una sorpresa para ti, Yejun y Meggy ya están ahí.
   —¿Caile y Frank?—Solté, conmocionada.
   —¿Ellos están aquí?—Preguntó Namjoon.
   —¿Ellos, Caile y Frank? ¿Quiénes son?—Cuestionó Roser.
   —Ella...¿No sabe?—Señaló Taehyung, dudoso y sorprendido.
   Namjoon y yo negamos con la cabeza.
   —¿También está el anciano?
   —No, él se quedó en la panadería a cuidar, ¿porque?
   —Es mi padre—Contestó Namjoon.
   —Entonces haré que vayan por él.
   Ambos se sonrieron, parece que estaban bastante bien. Pero la única confundida aquí, era Roser, que me miraba fijamente, sin decir nada.
   —¿Quién eres tú?
   Taehyung y Namjoon voltearon a verme. Yo no sabía que contestar, ¿que le iba a decir?
   —Ella es tu madre, Roser—Dijo Namjoon, queriendolo soltar todo de una vez—Ella es tu verdadera madre, ella nunca murió, solo se fue por un largo tiempo. Todo este tiempo, fue ella.
   —¿Qué estas diciendo, papá?—Sus ojos se volvían cristalinos, tan fríos y húmedos.
   Me miró y yo me sobresalte, ¿ahora que debía decirle? Me sentía un poco apenada y no sabía porque.
   —¿Tu eres mi madre?
   —Creo que estas un poco conmocionada, Roser, deberías...—Dije acercándome a ella, con la intención de arrodillarme y mirarla a los ojos.
   —Aléjate—Me respondió, sin siquiera mirarme. Lo decía bastante en serio.
   Alejé mis manos de ella y retrocedí. No quería molestarla más en estas situaciones.
   Miré a Namjoon y él también parecía un poco decepcionado, aunque con una sonrisa, me indicó que podía irme, que todo estaría bien, y yo también le sonreí de vuelta.
    Taehyung estaba de espaldas, parecía que no quería interferir para nada en el ambiente. Me esperaba pacientemente para ir.
   —Lo siento, fue algo incomodo, ¿cierto?
   —No te preocupes, estoy bien, no era mi asunto y solo esperé.
    Me ofreció su brazo y nos fuimos de la enfermería y aunque ya había visto a Caile y Frank, no se porque por cada paso que daba, me ponía más tensa y nerviosa.
    —Yo tampoco los he visto, están detrás de esta puerta—Dijo cuando llegamos a unas puertas enormes de madera, con un tallado precioso.
   Suspiré y las abrí lentamente.
   Mi corazón empezó a latir de felicidad.
   Estaban Meggy, Yejun, Caile y Frank, sentados en en una alfombra, jugando ajedrez. Meggy contra Caile y Frank contra Yejun.
   Me impresionó tanto, se veían muy felices, muy contentos.
    Los cuatro se voltearon al mismo tiempo, se veían hermosos.
   —¡Mamá!—Gritó Meggy y corrió a abrazarme.
   —¿Mamá?—Preguntó Caile—¿E-Eres tú?
   Yo le sonreí, asentí y alcé mis brazos, invitándolo a un enorme abrazo. La carita de Caile se sonrojó y sus ojos se humedecieron, se levantó con rapidez y corrió a mi, rondeandome junto a Meggy. Detrás, apareció Frank, mirándome con una dulce sonrisa, miró a Taehyung y lo abrazó, diciendo unas palabras que no entendí.
   Caile estaba muy enternecido, tanto que empezó a llorar, Meggy se separó para que pudiera abrazar también a Frank, a mis dos gemelos.
