Conoce la verdad y la verdad te hará libre.

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"Conoce la verdad y la verdad te hará
libre"…

La BIBLIA habla de los propósitos
que tiene Dios para el hombre, cuáles
son sus pensamientos, su plan de
vida y muestra claramente que al
principio las cosas no fueron como
las vemos ahora sino que son el
resultado de una mala elección hecha
por el hombre mismo. Dios no podía
contradecirse a sí mismo al dar al
hombre libre albedrío –es decir
libertad de elegir- y a su vez obligarle
a hacer Su voluntad.

EN EL PRINCIPIO

El libro de Génesis 3:8 dice que: "Dios
paseaba por el huerto al aire del día…"
esto nos indica que Dios se acercaba
tanto al hombre que su relación era
perfecta, caminaban juntos, hablaban
cara a cara, había confianza y
estrecha comunicación por lo tanto el
hombre se sentía pleno consigo
mismo y en paz con Dios.

Génesis 2:22 Estaban ambos desnudos,
Adán y su mujer, pero no se
avergonzaban. La relación entre el
hombre y la mujer era buena, íntegra,
transparente. El la veía y la trataba
con respeto y como un regalo de Dios
a su vida, la veía como su compañera
idónea.

Génesis 2:19 Dios formó, pues, de la
tierra toda bestia del campo y toda
ave de los cielos, y las trajo a Adán
para que viera cómo las había de
llamar, y el nombre que Adán dio a los
seres vivientes, ese es su nombre.
De igual manera al principio de los
tiempos el hombre y la naturaleza
vivían en armonía y respeto, sin
menoscabo de enseñorearla.
La palabra GÉNESIS significa "el
principio", o la también llamada
"historia primitiva" que se inicia con
un solemne relato de la creación
(Génesis 1:1-2.4) y luego narra los
comienzos de la historia humana en el
mundo creado por Dios.

Lo primero que enseña el libro del
Génesis es que Dios es el único
Creador de todo cuanto existe. Con el
poder de su palabra omnipotente, él
creó el cielo y la tierra, hizo que el
mundo fuera un lugar habitable y lo
pobló de seres vivientes. Además,
quiso que la especie humana se
distinguiera de entre los demás
vivientes por su dignidad particular.
La afirmación de esta dignidad ha
sido formulada de una vez para
siempre en el primer relato de la
creación:

El hombre y la mujer fueron creados a
imagen de Dios y en esta especial
relación con el Creador se fundamenta
la misión que les ha sido confiada, de
ejercer responsablemente el dominio
sobre el mundo (Génesis 1:27-28) Esta
afirmación quedaría incompleta sin la
enseñanza contenida en los capítulos
siguientes. Según Génesis 2:3 en
efecto, el hombre –adam- fue formado
de la tierra –adamá- y por eso es débil
y efímero.

Sin embargo, en el momento mismo de
formarlo, al infundirle el aliento vital
(2:7) Dios le comunicó el don de la vida
a un grado superior al de los animales
(2:19-20). También hizo a la mujer, y
se la dio como una ayuda adecuada
(2:18) –es decir, como una persona de
su misma condición y dignidad-, según
lo atestigua la gozosa exclamación del
2:23: ¡Esta sí que es de mi propia carne
y de mis propios huesos!
Esta primera pareja humana fue
llamada desde el principio a vivir en
estrecha amistad con Dios. Pero la
amistad debe cultivarse en forma
constante mediante una libre
aceptación. Por eso, Dios dispuso que
ellos observaran un precepto (2:16-17),
en virtud del cual se afirmaba tanto la
soberanía absoluta del Creador como
la libertad y responsabilidad humanas.
Pero el hombre y la mujer no
aceptaron vivir sometidos a la
soberanía divina.

Pretendieron ser como Dios (3:5) y a
causa de su desobediencia entraron
en el mundo el sufrimiento y la
muerte.

De este modo se les cerró el acceso al
árbol de la vida (3:24) y se inició una
serie ininterrumpida de pecados, que
atrajeron sobre la humanidad el juicio
de Dios, representado en el diluvio
(6:5-7,24).

Pero ni siquiera así se detuvo el avance
del pecado, que llegó a su punto culminante
en el intento de edificar una torre tan alta
como el cielo (11.4)

El hombre cuenta con un maravilloso origen,
pero lo que ocasionó tan lamentable dispersión
de los seres humanos fue el error de elección.
El hombre se separó de Dios por el pecado,
por su desobediencia. Y esa separación creó
una serie de problemas que afecta hasta nuestros días.

DIOS Y EL HOMBRE

El primer problema que enfrentó el
hombre, fue el de carácter teológico.
Génesis 3:6 –Al ver la mujer que el
árbol era bueno para comer, agradable
a los ojos y deseable para alcanzar la
sabiduría, tomó de su fruto y comió; y
dio también a su marido, el cual comió
al igual que ella.

Adán y Eva habían sido advertidos por
el Señor: Génesis 2:15 Cuando Dios el
Señor puso al hombre en el jardín de
Edén para que lo cultivara y lo cuidara,
le dio esta orden: "Puedes comer del
fruto de todos los árboles del jardín,
menos del árbol del bien y del mal. No
comas del fruto de ese árbol, porque si
lo comes, ciertamente morirás.
No obstante, desobedecen a Dios al
comer del fruto prohibido. Como
respuesta ante semejante acción.

Génesis 3:23 Y lo sacó Dios del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso querubines al oriente del huerto de Edén, una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida. Se rompe la relación con Dios al ser echados fuera del huerto del Edén. El hombre por primera vez se separa de Dios. Se ve apartado de su presencia y conoció su ira.

Aprendiendo de DiosWhere stories live. Discover now