=Capítulo 12=.

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     "Helado".

Narra Carolina:

Él se levantó de la cama y se puso su boxer, luego camino hacia mi dirección y se sentó frente a mí.

—Iré a ducharme — dijo mientras le daba un ligero apretón a mi nariz.

—Está bien, yo te espero aquí — contesté mientras le sonreía.

—Si quieres lavar tu ropa, el cuarto de lavado está frente a la cocina y puedes ducharte en el cuarto de a lado — dijo a la vez que me colocaba mis bragas.

—Bien, gracias.

—No tardo — besó mi frente y se adentro en el baño.

Tomé las sábanas y las metí a la lavadora, revisé el mueble del cuarto de lavado y saqué los productos de limpieza junto con unas sábanas limpias, después de utilizar los productos, los guardé y puse en marcha la lavadora.

Al regresar a la habitación, pasé por la sala de estar y ví la camisa de Agustín, la tomé entre mis manos y la olí, aspirando profundamente su perfume, me dirigí a colocar las sábanas limpias, al terminar fuí a darme una ducha para así colocarme mi ropa interior y la camisa de Agustín.

Mientras mi cabello se secaba al natural, el cual ya estaba desenredado, saqué de la lavadora las sábanas y las coloqué en la secadora. Regresé a la habitación de Agustín, quien estaba acostado con sus manos entrelazadas debajo de su cabeza mirándome con una sonrisa de lado.

—¿Qué tanto hiciste?, Tardaste demasiado — preguntó frunciendo el ceño y reí.

<<Si supiera que tanto hice.>>

—Uhm, nada — musité mientras me acostaba al revés, coloqué mis pies en el respaldo de la cama y me quedé observando el techo.

—¿En qué piensas? — preguntó mientras se recargaba en sus codos para poder verme.

—En que comeré de postre mañana.

—¿Es enserio? — preguntó burlón a la vez que enarcaba una ceja.

—Si, no sé si comer helado o un pastel de chocolate mientras veo Winnie Pooh — contesté frunciendo el entrecejo mientras colocaba un dedo en mi mentón —. Es la crisis que tengo todos los días ¿Sabes?

—Jajaja, si hablas enserio — se rió.

—Obvio, ¿En qué otra cosa pensaría si no es en comida? — pregunté confundida.

—No lo sé, tal vez en tus pendientes o en lo que harás mañana — contestó alzando los hombros.

—No, ¿Qué te pasa?, Si hago eso me dará flojera —estiré mis brazos hacia atrás para darle dramatización.

—Jajajaja, no puedo creerlo — río a carcajadas.

—Oye — le hablé pateando su abdomen.

—¿Qué pasa? — me miró curioso.

—¿Tienes helado? — pregunté tímida.

—Jajaja, si, en la nevera — contestó y me paré como un rayo de la cama.

—¡Gracias! — grité mientras corría a la cocina.

Abrí la nevera y saqué el bote de helado de vainilla, lo imaginé pasando por mi garganta y sonreí al hacerlo. Tomé un tazón y una cuchara y comencé a servirlo, al terminar guardé el helado y caminé con el tazón en mis manos mientras sonreía victoriosa, tropecé y el helado cayó al suelo.

—¡Ahhh! — grité — No por favor — dije mientras agarraba el helado y lloraba —. Quédate conmigo, aún no estás en mi estómago — sollocé.

—¿Caro? — Camino hacia mi dirección y al llegar me miró confuso — ¿Qué pasa?

—El...el helado se me cayó de las manos — musité horrorizada.

—¿Y por qué lloras?, Puedes tomar más de la nevera — preguntó aún más confuso.

—No lo entiendes, no lo disfruté como se merece, decepcioné al helado.

—¿Qué? — nuevamente carcajeo.

—Ese helado merecía estar en mi estómago, no en el piso — negué repetidamente con la cabeza.

Él tomó una posé de suma seriedad y dijo: 

—Tienes razón, defraudaste al rey de los helados.

—¿Qué? — sollocé todavía más.

[...]

Narra Agustín:

No pude evitar reír, pensé que se había lastimado y lo primero que me encuentro es a Caro llorando por no haber disfrutado el helado, lo más divertido es lo inocente que es, le podrías decir que existe una casa hecha de chocolate y ella se lo creería.

Le serví más helado y se lo di, ella al instante sonrió como si no hubiera pasado nada, bipolar, limpié el desastre y la cargué hasta la habitación.

—¿Estás mejor? — cuestioné sonriente.

—Siempre lo estoy — contestó con una sonrisa enorme mientras tomaba una buena porción de helado y lo saboreaba.

¿Pero qué dice?, Hace menos de cinco minutos estaba llorando y ahora está como si fuera la persona más feliz del mundo, además ¿Qué persona come helado a las tres de la madrugada?, Sin duda es especial.

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Imagen gracias a Irvin Ramírez.


Es uno de mis capítulos favoritos, esto me vuelve emotiva 🤧❤️.

¡Los tkm!, Cuídense y tomen agua 🤭❤️.

¡Mi extraño órgano les agradece! 💙🌩️.


...Wen.


&quot;La magia de un bar&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora