Día Uno. {El nuevo.}

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Las primeras horas de clases transcurrieron normalmente: Sucrette en el fondo, hablando con Lysandro por momentos, o con Castiel hasta que llegara el profesor – obviamente, Castiel molestándola de vez en cuando y Lysandro conteniendo una risa–, Armin con su PSP y Alexy aburrido, aunque, esta vez parecía perdido en sus pensamientos a tal punto que el profesor Farrés llamó su atención.

Hoy, estaba particularmente distraído, pero no por cualquier cosa…, aquel chico no se quitaba de su mente, sus ojos verdes… Era realmente lindo, no podía negarlo, ¿qué hacía allí, en la escuela? «Tal vez sea nuevo.» Se dijo a sí mismo el peliazul, era lo más lógico, soltó un largo suspiro, llamando la atención de su hermano.

–Alexy, ¿qué te sucede? De que hemos entrado a clases estás extraño, muy pensativo –su hermano iba a responder, más no tuvo tiempo, ya que la puerta se abrió, provocando que todos miraran hacia allí, y Alexy no era la excepción.

–Esto… –dijo un chico castaño, llamando la atención del distraído profesor–. Lo siento, la directora dijo que debía venir a este salón para comenzar las clases –comentó mientras observaba un papel. El profesor levantó su vista de sus papeles y lo observó.

–Ah, sí –asintió–. Me comentaron que tal vez vendría un alumno nuevo –hizo un ademan con su mano derecha, luego se quedó pensando por unos breves segundos–. Puedes sentarte allí –señaló. El castaño se encogió de hombros y se dirigió al lugar señalado anteriormente por el profesor. Su lugar era delante de un chico de cabello azul, que se encontraba al lado de otro muy similar a él, sin embargo, este era de cabello negro.

El castaño, levantó su mirada del suelo antes de sentarse y mientras colgaba su morral en el costado de la silla, vio como unos penetrantes ojos rosas lo miraban atentamente, desvió su mirada y sin más se sentó. ¿Por qué aquel chico lo miraba? No parecía igual que Castiel, parecía más amable, pero… las apariencias engañan.

Durante toda la clase el peliazul se dedicó a contemplar la espalda del castaño, quien aún sentía una mirada sobre él, pero no hacía más que ignorarla y concentrarse en lo que el profesor dictaba.

Alexy de un momento a otro sintió un codazo, lo que lo hizo fruncir el ceño y voltear a su derecha, hacia su hermano.

–¿Qué sucede? –preguntó el peliazul.

–Deja de mirarlo, apenas llega y tú ya lo estas acosando –Alexy puso sus ojos en blanco, no era de sonrojarse, por suerte. Tampoco eso era una razón como para hacerlo. Simplemente le daba curiosidad.

La clase transcurrió así hasta que finalmente tocó el timbre, indicando la última pausa antes del almuerzo. Armin y Sucrette se acercaron a Alexy; iban a esperarlo, hoy Sucrette les había prometido estar con ellos, pero Alexy les dijo que se adelantasen.

Guardó sus cosas en su bolso, mientras  que veía como el chico nuevo buscaba algo, pero no lo encontraba, luego, vio una imagen bastante desagradable, mejor dicho, vio a una persona bastante desagradable.

–Me parece que se te perdió esto –dijo, la zo… chica de cabellera rubia, en otras palabras, Amber. Ella tenía entre sus dedos índice y anular un pequeño papel que lucía como un itinerario de clases. Se lo estaba por entregar y el castaño lo iba a tomar, sin embargo esta lo alejó–. Si quieres puedo mostrarte el instituto –comentó con una sonrisa coqueta. ¿Qué no le bastaba con Castiel? Mentalmente, el ojirosa puso sus ojos en blanco, sin embargo, el acto del castaño le sorprendió.

–No, gracias. Si eres tú la que me lo va a enseñar, mejor paso –sonrió de manera falsa y provocó que la rubia saliera refunfuñando, enojada. Alexy sonrió, tomó sus cosas y luego se colocó frente al chico.

17 DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora