Capítulo 2

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En la entrevista inicial, Harry mencionó la posibilidad de ascender en la empresa, y conociendo la reputación de la Agencia de publicidad Styles, Louis se entusiasmó ante la posibilidad de aprender de el.

Pero, hasta el momento, lo único que había aprendido era que a su jefe le gustaban las camisas bien almidonadas y los sandwiches sin mayonesa, que ninguna novia le duraba más de tres semanas y siempre les enviaba flores cuando las dejaba. Y aunque sentía que había aprendido muchas más cosas durante aquellos dos años, no había tenido la posibilidad de poner sus conocimientos en practica. Se sentía frustrado, mal aprovechado y quería más de su trabajo.

Mientras ordenaba su escritorio, se fijó en la gran foto de su jefe que adornaba la pared que tenía enfrente. Harry Styles, a los treinta y tres años ya era todo un profesional de éxito en el mundo de la publicidad. Y tampoco podía ponerse en duda que era un hombre guapo e irresistible. Tenía el pelo oscuro, ondulado, y los ojos verdes. Sus rasgos marcados no irradiaban tan solo atractivo, sino también inteligencia.

Los dos primeros meses de trabajo, Louis, estuvo deslumbrado por él rizado como un adolescente. Se quedaba mudo en su presencia, el corazón le palpitaba cuando andaba cerca y tenía sueños eróticos con él casi todas las noches. El enamoramiento había pasado, dejando solo una sincera admiración por su sentido para los negocios, pero también la certeza de que no era la clase de hombre del que quisiera enamorarse.

Respirando profundamente, tomó su bolso y salió de la oficina. Mientras conducía hacia su casa se hizo claramente consciente de lo que acababa de aceptar. Esposo por una semana. Iba a ser el esposo de Harry Styles durante una semana. Bajó la ventanilla y respiró profundamente el aire de verano, reprimiendo el impulso de volver y decirle al señor Styles que no quería seguir adelante con aquella farsa.

También le abría gustado decirle que estaba cansado de ser el recadero de un hombre que apenas era consciente de su existencia como persona. La idea de fingir ser su esposo durante una semana resultaba realmente absurda. Pero la idea de cobrar mil quinientos dólares por aquella locura resultaba peligrosamente reconfortante.

«No es justo perpetuar una mentira, aceptar dinero por hacerlo, y luego dejar el trabajo» susurró una vocecita en su interior, «Haz tu trabajo, toma el dinero y corre» exclamó a continuación otra voz más fuerte. Louis decidió escuchar ese último consejo. Después de todo, con aquella mentira no iba a hacerle daño a nadie, y el dinero le había sido ofrecido como extra.

Cuando pasara la semana, si decidía dejar el trabajo avisaría a Harry Styles con el tiempo estipulado por la ley. Aparte de eso, no le debía nada.

Mientras iba por el sendero que llevaba a la pequeña casa de su madre, se preguntó como explicarle a esta su viaje. Con decirle que se trataba de un viaje de trabajo bastaría. No tenía por qué mencionar en que iba a consistir su trabajo, sabía que a su madre no le parecería bien que se hiciera pasar por la pareja de Harry. Además ya tenía veintiocho años y era lo suficiente mayor como para tener algunos secretos.

Mientras salía del coche, su mente pasó al siguiente problema: ¿que equipaje debía preparar para hacerse pasar por el esposo de Harry en un rancho de Montana?

[...]

—Si, Brody, estamos deseando ir —dijo Harry hablando por teléfono—Llegaremos mañana al mediodía.

—¡Estupendo!—la poderosa voz de Brody Robinson retumbó a través de la línea—Te encantará Mustang, y te garantizo que tú y tu esposa saldréis de aquí como dos tortolitos recién casados.

—Louis y yo estamos deseando comprobarlo—replicó Harry.

—¿Louis? —Brody hizo una pausa—Pensé que estabas casado con una mujer—Harry sintió que la sangre abandonaba su rostro. Recordó demasiado tarde que cuando entró en tratos con Robinson estaba saliendo con Marie.

—Que te digo...—improvisó— Louis logró ganarse mi corazón.

—Me resulta bastante confuso— Brody expresó algo confundido— Pero me da igual, mientras lo traigas. Hemos invitado a otras dos parejas para unirse a nosotros. Va a ser una semana estupenda.

Tras charlar un rato más, los dos hombres se despidieron. Harry apoyó la espalda contra el respaldo del sofá y suspiro. Odiaba el engaño, pero el mismo se había metido en aquel lío y no veía otro modo de salir del atolladero. Tomó informe que Louis le había dado el viernes. No había tenido tiempo de mirarlo hasta ese momento, lo que le daba menos de veinticuatro horas para averiguar todo lo que pudiera sobre el.

Louis llevaba dos años trabajando para él, pero, curiosamente, apenas sabía nada sobre su vida personal. Aunque también era cierto que hasta entonces no había tenido necesidad de preocuparse por ello. Era un empleado eficiente, casi invisible, que realizaba las tareas necesarias para que el negocio marchara como era debido.

Frunció el ceño, sorprendido al descubrir que no podía evocar una imagen clara de él en su mente. No estaba seguro si sus ojos era azules o verdes, aún que recordaba que tenía el cabello de color mas o menos castaño y que normalmente lo llevaba un tanto revuelto.

Pero no lograba recordar sus rasgos, lo único que se le vino a la mente fueron sus feos zapatos negros. Al menos no tendría que preocuparse por la posibilidad de caer en la tentación de llegar a creerse su papel. Aquel discreto asistente no era para nada su tipo, y eso hacía que fuera el hombre ideal para interpretar el papel de esposo.

Suspirando, se levantó y recorrió el cuarto de estar. No podía decirse que estuviera deseando que empezará aquella semana. Pasar siete días en un rancho aprendiendo como desarrollar una intimidad más profunda con un esposo falso no era precisamente su idea de unas vacaciones.

Harry no quería un amor en su vida, que conociera sus pensamientos y compartiera sus sueños. Había visto lo que el amor y la intimidad le habían hecho a su padre. La madre de Harry murió cuando este tenía cinco años, y durante toda su vida había visto como su padre construía un imperio de tintorerías a base de trabajar muy duro.

Y Harry, no estaba dispuesto a perder su empuje y a dejar en segundo plano su trabajo por un matrimonio. Mientras daba vueltas por la sala, pensó en su asistente, el hombre que iba a interpretar el papel de esposo. Louis era exactamente la clase de persona que le parecía bien a Brody. Sencillo y tranquilo, consciente de sus deberes, y eficiente, tenía todas las cualidades de un esposo tradicional. Y sobre todo, no suponía ninguna amenaza para su soltería.

Esposo perfecto ➳ larry stylinson TERMINADAWhere stories live. Discover now