Quedé paralizada. No podía moverme.
- ¿Quién?
- Alexia
Se levantó de su taburete y se acercó a mí. Reaccioné y me paré rápidamente para correr hacia el interior de la casa.
Buscaba desesperadamente a Karen en la parte de la pista dónde la había visto la última vez, pero no la encontraba.
Mierda, ¿Dónde estará?. Necesito salir de aquí urgentemente.
Miré por donde venía, hacia las puertas del patio y ahí estaba él, buscándome con la mirada.
Sin darme cuenta empecé a retroceder hasta que me choqué con alguien.
Soy torpe, pero esta noche me estoy superando.
- ¡Alex, hola!
- Ash, ¿no has visto a Karen? Necesito que me lleve a casa.
- Mmm – miró hacia arriba, pensando – después de que les diera los tragos no, no la vi más.
- Mierda – susurre y volví a mirar hacia atrás.
No me localizó pero ya había entrado en la multitud de gente que estaba en la pista.
- Si quieres puedo decirle a un amigo que te lleve
- ¿Seguro? – lo miré con una ceja levantada, lo último que quiero es que me secuestren ahora.
- Si tranquila, ven – me hizo un gesto con la mano y lo seguí, de vez en cuando mirando al chico que me seguía buscando.
Con Ash nos dirigimos hacia un grupo de chicos que estaban sentados en unos puffs cerca de la puerta.
- Oliver – dijo Ash y un chico con tatuajes hasta el cuello nos miró – necesito que me hagas un favor.
- ¿Cuál?
- ¿Puedes acercar a Alex – me apuntó con el dedo- a su casa?
Oliver me examinó con la mirada. "Rápido que no tengo mucho tiempo" pensé.
- Bueno, pero me deberás una
- Claro
Oliver se levantó, agarró unas llaves de la mesa ratonera que tenía enfrente y se encamino a la puerta.
- No creo que te secuestre – me dijo Ash – gracias por venir a mi fiesta, adiós
Y después de decir eso, volvió a entreverarse con la multitud de gente.
Salí por la puerta de entrada no sin antes volver a ver detrás. Pero, ojalá no haberlo hecho, porque me encontré con sus ojos que me miraban desde la mitad de la pista. Estaba a unos metros de mi.
Corrí hacia el auto al que vi que se dirigía Oliver al cual lo agarré del brazo para que corra conmigo.
- ¿Qué haces? – preguntó mientras corríamos.
- Destraba las puertas – le grité y él me obedeció
Apenas llegué al auto, me subí cerrando la puerta fuertemente, igual Oliver que parece haber entendido que estaba escapando de algo.
- Arranca el auto ¡YA!
Me miró confundido pero lo hizo.
El auto arrancó y yo miré por el retrovisor como salía de la casa y se subía a su moto para seguirnos.
- Tienes que perder esa moto.
Oliver suspiró
- Después me tendrás que explicar
Dicho dobló hacia la izquierda de golpe, ocasionando que estampe mi cara con la ventanilla.
- Mejor ponte el cinturón si quieres que pierda a ese tipo.
Vale, tiene razón. Me puse el cinturón y traté de calmarme. Sentía la mirada de Oliver sobre mí.
- ¿Todavía nos sigue? – no quería mirar.
- Mmm – se fijó – sí, pero un poco lejos, debe tener poca gasolina porque esas motos corren mucho. Otro volantazo y lo perdemos.
- Genial – susurré.
Pasaron unos 15 minutos en los que Oliver aumentó la velocidad y dio el otro volantazo con el cual supongo que lo perdimos porque paró el auto.
- ¿Qué pasa?
Me miró e hicimos contacto visual por unos segundos.
- No me has dicho la dirección de tu casa.
- ¡Ay! Perdón – me senté mejor – es en patricio diez 1125
- Okey, al menos pude descansar un poco – se acomodó y volvió a arrancar el auto.
Prendí la radio, con su permiso, e iba tatareando algunas canciones que pasaban.
Después de 20 minutos aparcó al frente de mi casa.
- Gracias por traerme – le sonreí, abrí la puerta y me bajé.
- Espera – me jaló de la mano para sentarme otra vez en el asiento - ¿quieres decirme que fue todo eso?
- Mmm
- No me digas que no fue nada, porque no te veías como si lo fuera.
- Es complicado – bajé la mirada y me percaté de que seguía teniéndome de la mano.
Él se percató y retiró su mano.
- Perdón – sonrió avergonzado
- No pasa nada – le sonreí - ¿puedo irme?
- Si, solo quería saber por si algún día vuelves a necesitar que te ayude a escapar.
- No te preocupes – me bajé del auto – no creo que eso vuelva a pasar.
- Espero que no, la próxima me tendrías que pagar la nafta aunque sea.
- Te alcanzaré lo que te debo con Ash – cerré la puerta y me acerque a la ventanilla que estaba baja – Gracias Oliver.
- De nada...
- Karen
- Si cierto – sonrío – Nos vemos
Puso en marcha el auto y yo me despedí con la mano.
Entré a casa y fui directo a mi habitación. Después de ponerme el pijama y cepillarme los dientes, me acosté en la cama.
Agarré mi celular para escribirle a Karen, la cual seguramente no volverá a su casa en toda la madrugada:
"Estoy en casa, me trajo un amigo de Ash. Te tengo que contar algo, por favor, si despiertas antes de las 8pm, ven a casa"
Después de enviárselo, dejé el celular a cargando.
Cuando a punto de dormirme, escuché como alguien pasaba en moto a todo lo que da por la calle de mi casa. Pero no le di importancia, muchas personas tienen moto.
