Capitulo 12

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- Silene ¿Qué está pasando? ¿Qué eres? ¿Eras tú la que cantabas? ¿Porqué tu cuerpo sana tan rápido?- No era necesario mirar a Dororo para saber que estaba intentado inútilmente contener el llanto.

Me pongo de rodillas. Siento frío en todo el cuerpo, me miro y noto que estoy desnuda. Se tuvo que haberse desecho con el fuego, afortunadamente mi cabello logra cubrirme.

- No es fácil de explicar.- Sigo mirando al suelo, no me atrevo a mirarlo. 

Oigo como se pone de pie y se pone frente a mí.

- ¿Porqué te hiciste pasar por muda? ¿Porqué nos engañaste? ¿Cuando pensabas decírnoslo? ¡Responde Silene!- Su llanto ya no lo podía controlar.- O ¿Al menos ese es tu nombre?

Respiro profundo y le respondo.

- No, ese no es mi nombre.- Escucho como se sorprende. Levanto la cara y Dororo me mira con decepción.

 Hyakkimaru se le acerca y pone una mano en su hombro, instintivamente con mis brazos cubro mi pecho. 

- Siento que hemos viajado con una extraña todo este tiempo.- La tristeza ya no la puedo controlar más y sin que yo quiera me empiezan a salir lagrimas, Dororo se habia ganado parte de mi corazón, es un niño encantador y ver como me mira con decepción y desagrado me parte el corazón.- Al menos seria bueno saber tu verdadero nombre.

- Tn, ese es mi nombre. Comprendo si no quieren que siga con ustedes.

- ¡Y tienes el descaro de decirlo! ¡No quiero verte Silene... o Tn... o como sea que te llames! ¡No quiero volver a verte nunca más!.- Tras eso, sale corriendo y yo no aguanto más y estallo en llanto. 

Siento como Hyakkimaru se me acerca, levanto la cara y él apoya su frente con la mía, sus manos me secan las lagrimas de mis mejillas. No sé porque hace eso pero es muy lindo de su parte.

- Debes irte, él te necesita más que yo.- Veo que intenta decir algo y me sorprende.- Así que ya recuperaste tu voz. Me alegra mucho Hyakkimaru, pero ya debes irte.- Él asiente y se separa de mí, me mira por ultima vez y se va.

Me quedo aquí en la misma posición. El sol está en su máximo punto ya debe ser medio día. Ya de pie, mi cabello no es suficiente para cubrir mi cuerpo; camino por el lugar notando el desastre que quedo lo que más me llamo la atención de todo fueron los bultos de tierra que había en el suelo, los cuento y me doy cuenta que son todos los niños y Mio. Al final el alma de Mikoto tiene una muerte trágica una vez más.

Bajo las escaleras del templo y oigo el graznido de un cuervo que se acerca a mi. Extiendo mi mano y este se posa encima.

- Valla, pensé que jamas te volvería a ver Karoo.- Da otro graznido como respuesta. Aún recuerdo el nombre que Dororo le dio.- Me alegra que hallas llegado en un momento tan oportuno, necesito ropa.- Me meto en el bosque y miro que nadie me vea, cuando estoy segura comienzo a cantar.

El cuerpo de Karoo se comienza a volver polvo negro, el cual rodea mi cuerpo para después materializar lo en tela convirtiéndose en un kimono.

(Imagínense el Kimono totalmente negro, todas imágenes que encontré eran de tela muy clara)

(Imagínense el Kimono totalmente negro, todas imágenes que encontré eran de tela muy clara)

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Exactamente que es Karoo. La verdad no lo sé, pero de lo que si estoy segura es que no es un animal; él ha estado conmigo desde el día de la maldición, siempre me ha acompañado la mayor parte del tiempo.

Despues de que me volví inmortal, empece a buscar hechizos inclusos los prohibidos, ya estaba maldita así que ¿Qué más me podía pasar?. Me memorice cada hechizo, lo estudie y los modifique ya que mi poder radica principalmente en el canto.

Camino en dirección a mi pequeña casa que tengo oculta en el bosque, la caminata va a durar días ya que está muy lejos.

Han pasado como unos 5 o 6 días, ahora me encuentro en un pueblo ayudando a una monja a realizar unos encargos a cambio me da comida. A lo lejos veo al monje y él se me acerca a saludarme.

- Ese nuevo Kimono te sienta bien.

- Gracias.

- ¿Donde están los demás?

- Nos separamos.- Desvié la mirada.- Dororo se entero de todo y se enojo, la verdad es que la entiendo.

- Es normal, una mentira no dura para siempre, en algún momento se tenia que saber.- No es necesario que me haga sentir más mal de lo que ya me siento. - ¿Y no piensas buscarlos para disculparte y aclarar las cosas?

Lo miro con una ceja alzada. En el fondo él tiene razón, pero...

- No creo que Dororo me quiera oír.

- No estarás segura si no lo intentas, pero también tendrás que ganarte su confianza otra vez.

- Es cierto.- Agaché la mirada. oigo como suspira.

- Te haré una pregunta pero no me la respondas, respondetela tú misma.- Lo miro con curiosidad, ¿Qué me querrá decir?.- No crees que tu mayor maldición son las ataduras de tu pasado? ¿Qué es lo que te ata? ¿Qué es eso que por mas que los años pasen sientes que todos los días son ese  mismo momento en que la maldición se activo?.- Despues de eso me sonrie.

- ¿A qué se refiere exactamente con...?

- Shhh... tu eres la que sabe, después de todo eres tú la que vivió ese momento. Yo solo soy un anciano que solo puede ver el alma de las cosas,  veo tu alma y me hago esas preguntas con respecto a ti, pero esas preguntas debes resolverla tu misma nadie, más. Bueno espero que nos volvamos a encontrar.

Me giré y lo único que pude decirle fue "Adios". Después de un rato seguí mi camino hacia donde vive la monja.

Las preguntas del monje se quedaron atrapadas en mi mente y se reproducía una y otra vez. 

¿Qué es lo que me ata al pasado? ¿Qué es lo que no me deja avanzar? ¿Serán mis sentimientos? o ¿Serán mis recuerdos?

En el camino escucho a alguien hablar, no le presto atención, hasta que oigo a alguien que sus palabras salen atropelladas. Levanto la mirada y...

- ¿Hyakkimaru?

LA VOZ DE MI CORAZÓNWhere stories live. Discover now