   —Te extrañé mucho, mamá—Me susurró.
   Nos mantuvimos un buen rato abrazados, me encantaba ver la diferencia de sus cabellos. Nuevamente Frank tenía el cabello oscuro como el mío y Caile dorado por el de Taehyung.
   Taehyung me sonrió y se acercó a mi, dándonos un abrazo familiar.
   —Ustedes...¿Ya no son pareja, cierto?—Preguntó Frank con seriedad.
   Taehyung y yo nos miramos con cariño, entre nosotros, ahora solo éramos amigos. Increíbles amigos, volteamos a ver a nuestros hijos y negamos con la cabeza.
   —¿Están bien con eso?—Pregunté algo nerviosa.
   —Somos adultos madre—Respondió Caile secándose las lágrimas—Lo entendemos—Volteó a su lado, quien estaba Yejun y sacudió su cabello—Tenemos unos hermanitos increíbles.
   Meggy se puso al lado de Frank, abrazándolo de la cintura, ya que él era muy alto.
   —Y son muy guapos.
   Frank se ruborizo y le acarició una mejilla.
   —Entonces el príncipe Taehyung todo este tiempo fue el padre de mis medios hermanos—Dijo Yejun. Yo solo asentí, algo tímida.
   —Por cierto, ¿no tenemos otra hermana?
   —Ella está un poco confundida ahora—Les respondí—Pronto veré que hago.
    Todos nos sentamos en la sala y nos pusimos a platicar. Yejun se sentó a mi lado, mientras jugaba con mi cabello, Frank y Meggy se daban palmaditas en las manos y Caile estuvo al lado de Taehyung, sin duda, ellos parecían los verdaderos gemelos.
   Platicamos de mis aventuras hasta ahora, sobre la infancia de todos mis hijos y el secreto de Taehyung.
    —Miren estas caritas felices, están felices sin mi.
   Apareció Yoongi, tomado de la mano de Hoseok. Yoongi se sentó al lado de Taehyung sin antes de darle un zape.
   —Él es un pariente nuestro, Min Yoongi y él se llama Min Hoseok—Dije señalandoles, mis dos hijos y Yoongi se estrecharon la mano, con respeto.
   —¿Namjoon estará bien?—Me preguntó Yoongi, echándose en el sofá.
   —Mañana podrá caminar, hoy tiene que descansar mucho.
   El rato paso bien, nos divertimos platicando y riendo. Hasta cuando Taehyung con señas, me formuló una corona y después señaló a Caile y Frank. Por un demonio, casi me olvidaba.
   Me acerqué a Frank silenciosamente y le pedí hablar con él y Caile a solas. Pronto salimos a un elegante y bonito jardín.
   —¿Porque estas tan callada, madre? Es un poco sospechoso.
   —Queríamos hablarles respecto a su futuro—Dijo Taehyung apareciendo detrás de ellos.
   —¿Qué tiene nuestro futuro?—Preguntó Caile y Frank le soltó un tiro al brazo.
   —Tonto, somos príncipes.
   —Ohh, príncipes...—Exclamó nervioso—¡¿Príncipes?!
   —Al ser los primeros críos de la legítima reina de Thimblerent y el legítimo futuro rey de Glambea, ambos, son príncipes. El mayor tomará el reino de Thimblerent—Dijo Taehyung señalando a Caile—Y el menor tomará el reino de Glambea—Señaló a Frank.
