CAPÍTULO 11 (2/2)

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Título: "say you won't let go" by James Arthur

-"daré gracias a mi estrella de la suerte, por aquella noche"

p.o.v.YuNa

Dejé mi espalda contra la puerta de mi habitación cuando se le cerré a mi hermano en la cara. Sentía como si el corazón se me hubiera oprimido, me dolía la cabeza de aguantar las lágrimas y la opresión en el pecho no se iba.

Me fui resbalando hasta quedar en el suelo, con la espalda contra la puerta, mis piernas contra mi pecho y mi cabeza echada hasta atrás dando con la madera blanca. Me pasé una mano por mi pelo rubio suspirando y intentando respirar un poco.

No había peor sensación que la de enfadarme con mi hermano. Era algo que no soportaba, me dolía como si me acabaran de tirar lava por todo mi cuerpo, y la piel me escociera. No podía, era incapaz de llevar algo de aire a mis pulmones sabiendo que estábamos peleados el uno con el otro.

Pero no podía evitarlo, porque MinHo había roto cada una de mis barreras de forma inexplicable. Y me negaba a pensar que estuviera metido en cosas raras, y que aquellas cosas lo único que podían hacer era perjudicarme. Éljamás haría algo así, porque me quería y me cuidaba como nunca nadie lo había hecho aparte de mi hermano y mi padre.

Así que con las lágrimas brotando de mis ojos nublándome la vista le envié un mensaje, porque lo necesitaba más cerca de mí que nunca.

"Hola, ¿puedes venir a mi casa?"

"En cinco minutos estoy"

Dejé el móvil apartado y me senté en la pequeña banqueta con cojines de debajo de mi ventana. Siempre me había gustado ese sitio. Me tranquilizaba y me transmitía mucha paz. Mi padre se ponía a veces conmigo allí y con mi hermano sentado en el suelo mirándonos. Y nos podíamos pasar horas hablando de todo. Me encantaba cuando papá hablaba de mamá, lo hacía con un cariño salido de la normalidad, repasando siempre con sus dedos el tatuaje de la rosa en su brazo repleto de tatuajes. Me gustaba la paz que a él le transmitía hablar de ella, y como esa paz revotaba en mí y HueningKai.

Me levanté de allí solo cuando escuché la puerta ser llamada. Bajé las escaleras a toda prisa y abrí la puerta. Detrás estaba MinHo, con una sonrisa radiante, y con la capucha de su sudadera roja encima de su cabeza.

-¿Qué pasa? – me dijo cuando lo dejé pasar dentro y cerró él con el pie la puerta. Yo comencé a llorar de nuevo, hipando incluso, notando como me faltaba el aire – YuNa, cariño – me dijo cogiéndome las mejillas - ¿Qué pasa?

-¿Estas enfadado conmigo por lo de HueningKai? – le dije en un hilo de voz, porque sabía que el tema le enfadaba y no quería que eso nos afectara.

-¿Qué? – me preguntó y dejo ir una sonrisa irónica – no, YuNa, claro que no – me dijo atrayéndome hacía su pecho. Yo dejé mi cabeza en su pecho, pasa mis manos por su cintura y lo abrace mientras el me rodeaba el cuello y reposaba su barbilla en mi cabeza – sí que me jode, pero contigo estoy bien.

-Vale.

-Pero YuNa, necesito que hables con él – me dijo y su tono de voz sonó serio pero amistoso. Se separó de mí y me subió la cabeza con dos de sus dedos en mi barbilla – necesito que deje de perseguirme. Estoy cansado de demostrar todo el rato que no tengo nada que ver – me dijo pasando sus manos por mi cara y dejando caricias por ella – Si no lo hace, me iré, y no volveré – yo le negué con la cabeza y llorando aún - ¿quieres que pase eso, YuNa?

-No – le dije respirando con violencia por la falta de aire debido a mis lloros.

-Pues detenlo. Decide una vez en tu vida tú, YuNa– me dijo – ¿no ves que te está intentando poner en mi contra?

UTOPIA; 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora