Capítulo 10

3.1K 191 85
                                    


Una vez que Albert terminó de cocinar y Candy de poner la mesa, colocando el jarrón lleno de hermosas peonías sobre ella, ambos se sentaron a cenar. Platicaron como siempre lo hacían, con fluidez y sin dificultad; no en vano habían sido buenos amigos por tanto tiempo. Sin embargo, sus miradas se encontraban ahora un poco más tímidas que de costumbre (en especial las de Candy) y sus actitudes eran ahora un poco más coquetas (en especial las de Albert).

ー¿Entonces la pasaron bien?, me alegro.

ーSí, muy bien... aunque... no, nada. ¡Albert, esta pasta está deliciosa!, como siempre.

ーQue bueno que te guste Candy, pero algo te preocupa, ¿qué es, pasó algo hoy por la tarde que te molestó?

ーMmmhh... Nada, solo que... bueno, tal vez sería bueno que supieras.

ー¿Que supiera qué?

ーAyer ya no pudimos seguir platicando al respecto y no te dije nada más, pero Neal me ha estado molestando y acosando... ya varias veces.

ー¿Neal?!

ーAh sí, creo que no sabes quien es. Neal Lagan, el hermano de Eliza, ellos son los chicos que me hicieron la vida imposible mientras yo vivía con los Lagan en Lakewood, creo que te he hablado de ellos antes.

ー¿Y te siguen haciendo la vida imposible?

ーPues se puede decir, aunque ya no los veo tan seguido como cuando vivía en Lakewood o cuando estudiábamos en Londres; pero ahora Neal dice que ha desarrollado un interés por mí y me ha invitado varias veces a salir con él.

ー¿Qué?!, ¿y qué le has dicho?... te habrás negado.

ー¡Por supuesto!... pero el negarme me ha costado mi trabajo en el hospital.

ー¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ーle preguntó Albert, empezando a enfurecerse por dentro.

Candy lo observó por un largo rato, creía que ya le había contado demasiado; no sabía si era buena idea que le dijera que el vivir juntos había sido precisamente la razón por la cual la habían despedido. Albert aún no se recuperaba por completo (o al menos eso era lo que ella creía) y si lo conocía bien, sabía que estaría dispuesto a irse del departamento si él pensaba que eso la ayudaría a recuperar su puesto en el Santa Juana y la verdad, no quería que se fuera... por ningún motivo.

ーEh... según me dijo hoy que me lo topé de nuevo, él puede ayudarme a encontrar un mejor trabajo si acepto salir con él; obviamente le dije que no, que ya tenía un trabajo nuevo y que no lo necesitaba para nada.

ーCandy, lo siento mucho ーdijo Albert más calmado de cómo en realidad se sentía, y haciendo una nota mental de meter a ese chiquillo en cintura, ¡en cuanto pudiera!

ーSí, bueno... no te apures.

ーPero a ti sí que te apura algo aparte de Neal, ¿qué es?

ーAy Albert, ¿por qué me conoces tan bien?... la verdad es que siento que el doctor Martin ha sido muy bueno conmigo al ofrecerme un trabajo en su clínica...

ー¿Pero?

ーPero... me preocupa que ni él mismo reciba un sueldo fijo, ¿cómo va a poder pagarme a mí?

ーBueno, no te preocupes por eso... si de algo sirve, he renunciado a mi trabajo como lavaplatos en Mike's.

ー¿Qué?!... ¿Y cómo serviría eso en algo... por qué renunciaste, qué pasó?

ーTranquilízate Candy, todo está bajo control... renuncié porque he encontrado un trabajo mejor y de mucha más remuneración. Gracias al dueño del circo que me recomendó, pude conseguir una plaza en el Centro de Investigaciones del Zoológico Lincoln Park como consultor de animales. Empiezo a trabajar el lunes. 

Siempre te esperéWhere stories live. Discover now