   —Wowowowowow—Frank elevó sus manos—Esto está yendo demasiado rápido, crecimos junto al Sr. Deo, de forma sencilla y noble, no fuimos entrenados para ser príncipes.
   —Es lo que dicta la ley, ustedes tendrán su tiempo para educarse respecto al reinado.
   —Asusta un poco—Dijo Caile, poniéndose tímido.
   —¿Están seguros de esto?—Preguntó Frank.
   —Ustedes ya han salido a la luz, no hay vuelta atrás.
   —Creo que necesitaremos tiempo para pensarlo—Contestó Frank—Esto es muy repentino.
   Taehyung y yo les sonreímos, les íbamos a dar el tiempo que necesitaran para estar listos.
   Regresamos después de una larga charla y después el guardia Park me anunció que Namjoon se encontraba en su habitación reposando.
   La brisa se sentía por todo el castillo y anunciaba el crepúsculo del atardecer. Algo me preocupaba y no sabía que era, mañana debía verme urgentemente con Greyston. Tengo que ganarle a Esmére.
   La dama que llevaba la cena de Namjoon a su habitación iba detrás de mí, callada aunque por sus temblores, algo me llamaba la atención.
   Sin voltearla a ver le pregunté qué sucedía.
   —No es nada Majestad, es solo que soy nueva en el palacio y estoy un poco nerviosa.
   Le sonreí tratando de transmitirle confianza y comodidad. Y mirándola bien, algo me llamaba mucho más la atención, era su rostro, sus gestos. Era tan...toda una señorita, una dama. Parecía más una princesa real, que una empleada.
   —Si de algo sirve—Le dije empleando una voz más amigable—Conserva una postura y carácter fuerte y elegante, se ve que haces tu trabajo con mucho empeño, entonces será fácil quitar tus nervios.
   Entramos a la habitación, Namjoon estaba acostado en la cama, con el torso al desnudo. Me altere por un segundo.
   —Está bien, yo llevaré la bandeja, gracias, puedes retirarte.
   Ella hizo una reverencia y cerró la puerta detras de mi, después de lo que le dije, pareció relajarse un poco.
   —¿______?
   —Estoy aquí, aquí está la cena.
   Dejé la bandeja en la sala de la habitación y me di cuenta que mis maletas también estaban a un lado de las de Namjoon.
   —No te sorprendas, no podré moverme esta noche.
   —Pervertido—Dije riéndome soltandole un golpecito. Hoy dormiriamos juntos. ¿Porque me sentía tan nerviosa?
   —¿Tienes calor? ¿Porque no tienes camisa?
   —Quería sorprenderte cuando entraras.
   Le sonreí de forma coqueta y me recogí un mechón detrás de la oreja, sentandome a la orilla de la cama.
   Nos quedamos mirando un par de segundos, nuestros ojos intercambiaron un acuerdo desconocido. Solo queríamos hacerlo y ya, me llenaba de euforia.
   Me incliné a él, poniendo mi mano sobre su pecho y él posó la suya encima, haciéndome sentir sus latidos. Mi nariz rozó con la suya, estaba tan tibio, tan suave, ¿cuanto no hacíamos esto?
   ¿Hacia cuanto no me tocaba de esa forma?
   —Te amo.
   Me dijo, mirándome a los ojos. Brillaban. Brillaban demasiado. Sus pupilas se dilataban, agrandandose.
   Me acerqué a sus labios, quería...
   Quería...

   Alguien tocó la puerta y me aparté de golpe, aunque vi el odio infinito en los ojos de Namjoon, mataría a quien nos había interrumpido.
   —Pase—Llamó Namjoon.
   Asomó un guardia, algo incomprensible.
   —Alguien vino a visitarlo, Majestad.
   ¡Era el señor Deo! Me levanté emocionada y fui a recibirlo a la puerta, sin duda era él.
   Le sonreí y lo invité a pasar. El señor Deo llevaba un bastón y un traje elegante, muy diferente a cuando lo conocí en la panadería.
   —Buenas tardes, Majestad.
   —Buenas tardes Sr. Deo, lo estuvimos esperando.
   —¿Como supo que me llamaba así?
   —Es una larga historia—Le sonreí—Alguien lo está esperando—Señalé a la cama y el señor Deo se quedó unos segundos confundido.
   Hasta que de repente, sentí su cuerpo mudo y su boca temblar. Me asusté cuando soltó el bastón.
   —¿Namjoon?
   —Papá...
    El señor Deo corrió con lentitud hacia la cama y sin cuidado tomó a Namjoon del cuello y de la espalda y lo abrazó.
   Al verlos me llené de ternura y toqué mi pecho, encariñada. Namjoon estaba muy contento de conocer a su padre por primera vez y entonces, me miró.
   Le sonreí tomando las manijas de la puerta, le iba a dar un tiempo a solas con su padre, apuesto a que tienen demasiado de que platicar. Namjoon también sonrió y cerré las puertas, dejando todo en silencio.
   Alisé mi vestido y me di la vuelta. Ahí estaba Roser, mirandome fijamente, con una expresión que no pude describir, se veía compasiva, con un brillo en sus ojos.
   —Oh, Roser, ¿ya conociste a tu abuelo?—Le sonreí—Justo ahora está con tu padre...
   Ella no pareció cambiar de gesto y siguió mirándome de igual forma. Borré mi sonrisa y me acerqué a ella, tomándole del hombro.
   —¿Sucede algo?
   Sin previo aviso, me abrazó. Me rodeó de la cintura y puso su cabeza en mi pecho, temblorosa y tierna.
    —Lo siento mamá, perdóname por haber sido tan mala contigo, lo siento.
   Me apretó y yo acaricie su larga melena ondulada. Olía a rosas, como una mujer delicada.
   La abracé por encima, contemplandola con mucho cariño.
   —Está bien, parecías muy molesta que otras mujeres tomaran mi nombre.
   —Fui más descarada aún, permitía la relación de Esmére y mi padre frente a ti. Te hablé de forma desagradable, incluso mi actitud fue un asco mientras tu estabas ahí.
   —Pero si prometes cambiar, podrás perdonarte...
   —Y ni siquiera soy la futura reina y traté a todos como si mi satisfacción dependiera de ellos, no soy nadie, estoy tan avergonzada.
   —Ellos también merecen una disculpa, una disculpa sincera. Y eres la princesa, mi hija.
   Roser volvió a abrazarme con fuerza, mientras sollozaba silenciosamente. Y después de un largo rato, lleno de silencio y caricias, se despegó de mí, limpiandose las lágrimas.
   —Ya no hablemos más de esto, mi niña, grande y hermosa.
   Dije tomándola de los hombros, mirándola de lejitos, ¿porque ahora se me hacía más bonita que antes? Le sonreí, la verdad salió a la luz y esto iba mejor.
   Nos fuimos de ahí, abrazadas, un par de pasillos, mientras reíamos y reíamos. Cuando a lo lejos, vi unas figuras conocidas.
   —¡Seokjin! ¡Shinhye!—Grité emocionada, y corrí hacia ellos.
   —¡_______!—Gritó Shinhye y también corrió a abrazarme, ambas dimos vueltas de felicidad—¿Cómo estás Kimmy?
    —Estoy bien, los extrañe mucho, ¿pero como es que están aquí?
    —Hemos sido invitados a la coronación del príncipe Taehyung. Estoy emocionado, hace mucho que no lo veía—Respondió Seokjin.
   —¿Ustedes se conocían?
   —Es una larga historia.
   Me quede algo extrañada, todos parecían estar conectados, sin ningún problema. Los guíe a la sala y les presente a mis hijos mayores. Toda la familia estaba reunida, y eso me hacía sentir... Lo mejor del mundo, iba a protegerlos de cualquier cosa.
   De cualquier cosa.
   —Hey, no te distraigas y disfruta el rato—Dijo Yoongi poniéndose a mi lado—Mañana será un buen... Y mal día.
   —Estaré al tanto...es solo que...no se, tengo un mal presentimiento.
   —No te preocupes, yo te protegeré.
   Volteé y le sonreí, tranquila. ¿Podré dormir tranquila esta noche? ¿Porque me siento tan perturbada?
  
  
  
  
  
 
  
  

  

  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  























     Disculpen la tardanza~ creo que entenderán que aun soy estudiante, esta cuarentena me esta matando. Amén.

Falaz ~ NamjoonWhere stories live. Discover now